Enlaces sobre el sacerdocio
Escritores
clásicos sobre el sacerdocio:
S. Augustín, S. Juan
Chrysostomo, Sto. Tomás
Aquino, S. Alfonso
Ligourio, S. Juan
Eudes, S. Juan M. Vianney, Juan
Pablo II; Avery Dulles: "The
Priestly Office"; De Lubac, Congar,
Guardini, Von Balthasar.
El
sacerdocio es una
vocación
que choca con la
mentalidad del mundo porque requiere
renunciar a si mismo por el Reino.
Sacerdote
y Eucaristía
“El presbítero tiene que ser antes de todo adorador y
contemplativo de la Eucaristía, desde el momento en el que
es él quien la celebra. Sabemos bien que la validez del
sacramento no depende de la santidad del celebrante, pero su
eficacia, para él y para los otros, será mayor cuanto más lo
viva con fe profunda, amor ardiente y fervoroso espíritu de
plegaria” -Benedicto XVI, 18 Sept, 2005
Sacerdote: obediente
servidor
Nuestra obediencia es creer con la Iglesia,
pensar y hablar con la Iglesia, servir con
ella». Esto implica lo que Jesús predijo a
Pedro: «Te llevarán adonde no quieras».
«Este dejarse
guiar hacia donde no queremos es una dimensión
esencial de nuestro servir, y es justamente así
que nos hace libres. Si nos dejamos llevar,
aunque pueda ser contrario a nuestras ideas y
nuestros proyectos, experimentamos lo nuevo, la
riqueza del amor de Dios». -Benedicto XVI, 20-III-2008
"El sacerdote es el amor del corazón de Jesús"
«Esprit du Curé d’Ars,
M. Vianney dans ses catéchismes, ses homélies et sa conversation»,
édition de Téqui, Paris 1935, p. 117
Testigos de
sufrimientos y luces
Los sacerdotes
somos testigos cada día de tantos
sufrimientos que nos confían, pero también de tantos caminos
luminosos; encontramos en esta compasión y en esta maravilla la
fuente misma de nuestra oración. -Cardenal Marty
|
El
"Sacramento del Orden"
Establece pastores para la Iglesia.
(Obispos, sacerdotes, diáconos)
INDICE
En
esta página:
Referencias Bíblicas sobre el sacerdocio
Puntos principales
Sobre el sacerdote y su
misión -JPII
Reflexiones
En
Corazones.org:
CATECISMO SOBRE ESTE SACRAMENTO
Diaconado
Obispo
Sacerdote (Presbítero)
Cardenal
Celibato
Consagración sacerdotal a los Corazones de Jesús y
María
Delitos graves
-Ante los escándalos de algunos sacerdotes.
Oraciones por los
sacerdotes
Oraciones del Sacerdote antes de la Misa
Vocación
Vestimenta clerical
-Los sacerdotes y religiosos deben usarla.
DOCUMENTOS ECLESIALES
Formación sacerdotal
-Pastores Dabo Vobis
Laicos; Colaboración en el
ministerio de los sacerdotes
-Congregación para el Clero
Laicos;
complementariedad - no igualdad- entre sacerdotes y laicos
-JPII
Mujeres; Dignidad de la mujer no esta en ser sacerdote
-con enlace a carta de JPII.
Ordenación; sobre candidatos
-JPII, 2002.
Ordenación
homosexuales -Negativa 2002 y Instrucción, 2005
Delitos graves
Presbítero ante el III milenio -Congr.
Clero
Cartas del Papa a los sacerdotes
Año Sacerdotal 2009
Consejos del Papa ante la
ordenación sacerdotal
-Benedicto XVI
La vida de los clérigos virtuosos ilumina y serena
-San Juan de Capistrano
Libro:
Sacerdote para siempre,
P. Angel Peña,
Formato pdf
ENGLISH The Nature of Priestly Ordination:Theological Background and Some
Present Concerns -Bishop Burke
|
Referencias Bíblicas:
- La imposición de las manos en la ordenación (Hechos 13, 2-2).
- Los primeros diáconos ordenados por los Apóstoles
(Hechos 6, 1-6.)
- San Pablo manda a ordenar presbíteros. S. Pablo dice a Tito: "El
motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y
establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené" (Tt 1, 5).
- El episcopado "si alguno aspira al cargo de obispo, desea una
noble función" (1 Tm 3, 1)
- Timoteo es pastor por imposición de las manos. 2 Tm 1, 6:
San Pablo dice a su discípulo Timoteo: "Te recomiendo que reavives el carisma
de Dios que está en ti por la imposición de mis manos"
Puntos principales:
- El sacerdocio es
un sacramento de la Nueva Alianza, instituido por Cristo en la
Ultima Cena, que confiere a un hombre el poder de consagrar y ofrecer el
Cuerpo y la Sangre de Cristo en la
Santa Misa y de remitir y
retener los pecados en el sacramento de reconciliación.
- La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal.
"La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal. Por el bautismo, todos los fieles
participan del sacerdocio de Cristo. Esta participación se llama "sacerdocio común
de los fieles". A partir de este sacerdocio y al servicio del mismo existe otra
participación en la misión de Cristo: la del ministerio conferido por el sacramento del
Orden, cuya tarea es servir en nombre y en representación de Cristo-Cabeza en medio de la
comunidad". Catecismo Iglesia Católica 1591.
- El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los
fieles. "El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del
sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los
fieles. Los ministros ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la
enseñanza (munus docendi), el culto divino (munus liturgicum) y por el gobierno pastoral
(munus regendi)." (CIC 1592)
- Tres grados del
sacerdocio.
Desde los orígenes, el ministerio ordenado fue conferido y ejercido en tres
grados: el de los obispos, el de los presbíteros
y el de los diáconos. Normalmente el sacerdocio se
refiere a los presbíteros.
- El
obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden
Lo incorpora a la
jerarquía la cual forma un Colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia
particular que le es confiada. Los obispos, en cuanto sucesores de los apóstoles y
miembros del Colegio, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda
la Iglesia bajo la autoridad del Papa, sucesor de san Pedro. (CIC 1594).
- Los
presbíteros (llamados
también: sacerdotes)
Los presbíteros están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo
dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales; son llamados a ser
cooperadores diligentes de los obispos; forman en torno a su obispo el presbiterio que
asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado
de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada. (CIC 1595).
- Los
diáconos
Son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia; no reciben el
sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el
ministerio de la palabra, del culto divino, del gobierno pastoral y del servicio de la
caridad, tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su obispo. (CIC 1596)
- Como se confiere el sacramento
El sacramento del Orden es conferido por la imposición de las manos seguida de una
oración de consagración solemne que pide a Dios para el ordenando las gracias del Espíritu
Santo requeridas para su ministerio. La ordenación imprime un carácter sacramental
indeleble. (CIC 1597)
- Los ministerios conferidos por la ordenación son insustituibles
para
la estructura orgánica de la Iglesia: sin el obispo, los presbíteros y los diáconos no
se puede hablar de Iglesia.(CIC 1593)
- Candidatos al sacramento del Orden
La Iglesia confiere el sacramento del Orden únicamente a varones (viri) bautizados, cuyas
aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido debidamente reconocidas. A la
autoridad de la Iglesia corresponde la responsabilidad y el derecho de llamar a uno a
recibir la ordenación. En la Iglesia latina, el sacramento del Orden para el
presbiterado sólo es conferido ordinariamente a candidatos que están dispuestos a
abrazar libremente el celibato y que manifiestan públicamente su voluntad de guardarlo
por amor del Reino de Dios y el servicio de los hombres. (CIC 1598- 1599)
- Quien confiere el sacramento del Orden:
Corresponde a los obispos
conferir el sacramento del Orden en los tres grados. (CIC 1600).
Sobre el Sacerdote y Su
Misión: Su Santidad, Juan Pablo II,
El sacerdote debe presentarse, ante todo,
como un <,,hombre de fe>,, porque él, en virtud de su misión, debe
comunicarla a través del anuncio de la Palabra. No podrá predicar el
Evangelio de forma convincente si él mismo no ha asimilado profundamente
su mensaje. El da testimonio de la fe con su forma de actuar y con toda su
vida. Hombre de fe, el sacerdote es también «hombre de lo sagrado»,
testigo del Invisible, portavoz de Dios revelado en Jesucristo. El
sacerdote debe ser reconocido como un hombre de Dios, un hombre de
oración, al que se ve rezar, al que se oye rezar. El sacerdote, por
tanto, debe alimentar en sí mismo una vida espiritual de calidad,
inspirada en el don del propio sacerdocio ministerial. Su oración, su
forma de compartir, sus esfuerzos en la vida, están inspirados por su
actividad apostólica que se alimenta de toda una vida vivida con Dios.
Hombre de fe, hombre de lo sagrado, el sacerdote es también un «hombre
de comunión,>. Es él quien reúne al Pueblo de Dios y refuerza la
unión que hay entre sus miembros por medio de la Eucaristía; él es el
animador de la caridad fraterna entre todos. Actúa con sus hermanos en el
sacerdocio. Colabora con su propio obispo. Se esfuerza en acrecentar los
lazos de unión entre los miembros del presbiterio. Sobre esta base de
relaciones tan ricas y tan profundas, el celibato adquiere un significado
nuevo: no es ya una condición del sacerdocio, sino el camino de una
verdadera fecundidad, de una auténtica paternidad espiritual, porque el
sacerdote entrega su vida para que los frutos del Espíritu maduren en el
Pueblo de Dios. «Ven y sígueme», sé mi testigo, da todo tu amor a Dios
y a tus hermanos, y estarás al servicio del Pueblo de Dios.
REFLEXIONES
Los hombres desean contemplar en el sacerdote
el rostro de Cristo, encontrar en él a la persona que,
«puesta en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios» (Hebreos 5,
1), pueda decir con san Agustín: «Nuestra ciencia es Cristo y nuestra
esperanza también es Cristo. Es él quien infunde en nosotros la fe con
respecto a las realidades temporales y es él quien nos revela esas
verdades que se refieren a las realidades eternas» (san Agustín, «De
Trinitate», 13, 19, 24). -Cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de
la Congregación para el Clero, 6-2004.
Como centinelas de
la Casa de Dios que es la Iglesia, velemos para que en toda la vida
eclesial de nuestras parroquias se reviva el encuentro con Cristo
crucificado y resucitado. Evitemos los escollos del activismo
en los que han naufragado en ocasiones los mejores programas apostólicos
y pastorales, y por los que se han hecho áridas muchas vidas
comprometidas en un servicio que no ha sido adecuadamente regado por la
Palabra de Dios y por su presencia en la Eucaristía. -Cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de
la Congregación para el Clero, 6-2004.
La crítica a
los sacerdotes y la actitud de San Francisco
En el tiempo de San Francisco, la valdenses también
querían renovar la Iglesia pero a base de criticar públicamente
al clero. En una ocasión, un valdense observó la gran reverencia
que San Francisco tenía por los sacerdotes y le dijo que el
párroco de aquel lugar vivía en pecado. "¿Tenemos que creer en
sus enseñanzas y respetar los sacramentos que celebra?", le
preguntó. San Francisco fue al sacerdote, se arrodilló
ante el y tomó sus manos diciendo, "Yo no se si estas manos
están manchadas como dicen. Pero si se que aunque lo estuvieran,
en ningún modo se pierde el poder y la efectividad de los
sacramentos de Dios... Por eso beso estas manos, por respeto a
lo que hacen y respeto por Aquel que les dio Su autoridad".
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Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María
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