Mensajes del Corazón de Jesús a Sor Josefa Menéndez
17 DE MARZO DE 1923
Jesús viene horas más tarde a Josefa para compartir con ella
algo de Su sufrimiento la noche previa a Su crucifixión:
“Contémplame en la prisión donde pasé gran parte de
la noche. Los soldados venían a insultarme de palabra y de obra
burlándose, empujándome, golpeándome… Al fin, hartos de Mí, Me
dejaron solo, atado, en una habitación oscura y húmeda, sin más asiento
que una piedra, donde Mi Cuerpo dolorido se quedó al poco rato, aterido
de frío”.
17 DE MARZO DE 1923
Josefa escribe:
“Hoy hace 22 años que Jesús me hizo oír Su voz por primera vez,
mientras me preparaba a la Primera Comunión. Cuando yo se lo
estaba recordando, después de Comulgar, de repente vino el Señor ¡tan
hermoso! Parecía Su túnica de oro y Su Corazón estaba tan
encendido que no se puede explicar”:
“Josefa, aquel día te dije: `Quiero que seas toda
Mía. Ahora, te puedo decir: Ya eres toda Mía. Entonces te
preparaba para traerte a Mi Corazón. Ahora ya estás guardada en
El. Ven, entra… y descansa, puesto que es tu morada´”.
Jesús abre Su Corazón y Josefa anota:
“Estaba como en el Cielo ¡Yo no creía que vivía!”
16 DE MARZO DE 1923
Josefa continúa escribiendo las Palabras afectuosas que
Jesús nos enseña que debemos tener respecto a Su Madre, la Santísima
Virgen María, Palabras tan diferentes y sentimientos tan alejados de
nuestra forma acostumbrada de rezarle a nuestra Madre:
`Deseo amaros con el amor y los ardores de los más
encendidos serafines, y aun esto es muy poco para saciar mis deseos.
Deseo tributaros eternamente un homenaje filial y puro.
`¡Virgen incomparable! Bendecidme, ya que soy
vuestra hija.
`Bendecid a todos los hombres, protegedlos y rogad
por ellos al que es Todopoderoso y nada os puede negar.
`Adios, ¡tierna y querida Madre! Os saludo
día y noche, en el tiempo y en la eternidad´”.
Josefa comenta: “nunca había visto a Jesús con el Corazón tan
encendido y con tanto entusiasmo en el tono de Su Voz”. Y termina
con las Palabras del Señor:
“Ahora, Josefa, alaba a la Madre con las palabras
del Hijo y al Hijo con las palabras de la Madre”.
16 DE MARZO DE 1923
Jesús sigue adelante con los hermosos sentimientos que desea que
tengamos para con Su Madre, María, para expresárselos a ella en nuestra
oración:
“`Sois mi Madre, ¡Virgen Prudentísima, arca
preciosa donde se cierran todas las virtudes! Sois mi Madre,
¡refugio de los pecadores! Os saludo y me regocijo al ver que el
Todopoderoso os ha otorgado tales dones y os ha enriquecido con tantas
prerrogativas´.
`Bendita y alabada seáis, ¡Madre de mi Redentor!
¡Madre de los pobres pecadores! Tened piedad de nosotros y
protegednos con vuestra maternal solicitud´.
`Yo os saludo en nombre de todos los hombres, de
todos los santos y de todos los ángeles´.
16 DE MARZO DE 1923
Jesús comparte con Josefa los pensamientos y sentimientos que El
desea que tengamos por Su Madre, la Santísima Virgen María:
“`Concebida sin mancha de pecado original, exenta e
toda corrupción, siempre fiel a todos los movimientos de la gracia,
vuestra alma atesoró esos méritos que os han levantado sobre todas las
criaturas´.
`Escogida para Madre de Jesucristo, Le habéis
guardado como en un santuario purísimo, y el que venía a dar vida a las
almas, la ha tomado de vos, y ha recibido de vos Su sustento´.
`¡Oh, Virgen incomparable! ¡Virgen
Inmaculada! ¡Delicias de la Trinidad Beatísima! ¡Admirada de
los ángeles y de los santos! Sois la alegría de los cielos!
Estrella de la mañana, rosal florido de la primavera, azucena
blanquísima, lirio esbelto y gracioso, violeta perfumada, jardín cerrado
y cultivado para delicia del Rey de los Cielos´.
16 DE MARZO DE 1923
Luego de las hermosas oraciones que la Santísima Virgen María ha
enseñado a Josefa, nos adelantamos varios meses más tarde, al día que
Jesús enseña a Josefa una oración para María:
“¿Deseas una oración que agrade mucho a Mi
Madre?... Escríbela”.
`¡Oh, Madre tierna y que me amas! ¡Virgen
Purísima! ¡Madre de mi Redentor! Vengo a saludaros con el
más filial amor del que es capaz el corazón de una hija´.
`Sí, Madre mía, soy hija vuestra, y como mi
impotencia es grande, muy grande, me apropiaré los ardores del Corazón
de vuestro Hijo Jesús y con El os saludaré como a la más pura de las
criaturas, formada según los deseos del Dios tres veces Santo´.
16 DE MARZO DE 1923
Josefa pregunta ahora a la Santísima Virgen María acerca de cómo
purificar cada día las acciones y así disminuir nuestro Purgatorio lo
más posible. María le responde:
“Cada noche antes de entregaros al descanso diréis
con gran confianza al mismo tiempo con gran respeto estas palabras:
`Oh, Jesús, Vos conocíais mi miseria antes de fijar
en mí Vuestros ojos, y ella, lejos de hacéroslos apartar, ha hecho que
me amaseis con tanta ternura y delicadeza. Os pido perdón de lo
mal que he correspondido hoy a Vuestro amor, y Os suplico me perdonéis y
purifiquéis mis acciones en Vuestra Sangre Divina´.
`Me pesa haberos ofendido porque sois infinitamente santo.
Me arrepiento con toda mi alma y prometo hacer cuanto me sea
posible para no caer más en las mismas faltas”.
María agrega:
“Después, hija mía, os entregaréis al descanso con
toda tranquilidad”.
16 DE MARZO DE 1923
Josefa da las gracias a la Santísima Virgen María, quien le
enseña otra oración, más corta, que también es del agrado del Corazón de
Jesús:
“¡Oh Esposo mío, que también Sois mi Dios, haced
que mi corazón sea una brasa de puro amor por Vos!”
16 DE MARZO DE 1923
Josefa continúa escribiendo la oración que le enseña la
Santísima Virgen María, una oración de mucho agrado al Corazón de Jesús:
“…Mas, como no lo tengo, os presento mi pobre
corazón, tal como es, con todas sus enfermedades, con todas sus miserias
y con todos sus buenos deseos. Vos lo purificaréis con la Sangre
de Vuestro Corazón, lo transformaréis y lo abrasaréis en amor puro y
ardiente, y así resultará que una pobre criatura como yo, incapaz de
todo lo bueno y capaz de todo lo malo, Os amará y Os glorificará tanto
como los más encendidos serafines.
`En fin, dulcísimo Jesús mío, yo Os pido que
comuniquéis a mi alma la santidad de Vuestro mismo Corazón, o sea, que
la abisméis en Vuestro Corazón Divino, y que en El Os ame, Os sirva, Os
glorifique y se pierda durante toda la eternidad.
`Os pido esta misma gracia para todas las personas que
quiero, y deseo que ellas Os den la gloria y el honor que yo os he
quitado cuando Os he ofendido”.
16 DE MARZO DE 1923
La Santísima Virgen se presenta ante Josefa, que le ha pedido
que le enseñe alguna oración que fuese de mucho agrado al Corazón de
Jesús. María le dice:
“Lo que más agrada a mi Hijo es el amor y la
humildad. Escribe, hija, esta oración:
`¡Oh dulcísimo y amadísimo Jesús mío! Si no fueseis mi
Salvador no me atrevería a venir a Vos. Pero bien sé que sois mi
Jesús, mi Salvador, y tenéis un Corazón que me ama con el amor más
tierno y más ardiente cual ningún otro corazón es capaz de amarme´.
`¡Ah, dulce Jesús mío! Yo deseo corresponder
a ese amor que me tenéis y quisiera tener para con Vos, que sois mi
único amor, todo el ardor de los serafines, toda la pureza de los
ángeles y de las vírgenes y toda la santidad de los santos que os poseen
y glorifican en el Cielo. Si tuviera todo esto, aún no sería
bastante para alabar vuestra bondad y vuestra misericordia´”.
16 DE MARZO DE 1923
Josefa escribe las impresionantes palabras del Señor, Su llamado
de amor a las almas:
“¡Almas queridas!, si no miráis al cielo, viviréis
como los seres privados de razón… Levantad la cabeza y ved la
patria que os espera... Buscad a vuestro Dios y siempre Le
encontraréis con los ojos fijos en vosotras, y en Su mirada hallaréis la
paz y la vida”.
16 DE MARZO DE 1923
Jesús continúa compartiendo con Josefa Su mensaje, revelando
misterios acerca de la forma que El llama a las almas:
“Cuando los soldados Me conducían a la prisión, al
pasar por uno de los patios vi a Pedro, que estaba entre la turba…
Le miré… El también Me miró… Y lloró amargamente su pecado.
“¡Cuántas veces miró así al alma que ha pecado…!
Pero, ¿Me mira ella también? ¡Ah…! Que no siempre se
encuentran estas dos miradas… ¡Cuántas veces miro al alma y ella
no Me mira a Mí…! No Me ve… Está ciega. La toco con
suavidad y no Me oye. La llamo por su nombre y no Me
responde… Le envío una tribulación para que salga de su sueño,
pero no quiere despertar…”.
16 DE MARZO DE 1923
Josefa anota las Palabras de Jesús acerca del desprecio que El
recibe de tantas almas, refiriéndose ahora a aquellas que trabajan en Su
viña:
“En cuanto a las que trabajáis en Mi viña… si os
sentís movidas por curiosidad o por alguna satisfacción humana, también
os diré que huyáis; pero si trabajáis puramente por obediencia o
impulsadas del celo de las almas y de Mi gloria, no temáis… Yo os
defenderé y saldréis victoriosas…”.
16 DE MARZO DE 1923
Josefa continúa anotando las Palabras de Jesús acerca del
desprecio que El recibe de tantas almas. El Señor se refiere ahora
a las que viven en el mundo de todos los días:
“Y vosotras, almas que vivís en el mundo, rodeadas
de tantos peligros, huid de las ocasiones (de pecado). Pedro no
hubiera caído si hubiera resistido con valor sin dejarse llevar de vana
curiosidad”.
(día del Sagrado Corazón)
Querido amigo que amas a Jesús:
Comparto contigo el hermosísimo mensaje que el Señor diera a Sor
Josefa el día de Su Sagrado Corazón.
También te invito a mostrarle tu profundo amor ofreciéndole tu
Eucaristía, consagrándote a Su Sagrado Corazón y al Corazón Inmaculado
de María.
Que la Presencia de Jesús, que es Misericordia, Perdón y Bondad,
esté contigo y tu familia hoy y por siempre.
16 DE MARZO DE 1923
Jesús continúa revelando a Josefa el dolor que representa para
El las ofensas y desprecio de las almas, especialmente las escogidas por
El:
“¡Ah, Pedro! ¡Juras que no conoces a tu
Maestro! No sólo juras, sino que interrogado por tercera vez,
respondes con horribles imprecaciones.
“Almas escogidas, no sabéis cuán doloroso es para
Mi Corazón, que se abraza y se consume de amor, verse abandonado de los
suyos. Cuando el mundo clama contra Mí, cuando son tantos los que
Me desprecian, Me maltratan y buscan medios de darme muerte, ¡qué
tristeza, qué inmensa amargura para Mi Corazón si, volviéndose entonces
a los amigos, se encuentra solo y abandonado de ellos!
“Os diré como a Pedro: ¡Alma a quien tanto amo!
¿No te acuerdas ya de las pruebas de amor que te he dado? ¿Te
olvidas de los lazos que te unen a Mí? ¿Olvidas cuántas veces Me
has prometido ser fiel y defenderme?... Si eres débil, si temes
que te arrastre el respeto humano, ven y pídeme fuerza para vencer.
No confíes en ti misma, porque entonces estarás perdida. Pero si
recurres a Mí con humildad y firme confianza, no tengas miedo: Yo te
sostendré”.
16 DE MARZO DE 1923
Sor Josefa continúa escribiendo la narración del Señor acerca de
las primeras horas de Su Pasión:
“Mirad cómo Me maltratan; uno descarga sobre Mi
rostro una bofetada; otro, Me arroja su inmunda saliva; otro, Me
retuerce el rostro en son de burla.
“Mientras Mi Corazón se ofrece a sufrir todos esos
suplicios, Pedro, a quien había constituido jefe y cabeza de la Iglesia,
y que algunas horas antes había prometido seguirme hasta la muerte… a
una sola pregunta, que podría haberle servido para dar testimonio de Mí,
¡Me niega...! Y como el temor se apodera más y más de él y la
pregunta se reitera, jura que jamás Me ha conocido ni ha sido Mi
discípulos…”.
16 DE MARZO DE 1923
Jesús retoma Sus Palabras del día de ayer, las cuales Josefa las
anota, una a una:
“Mis Apóstoles Me habían abandonado…! Pedro,
movido de curiosidad, pero lleno de temor, se quedó oculto entre la
servidumbre. A Mi alrededor sólo había acusadores que buscaban
cómo acumular contra Mí delitos que pudieran encender más la cólera de
jueces tan inicuos. Los que tantas veces habían alabado Mis
milagros se convierten en acusadores. Me llaman perturbador,
profanador del sábado, falso profeta. La soldadesca, excitada por
las calumnias, profiere contra Mí gritos y amenazas. Aquí quiero
hacer un llamamiento de amor a Mis apóstoles y a Mis almas escogidas.
“¿Dónde estáis vosotros, Apóstoles y discípulos que
habéis sido testigos de Mi vida, de Mi doctrina, de Mis milagros…?
¡Ah!, de todos aquellos de quienes esperaba alguna prueba de amor, no
queda ninguno para defenderme; Me encuentro solo y rodeado de soldados,
que como lobos quieren devorarme”. 15 DE MARZO DE 1923 La Santísima Virgen María dice a Sor Josefa: “Ofrécete a Jesús para curarle las heridas que Le causan los pecados del mundo. Ya sabes cómo goza Su Corazón cuando las almas religiosas se ofrecen a El para consolarle”.
15 DE MARZO DE 1923
Jesús revela la parte final del mensaje que con tanto dolor le
transmite a Josefa, quien cuidadosamente anota, palabra a palabra:
“En seguida Me condujeron a casa de Caifás, donde
Me recibieron con burlas e insultos y donde uno de los criados me dio la
primera bofetada…
“¡Ah, Josefa…! ¡Entiende esto…! ¡La
primera bofetada…! ¿Me hizo sufrir más que los azotes de la
flagelación…? No; pero en esta primera bofetada vi el primer
pecado mortal de tantas almas, que después de vivir en gracia,
cometerían ese primer pecado… y tras él…¡cuántos otros…!, siendo causa
con su ejemplo de que otras almas los cometieran también… y teniendo tal
vez la misma desgracia: ¡morir en pecado…!
“Mañana seguiremos… Pasa hoy el día reparando
y pidiendo que muchas almas conozcan a dónde las conduce el camino que
llevan…”.
15 DE MARZO DE 1923
Josefa anota las palabras de amor y perdón que Jesús desea
obsequiar a las almas que se enfrentan a la tentación pero finalmente
retornan a El, en especial los Sacerdotes y las Religiosas:
“¡Qué triste es para Mí, después de haber llamado
con tanto amor a las almas!; ellas, ingratas y ciegas, Me atan y Me
llevan a la muerte!
“Luego que Judas Me dio el beso traidor, salió del
huerto y, comprendiendo la magnitud de su delito, se desesperó.
“¡A, qué inmenso, qué profundo dolor sentí al ver
que había sido Mi apóstol, caminar a su perdición eterna!
“Mas… había llegado Mi hora… y dando libertad a los
soldados, Me entregué con la docilidad de un cordero.
15 DE MARZO DE 1923
Jesús continúa narrando a Josefa lo que desea de las almas,
especialmente de los Sacerdotes y las Religiosas, y la forma que El las
ayuda:
“No Me dejéis solo… Despertad y venid…,
porque ya llegan Mis enemigos.
“Cuando se acercaron a Mí los soldados para
prenderme, les dije: `Yo Soy´.
“Lo mismo repito al alma que se acerca
al peligro y a la tentación: `Yo Soy; Yo Soy, ¿vienes a prenderme y a
entregarme? No importa, ven… Soy Tu Padre y si tú quieres,
estás a tiempo todavía; te perdonaré y en vez de atarme tú con las
cuerdas del pecado, Yo te atraeré a ti con ligaduras de amor´.
“Ven, Yo Soy… Soy el que te ama y ha
derramado toda Su Sangre por ti… El que tiene tal compasión de tu
debilidad, que está esperándote con ansia para estrecharte en Sus
brazos.
“Ven alma de esposa… alma de sacerdote…
Soy la misericordia infinita; no temas… No te rechazaré ni te
castigaré… Te abriré Mi Corazón y te amaré con mayor ternura que
antes. Con la Sangre de Mis Heridas lavaré las manchas de tus
pecados, tu hermosura será la admiración de los ángeles y dentro de ti
descansará Mi Corazón”.
15 DE MARZO DE 1923
Josefa continúa escribiendo el mensaje que Jesús desea que lean
las almas por las que El tanto sufrió, particularmente los Sacerdotes y
Religiosas:
“Sí, almas que he escogido para que seáis Mi
descanso y el jardín de Mis delicias; espero de vosotras mucha mayor
ternura, mucha más delicadeza, mucho más amor que de otras que no Me
están tan íntimamente unidas.
“De vosotras espero que seáis el bálsamo que
cicatrice Mis heridas, que limpiéis Mi rostro, afeado y manchado…, que
Me ayudéis a dar luz a tantas almas ciegas, que en la oscuridad de la
noche Me prenden y Me atan para darme muerte. “No Me dejéis solo… Despertad y venid…, porque ya llegan Mis enemigos”. 15 DE MARZO DE 1923 Jesús habla a Josefa acerca de las almas: “Josefa: te he dicho ya cómo las almas que pecan gravemente Me entregan a Mis enemigos y el arma con que Me hieren es el pecado… “Pero no siempre se trata de grandes pecados; hay almas, y aún almas escogidas, que Me traicionan y Me entregan con sus defectos habituales, con sus malas inclinaciones no combatidas, con concesiones a la naturaleza inmortificada, con faltas de caridad, de obediencia, de silencio… Y si es triste recibir una ofensa o una ingratitud de cualquier alma, mucho más cuando viene de almas escogidas, las más amadas de Mi Corazón. Si el beso de Judas Me causó tanto dolor, fue precisamente porque era uno de los doce y que de él, como de los otros, esperaba más amor, más consuelo, más delicadeza”. 14 DE MARZO DE 1923 Jesús, antes de retirarse, dice a Josefa estas palabras, que también reconfortan nuestras almas: “Toma Mi Cruz y no tengas miedo; nunca será mayor que tus fuerzas, porque está a medida y pesada en la balanza del amor. ¡Ah! ¡Cuánto te amo! Y ¡cuánto amo a las almas! …Aunque eres tan pequeña… uniéndote a Mis méritos y a Mi Corazón, puedo utilizar tu pequeñez. Te dejo la Cruz. Sufre por las almas y por Mi amor”. 14 DE MARZO DE 1923 Jesús concluye esta parte de Su mensaje acerca del alma y las tentaciones, el cual Sor Josefa escribe con exactitud: “No creáis que el alma que Me vende y se entrega a los mayores desórdenes empezó por una falta grave. Esto puede suceder, pero no es lo corriente. En general, las grandes caídas empezaron por poca cosa: un gustito, una debilidad, un consentimiento quizá lícito, pero poco mortificado, un placer no prohibido pero poco conveniente… El alma se va cegando, disminuye la gracia, se robustece la pasión y, por último, vence. “¡Ah, cuán triste es para el Corazón de un Dios que ama infinitamente a las almas, ver a tantas que se pierden insensiblemente en el abismo!... “Aquí nos quedaremos por hoy, Josefa; no olvides que no son tus méritos los que Me atraen, sino tu miseria, y la compasión que tengo de ti”. 14 DE MARZO DE 1923 Sor Josefa continúa escribiendo los detalles reveladores que Jesús comparte con ella acerca del alma y las tentaciones: “Dejad que os diga una palabra: velad y orad. Luchad sin descanso y no dejéis que vuestras malas inclinaciones y defectos lleguen a ser habituales… “Mirad que hay que segar la hierba todos los años y quizá en las cuatro estaciones; que la tierra hay que labrarla y limpiarla, hay que mejorarla y cuidar de arrancar las malezas que en ella brotan. “El alma también hay que cuidarla con mucho esmero, y las tendencias torcidas hay que enderezarlas”. 14 DE MARZO DE 1923 Josefa continúa anotando las Palabras del Señor acerca de cómo las almas pueden en un momento decirle cuánto Lo aman y luego traicionarlo, como sucedió con Judas: “Amigo, ¿ha qué has venido? ¡Judas! ¿con un beso entregas al Hijo de Dios?... ¿a tu Maestro y Señor?... ¿Al que te ama y está dispuesto todavía a perdonarte?... Tú, uno de los doce… uno de los que se han sentado a Mi mesa y que y a quien Yo mismo he lavado los pies… ¡Ah! ¡Cuántas veces he de repetir estas palabras a las almas más amadas de Mi Corazón! “Alma querida, ¿por qué te dejas llevar de esa pasión?... ¿por qué no resistes?... No te pido que te libres de ella, pues eso no está en tu mano, pero sí pido que trabajes, que luches, que no te dejes dominar. Mira que el placer momentáneo que te proporciona es como los treinta dineros en que Me vendió Judas, los cuales no le sirvieron sino para su perdición. “¡Cuántas almas Me habrán vendido y Me venderán por el vil precio de un deleite, de un placer momentáneo y pasajero! ¡Ah, pobres almas! ¿A quién buscáis?... ¿Es a Mí?... ¿Es a Jesús a quien conocéis, a quien a quien habéis amado y con quien habéis hecho alianza eterna?...” 14 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa narrando a Josefa los misterios de Su Pasión y el mensaje que tiene para las almas: “A otra le diré: ¿seguirás con ese asunto que te ensucia las manos?... ¿No sabes que no es lícito el modo como adquieres el dinero, alcanzas esa aposición, te procuras ese bienestar?... “Mira que obras como Judas: ahora Me recibes y Me besas, dentro de unos instantes o de unas horas, Me prenderán los enemigos y tú mismo les darás la señal para que Me conozcan… Tú también, alma cristiana, Me haces traición con esa amistad peligrosa. No sólo Me atas y Me apedreas, sino que eres causa de que tal persona Me ate y Me apedree también. “¿Por qué Me entregas así, alma que Me conoces y que en más de una ocasión te has gloriado de ser piadoso y de ejercer la caridad?... Cosas todas que, en verdad, podrían hacerte adquirir grandes méritos; más… ¿qué vienen a ser para ti sino un velo que cubre un delito?... 14 DE MARZO DE 1923 Jesús prosigue compartiendo con Josefa los misterios de Su Pasión y la forma que ellos se relacionan con las almas: “Después que fui confortado por el enviado de Mi Padre, vi que Judas, uno de Mis doce Apóstoles, se acercaba Mí, y tras él venían todos los que Me habían de prender… Llevaban en las manos cuerdas, palos, piedras y toda clase de instrumentos para sujetarme… “Me levanté y acercándome a ellos, les dije: `a quién buscáis´? “Entretanto, Judas, poniendo las manos sobre Mis hombros, Me besó… ¡Ah! ¿qué haces, Judas?... ¿Qué significa este beso?... “También puedo decir a muchas almas: ¿qué hacéis?... ¿Por qué Me entregáis con un beso?... ¡Almas a quien amo!... Dime tú que vienes a Mí, que Me recibes en tu pecho… que Me dirás más de una vez que Me amas… ¿No Me entregarás a Mis enemigos cuando salgas de aquí?... Ya sabes que en esa reunión que frecuentas hay piedras que Me hieren fuertemente, es decir, conversaciones que Me ofenden… ¡y tú que Me has recibido hoy y que Me vas a recibir mañana, pierdes ahí la blancura preciosa de Mi gracia!... 13 DE MARZO DE 1923 Josefa continúa anotando las palabras penetrantes y reveladoras del Señor acerca de Su sufrimiento en el Huerto de Getsemaní: “Estas cosas se agolpaban ante Mis ojos y en Mi Corazón en aquellos instantes. ¿Qué haría?... ¿Retroceder?... ¿Pedir al Padre que Me librara de esta angustia, viendo, por tantos, la inutilidad de Mi sacrificio? No; Me sometí de nuevo a Su Voluntad Santísima y acepté el cáliz para apurarlo hasta las heces. Todo para enseñaros, almas queridas, a no volver atrás a la vista de los sufrimientos y a no creerlos inútiles aun cuando no veáis el resultado. Someted vuestro juicio y dejad que la Voluntad Divina se cumpla en vosotras. “Yo no retrocedí, antes al contrario, sabiendo que era el huerto donde habían de prenderme, permanecí allí…, no quise huir de Mis enemigos… Queda en paz. Estoy siempre a tu lado, aunque tú no lo sientas”. 13 DE MARZO DE 1923 Jesús expresa a Josefa Su tristeza por el desinterés y acomodo de las almas: “¡Pobre alma! ¿Empiezas a dormir? Dentro de poco vendré y no Me oirás porque estarás dormida. Desearé concederte una gracia y no podrás recibirla… Y ¿quién sabe si después tendrás fuerzas para despertar? Mira que si vas perdiendo alimento se debilitará tu alma y no podrá salir de este letargo… “Almas queridas: pensad que a muchas las ha sorprendido la muerte en medio de un profundo sueño. Y ¿dónde y cómo han despertado?. 13 DE MARZO DE 1923 El Señor continúa compartiendo con Josefa Sus palabras de amor y entrega por nosotros, así como Su tristeza ante el rechazo o indiferencia que muchas veces recibe. Josefa escribe: “Sí; por todas derramaría Mi Sangre y a todas amaría con gran amor. Mas para muchas este amor sería más delicado, más tierno, más ardiente… De estas almas escogidas esperaba más consuelo y más amor; más generosidad, más abnegación… Esperaba, en fin, más delicada correspondencia a Mis bondades. Y sin embargo… ¡ah! en aquel momento, vi cuántas Me habían de volver la espalda. Unas no serían fieles en escuchar Mi voz… Otras, la escucharían pero sin seguirla; otras, responderían al principio con cierta generosidad, mas luego, poco a poco caerían en el sueño de la tibieza. Sus obras Me dirían: ya he trabajado bastante; he mortificado mi naturaleza y he llevado una vida de abnegación… Bien puedo permitirme ahora un poco más de libertad. Ya no soy una niña… Ya no hace falta tanta vigilancia ni tanta privación… Me puedo dispensar de lo que me molesta…”. 13 DE MARZO DE 1923 Josefa escribe cada una de las palabras que Jesús le dice acerca de Su sufrimiento en Getsemaní: “La Sangre que brotaba de todos los poros de Mi Cuerpo, y que dentro de poco saldría de todas Mis heridas, sería inútil para gran número de almas. Muchas se perderían… ¡Muchísimas Me ofenderían y otras no Me conocerían siquiera!... “Derramaría Mi Sangre por todas y Mis méritos serían aplicados a cada una de ellas… ¡Sangre divina!... ¡Méritos infinitos!... Y sin embargo, inútiles para tantas y tantas almas!...”. 13 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa compartiendo a Josefa Sus reveladoras palabras acerca de Getsemaní como una gran ayuda para todos los que sufren de alguna manera: “Volviendo enseguida a la oración, Me postré de nuevo, adoré al Padre y Le pedí ayuda, diciéndole: `Padre Mío´; no dije: `Dios Mío´. Cuando vuestro corazón sufra más, debéis decir: `Padre mío´. Pedidle alivio, exponedle vuestros sufrimientos, vuestros temores y, con gemidos, recordadle que sois Sus hijas; que vuestro corazón se ve tan oprimido que parece a punto de perder la vida… que vuestro cuerpo sufre tanto que ya no tiene fuerza para más… Pedid con confianza de hijas y esperad que vuestro Padre os aliviará y os dará la fuerza necesaria para pasar esta tribulación vuestra o de las almas que os están confiadas. “Mi alma triste y desamparada padecía angustias de muerte… Me sentí agobiado por el peso de las más negras ingratitudes”. 13 DE MARZO DE 1923 (hoy, 29 de diciembre, se celebra el aniversario de la muerte de Sor Josefa; este mensaje es enviado recordándola con todo cariño) Jesús continúa diciendo a Josefa acerca de cuánto sufre a causa de las almas que no Le reciben, pero sobre todo, la instruye acerca de cómo es que Le negamos ciertas cosas que necesita de nosotros: “Más de una vez cuando quiero despertarlas y sacarlas de sí mismas, de sus vanos e inútiles entretenimientos, Me contestan, si no con palabras, con obras: `ahora no puedo… estoy demasiado cansada… tengo mucho que hacer... esto perjudica mi salud… necesito un poco de paz…´ “Insisto y digo suavísimamente a esa alma: `no temas; si dejas para Mí ese descanso, Yo te recompensaré. Ven a orar Conmigo tan sólo una hora. Mira que en este momento es cuando te necesito. ¡Si te detienes ya será tarde!... Y ¡cuántas veces oigo la misma respuesta!´ “¡Pobre alma! ¡No has podido velar una hora Conmigo! “Almas queridas, quise enseñaros aquí cuán inútil y vano es buscar alivio en las criaturas. ¡Cuántas veces están dormidas y en vez de hallar el descanso que buscáis, se llena vuestro corazón de amargura, porque no corresponden a vuestros deseos ni a vuestro cariño!” 13 DE MARZO DE 1923 Jesús dice a Josefa: “Vamos a continuar nuestra oración en Getsemaní. Colócate a Mi lado, y cuando Me veas sumergido en un mar de tristeza, ven Conmigo a buscar a los tres discípulos que se han quedado a cierta distancia. “Los había traído para que Me ayudasen, compartiendo Mi angustia… para que hiciesen oración Conmigo… para descansar en ellos… pero ¿cómo expresar lo que experimentó Mi Corazón cuando fui a buscarlos y los encontré dormidos?... ¡Cuán triste es verse solo sin poder confiarse a los suyos!... “¡Cuántas veces sufre Mi Corazón la misma angustia… y queriendo hallar alivio en Mis almas, las encuentro dormidas!...”. 13 DE MARZO DE 1923 A la mañana siguiente Jesús revela a Josefa nuevos tesoros: “No son tus méritos los que Me atraen sino el amor que tengo a las almas. “Sí… aquí vengo para manifestarte los sentimientos de Mi Corazón; pero también para descansar en vosotras. ¡Ah! ¡Qué gozo Me proporcionan las almas que reciben con alegría Mi visita! A veces las visito para consolarlas; otras, para que Me consuelen. Pero no siempre conocen que soy Yo, sobre todo cuando tienen que sufrir…”. 12 DE MARZO DE 1923 Por la noche Jesús vuelve con Su Cruz y, entregándosela a Josefa, le dice: “Descanso en tu pequeñez, pero también en este grupo de esposas Mías (Jesús se refiere a las demás Hermanas en el Convento), pues sin que ellas lo adviertan, les confío almas alejadas de Mí para que vuelvan a Mis brazos y se salven… Quédate con la Cruz y mañana te diré nuevos secretos”. 12 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa dictando a Josefa Su impresionante mensaje acerca de Su sufrimiento en Getsemaní: “Pero viendo tanto pecado y tantos crímenes, Mi naturaleza humana experimentó terrible angustia y mortal agonía, hasta tal punto, que sudé sangre. “¡Oh! ¡Almas que Me hacéis sufrir de esta manera! ¿Será esta Sangre salud y vida para vosotras.?... ¿Os vais a perder? ¿Será posible que esta angustia, esta agonía y esta Sangre sean inútiles para tantas y tantas almas?.... “Aquí nos quedaremos hoy, Josefa, permanece a Mi lado en Getsemaní y deja que Mi Sangre riegue y fortifique la raíz de tu pequeñez”. 12 DE MARZO DE 1923 Impresionan las palabras de Jesús acerca de Getsemaní, las cuales Josefa recoge así: “¡Ah!, ¡qué momento aquel en que sentí venir sobre Mí todos los tormentos que había de sufrir en Mi Pasión: las calumnias, los insultos, los azotes, la corona de espinas, la sed, la Cruz!... ¡Todo se agolpó ante Mis ojos y dentro de Mi Corazón! Al mismo tiempo vi las ofensas, los pecados y las abominaciones que se cometerían en el transcurso de los siglos; y no solamente los vi, sino que Me sentí revestido de todos esos horrores y así Me presenté a Mi Padre Celestial para implorar misericordia. Entonces sentí pesar sobre Mí la cólera de un Dios ofendido y airado. Y Yo mismo, que era Su Hijo, Me ofrecí como fiador para calmar Su cólera y aplacar Su justicia”. 12 DE MARZO DE 1923 Sor Josefa escribe todas las palabras que Jesús le comparte acerca del Huerto de Getsemaní: “Me retiré al huerto de Getsemaní… a la soledad. Que el alma busque a Dios en la soledad, es decir, dentro de sí misma. Que para hallarla imponga silencio a todos los movimientos de la naturaleza, en rebelión continua contra la gracia. Que haga callar los razonamientos del amor propio y de la sensualidad, los cuales sin cesar intentan ahogar las inspiraciones de la gracia, para impedir que el alma llegue a encontrar a Dios… “Postraos humildemente, como criaturas en presencia de su Creador y adorar Sus designios sobre vosotras, seas cuales fueren, sometiendo vuestra voluntad a la divina. “Así Me ofrecí Yo para realizar la obra de redención del mundo”. 12 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa dictando a Josefa: “En esa hora quise ponerme en oración y entregarme a la Voluntad de Mi Padre. “¡Almas queridas! Aprended de vuestro modelo que la única cosa necesaria, aunque la naturaleza se rebele, es someterse con humildad y entregarse con un acto supremo de voluntad al cumplimiento de la Voluntad Divina, en cualquier ocasión y circunstancia. “También quise enseñar a las almas que toda acción importante debe ir prevenida y vivificada por la oración, porque en la oración se fortifica el alma para lo más difícil y Dios se comunica a ella, y la aconseja e inspira, aun cuando el alma no lo sienta”. 12 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa compartiendo Sus secretos a Josefa: “Humíllate, besa el suelo… Y ahora ven Conmigo… Vamos a Getsemaní… Deja que tu alma se penetre de los mismos sentimientos de tristeza y de amargura que inundaron la Mía en aquella hora. “Después de haber predicado a las turbas, curado a los enfermos, dado vista a los ciegos, resucitado a los muertos… después de haber vivido tres años en medio de Mis Apóstoles para instruirlos y confiarles Mi doctrina… les había enseñado, con Mi ejemplo, a amarse, a soportarse mutuamente, a practicar la caridad, lavándoles los pies y haciéndome su alimento. “Se acercaba la hora para la que el Hijo de Dios se había hecho hombre… Redentor del género humano, iba a derramar Su Sangre y a dar Su vida por el mundo…” 12 DE MARZO DE 1923 Josefa se encuentra aturdida ante el esmero del maligno que busca alejarla de la Sagrada Comunión. Jesús la ayuda con las siguientes palabras: “No temas; no es mayor que el Mío el poder del demonio. Me gusta que Me llames, y Me consuelan tanto tus ansias de comulgar, que cada deseo de tu corazón es como si Me recibieses por tantas y tantas almas que no Me reciben”. 11 DE MARZO DE 1923 Luego de la maravillosa explicación que el Señor ha realizado acerca de la Eucaristía, Josefa le comenta con sencillez acerca de si El se complace en las almas inocentes que celebran su Primera Comunión. El Señor le responde: “Sí, en estas almas y en las de Mis esposas vengo a refugiarme para olvidar las ofensas de los pecadores. Los niños son para Mi Corazón como tiernos capullos en los que encuentro deleite y solaz. Y en Mis esposas descanso porque, como las rosas, Me defienden con sus espinas y Me consuelan con su amor… Tú, dame tu amor… Prepárate a venir Conmigo a Getsemaní. Yo te enseñaré a sufrir y te fortaleceré con el sudor de Sangre que brotó de Mi Cuerpo por los pecados del mundo. “Adiós, no te olvides de Mí… Amame como Yo te amo… Búscame como Yo te busco… ¿Ves como nunca te dejo?” 11 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa compartiendo con Josefa Sus innumerables secretos acerca de la Eucaristía. Ella escribe mientras el Señor habla: “Almas religiosas, encontraréis también en la Eucaristía la imagen perfecta de vuestro voto de obediencia. “Pues en esta hostia está cubierta y anonadada la grandeza y el poder de todo un Dios. Allí Me veréis como sin vida. Yo que soy la vida de las almas y el sostén del mundo. Allí, no soy dueño de ir ni de quedarme, de estar solo o acompañado: bajo esta hostia, sabiduría, poder, libertad, todo está escondido. Estas especies de pan son las ataduras que Me atan y el velo que Me cubre. Así el voto de obediencia es para el alma religiosa la cadena que la ata, el velo que la encubre para que no tenga voluntad, no sabiduría, ni gusto, ni libertad, más que según el beneplácito divino manifestado por sus Superiores”. 11 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa dictando a Josefa Sus secretos acerca de la Eucaristía. El Señor continúa hablando acerca de la castidad y cómo quienes la viven poseen una similitud con El mismo: “Más aún: el alma que vive consagrada a Mí por el voto de castidad, se asemeja también, en cuanto puede la criatura, a Mí que Soy su Creador, y que habiendo tomado la naturaleza humana con sus miserias, He vivido sin la más ligera sombra de mancha. “Así, el alma que hace voto de castidad es una hostia blanca y pura que rinde constante homenaje a la Majestad divina”. 11 DE MARZO DE 1923 Sor Josefa escribe los secretos que Jesús va compartiendo con ella acerca de la Eucaristía. El Señor continúa hablando acerca de la castidad y, para quienes viven la castidad, la similitud que ellos poseen con Su Madre: “Además os asemejáis a Mi Madre, que siendo criatura mortal ha vivido todas las miserias humanas y, sin embargo, inmaculada en todos los instantes de su vida. Ella sola Me ha glorificado más que todos los espíritus celestes y, atraído por esta pureza, Dios tomó de ella carne mortal, habitando en Su criatura”. 11 DE MARZO DE 1923 Jesús continúa revelando a Josefa Sus secretos acerca de la Eucaristía, esta vez refiriéndose a la castidad: “Diles a Mis almas que encontrarán también en la Hostia, pequeña y blanca, la perfecta imagen del voto de castidad. Aquí se halla encubierta, bajo las especies de pan y vino, la presencia real de todo un Dios. Tras este velo estoy Yo con Mi Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. “Así el alma consagrada por el voto de virginidad, debe cubrirse con un velo de modestia y sencillez, de modo que bajo apariencias humanas, se esconda la pureza que la asemeja a los ángeles. Y sabedlo, almas que formáis la corte del Cordero Inmaculado: la gloria que Me dais es incomparablemente mayor a la que Me dan estos espíritus angélicos. Pues no han conocido las miserias de la naturaleza humana y no han tenido que luchar por vencer para estar siempre purísimos”. 11 DE MARZO DE 1923 Jesús viene a tranquilar a Josefa: “Toma Mi Corona y no tengas miedo. La misericordia de Dios es infinita y no niega el perdón a los pecadores, mucho menos a una criatura tan pequeña y tan pobre como tú”. Acerca de la Comunión a la que Josefa no asistió (mensaje 351), sorprenden las palabras de Jesús acerca de Su profundo anhelo que las almas Le reciban en la Sagrada Comunión: “¡Si vieras, Josefa, cómo te esperaba y cuánto deseaba esconderme en tu corazón!... Repararás, preparándote hoy, con ardientes deseos, a recibirme mañana; y cada vez que Me desees, Mi Corazón se consolará. Además, que el espíritu de la fe y una obediencia ciega te guíen siempre. Ahora sigue escribiendo para Mis almas”. 7 DE MARZO DE 1923 Jesús explica a Josefa más de Sus secretos acerca de la Eucaristía: “En fin, las almas religiosas hallan en la Eucaristía su nido su amor, y, por último, la imagen de los benditos y sagrados Votos que las unen íntima e inseparablemente al Esposo Divino. “Sí, almas consagradas; vuestro voto de pobreza está perfectamente representado en esta hostia pequeña, redonda y fina, lisa y sin peso. Así el alma que ha hecho voto de pobreza, no debe tener ángulos, es decir, aficioncillas a cosas de su uso o de su empleo, ni a su familia, ni a su pueblo natal; ha de estar siempre dispuesta a dejar... a cambiar... Nada de la tierra... el corazón libre, sin apegos ocultos que lo aprisionen. “Esto no quiere decir que haya de ser insensible. El corazón más amante, puede mantener el voto de pobreza en toda su integridad. Lo esencial para el alma religiosa es que no posea nada sin la aprobación de los Superiores y que esté siempre dispuesta a abandonarlo, a la primera señal de la Voluntad de Dios. “Continuaré otro día, Josefa”. A pesar de estas horas de intimidad con el Maestro, no se suaviza el áspero camino que recorre Josefa. En más de una ocasión teme haber cedido a las violentas tentaciones del enemigo, y el pensamiento de haber ofendido Aquel a quien ama más que a su vida, la hace estremecer. “He perdido una Comunión”, escribe pasada de pena.
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