Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

XII Edición

                 octubre 2000


eN EL CORAZÓN DE MARÍA

Según el Magisterio de la Iglesia, la consagración a la Virgen Santísima se basa en su Mediación Maternal y Universal

Para entender bien el significado de la consagración total a la Stma. Virgen María, es necesario reconocer su misión como Medianera de todas la Gracias. El Concilio Vaticano II le confirió a la Virgen el título de Medianera, entendido como subordinado a la única mediación del Único Redentor, Jesucristo: "La Iglesia no duda en atribuir a María un tal oficio (de Medianera) subordinado, lo experimenta continuamente y lo recomienda al amor de los fieles, para que apoyados en esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador" (LG, n. 62).

El Papa Pío XI fue el primer Papa que se dirigió a la Virgen bajo el título de "...Medianera y Reconciliadora del mundo con su Hijo Unigénito, ornamento de la Iglesia más radiante y bello y su más poderosa defensa."

El Papa Pablo VI, en su Exhortación Apostólica, Marialis Cultus, nos explicó la razón por la cual todo cristiano debe permitirle a la Virgen un lugar central en su vida de amor y de fe, ya que como Medianera, es Auxilio de los Cristianos:

"Cristo es el único camino al Padre. Cristo es el modelo supremo al que el discípulo debe conformar la propia conducta, hasta lograr tener sus mismos sentimientos, vivir de su vida y poseer su Espíritu: esto es lo que la Iglesia ha enseñado. Pero la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo y amaestrada por una experiencia secular, reconoce que también la piedad a la Stma. Virgen, de modo subordinado, constituye una fuerza renovadora de la vida cristiana. La misión maternal de la Virgen empuja al pueblo de Dios a dirigirse con confianza a Aquella que está siempre dispuesta a acogerlo con afecto de madre y con eficaz ayuda de auxiliadora."

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