Declaración de la
Academia Pontificia para la Vida
sobre la producción y uso científico y
terapéutico de
las de las
células estaminales embrionarias humanas
Septiembre 2000
(Nota
de corazones.org: a
las células estaminales también se les llama
troncales o madres)
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también:
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Etica médica
____________
Este documento
tiene como objetivo ofrecer una aportación
al debate que se está desarrollando y extendiendo, tanto en la
literatura científica y ética como en la opinión pública,
sobre la producción y utilización de las células estaminales
embrionarias. En efecto, ante el
creciente relieve que va tomando el debate sobre sus límites y
licitud, es necesaria una reflexión que ponga de manifiesto sus
implicaciones éticas.
En
la primera parte se expondrán muy brevemente
los datos más recientes aportados por la ciencia sobre las células
estaminales y por la biotecnología sobre
su producción y uso. En la segunda, se llamará la atención sobre los
problemas éticos mas importantes que estos nuevos descubrimientos y
aplicaciones suscitan.
Aspectos Científicos
Una definición
comúnmente aceptada de "célula estaminal " - si
bien algunos aspectos necesitan todavía una mayor profundización- es
la de una célula que tiene dos características:
1) la capacidad de autorrenovación ilimitada
o prolongada, esto es, de reproducirse muchas veces sin
diferenciarse; 2) la capacidad de dar origen a células madre
de transición, con capacidad limitada de
proliferar, de las cuales derivan una
gran variedad de células altamente diferenciadas (nerviosas,
musculares, hemáticas, etc.).
Desde hace aproximadamente
30 años, estas células han sido objeto de una amplia
investigación, tanto en tejidos adultos1 como en tejidos
de embriones y cultivos in vitro de células estaminales
embrionarias de animales de
experimentación 2. Pero lo que ha
llamado recientemente la atención pública sobre ellas es el haber
logrado un nuevo resultado: la producción de células estaminales
embrionarias humanas.
Células estaminales embrionarias humanas
La preparación de células estaminales embrionarias
humanas (ES, ESc, Embryo Stem cells) implica hoy3:
1) la producción de embriones humanos y/o la
utilización de los sobrantes de fecundaciones in vitro o de los
crioconservados; 2) su desarrollo hasta la fase de
blastocisto inicial; 3) La extracción del embrioblasto o masa
celular interna (ICM), operación que implica la destrucción del
embrión; 4) el cultivo de dichas
células en un estrato de fibropblastos de
ratón y irradiados (feeder) y en un terreno adecuado, donde se
multiplican y confluyen hasta la formación de colonias; 5) repetidos
cultivos de las células de las
colonias obtenidas, que llevan a la formación de líneas celulares
capaces de multiplicarse indefinidamente conservando las
características de células estaminales (ES) durante meses y años.
Esta células ES, no obstante, son solamente el punto de
partida para la preparación de la líneas celulares diferenciadas,
o sea, células con las características propias de los diversos
tejidos (musculares, nerviosas, epiteliales, hemáticas, germinales,
etc). Los métodos para obtenerlas están todavía en estudio4;
pero la inoculación de ES humanas en animal de experimentación
(ratón) o su cultivo in vitro en terreno acondicionado hasta
llegar a la confluencia, han demostrado que son capaces de dar
origen a células diferenciadas que se obtendrían, en un normal
desarrollo, a partir de tres capas embrionarias distintas: endodermo
(epitelio intestinal), mesodermo (cartílago, hueso, músculo liso o
estriado) y ectodermo (epitelio neural, epitelio escamoso)5.
Esto resultados han conmovido tanto al mundo científico como
al biotecnológico -especialmente médico y farmacológico-y, no menos,
al mundo del mercado y de los medios de comunicación social: surgían
grandes esperanzas de que las siguientes aplicaciones comportarían
en nuevas y más seguras soluciones para la terapia de enfermedades
graves; soluciones que se están buscando ya desde hace años6.
Pero, sobre todo, se produjo una gran
conmoción en el mundo político7. En los Estados Unidos en
particular, en el Congreso, donde desde hacía años
había oposición a sostener con fondos federales unas
investigaciones en las que se destruirían embriones humanos, las
respuestas fueron entre otras: las fuertes presiones
del NIH (National Institute of Health) para
obtener fondos, al menos para utilizar las células estaminales
producidas por grupos privados, y la recomendaciones del NBAC
(National Bioetichs Advisory Committee), instituido por el
Gobierno federal para el estudio de este problema, para que sean
asignados fondos públicos no solamente para la investigación sobre
células estaminales embrionarias, sino también para su producción;
más aún, se insiste en que se rescinda definitivamente la
prohibición vigente por ley sobre el uso de fondos federales para la
investigación sobre embriones humanos.
Presiones en este
mismo sentido hay también en Inglaterra, Japón y Australia.
Clonación terapéutica
Ya se
evidenció que el uso terapéutico de las ES, en cuanto tales,
implicaba notables riesgos, al ser cancerígenas, como se había
constatado experimentos con ratones. Así pues, hubiera sido preciso
preparar líneas especializadas de células diferenciadas según
cada necesidad. El tiempo requerido para su obtención no parecía
breve. Pero, aún en el caso de que se
hubieran logrado, sería muy difícil tener la certeza de la ausencia
absoluta de células estaminales en la inoculación o en la
implantación terapéutica, con los riesgos consiguiente. Y, más aún,
se debería recurrir a ulteriores tratamientos para superar la
incompatibilidad inmunológica. Por estos motivos se propusieron tres
clases de clonación terapéutica8, capaces de
preparar células estaminales embrionarias humanas pluripotenciales,
con una información genética bien definida, a la cual seguiría
después la diferenciación deseada.
1. Reemplazar el
núcleo de un oocito por el núcleo de una célula adulta de un
determinado sujeto, seguido de desarrollo
embrionario hasta el estado de blastocisto y de la utilización de la
células de la masa interna (ICM) de la misma para obtener ES y, de
éstas, las células diferenciadas deseadas.
2. Traspaso de
un núcleo de una célula de un determinado sujeto a un oocito de otro
animal. Un eventual éxito llevaría -se
supone- al desarrollo de un embrión humano
utilizable como en el caso precedente.
3. Reprogramación
del núcleo de una célula de un determinado sujeto fundiendo el
citoplasma de ES con el carioplasma de una célula somática,
obteniendo así un "cybrid ". Es una posibilidad aún en estudio. En
todo caso, también este camino parece requerir la preparación previa
de ES a partir de embriones humanos.
Actualmente, la
investigación científica se decanta preferiblemente por el primer
tipo, pero es obvio que, desde el punto de vista moral, como
veremos, las tres soluciones propuestas son inaceptables.
Células estaminales adultas
En las tres últimas décadas, los estudios de la células estaminales
del adulto (ASC- Adult Stem Cells) pusieron de manifiesto que en
muchos tejidos adultos hay células estaminales, pero capaces de dar
origen sólo a células propias de un determinado tejido. Es decir, no
se pensaba en la posibilidad de la reprogramación. En los años más
recientes9, sin embargo, se descubrieron también en
varios tejidos humanos células estaminales pluripotenciales
-en la médula ósea (HSCs), en el cerebro (NSCs), en el
mesénquima (MSCs) de varios órganos y en la sangre del cordón
umbilical (P/CB, placental/Cord blood)-, esto es, capaces de dar
origen a diversos tipos de células, la mayoría hemáticas, musculares
y nerviosas. Se ha descubierto como reconocerlas, seleccionarlas,
mantener su desarrollo
y llevarlas a formar diversos tipos de células maduras mediante
factores de crecimiento y otras proteínas reguladoras. Más aún, se
ha realizado ya un notable adelanto en campo experimental, aplicando
incluso los más avanzados métodos de ingeniería genética y biología
molecular para el análisis del programa genético que actúa en la
células estaminales10 y para la transducción de los genes
deseados en células estaminales o madre que, una vez implantadas,
son capaces de restituir las funciones específicas a los tejidos
deteriorados11. Baste señalar, sobre la base de las
referencias citadas, que, en el hombre, las células estaminales de
la médula ósea, de las que se forman todas las diversas líneas de
células hemáticas, tienen como marcador la molécula CD34 y que, una
vez purificadas son capaces de reconstituir toda la población
hemática en pacientes que reciben dosis ablativas de radiaciones y
quimioterapia. Y esto, A una velocidad
proporcional a la cantidad de células empleadas. Más aún, hay ya
indicios de cómo orientar el desarrollo de células estaminales
nerviosas (NSCs) utilizando diversas proteínas
-entre ellas la neurorregulina y la proteína 2
osteomorfogenética (BMP2, Bone Morphogenetic Protein 2)-, que son
capaces de llevar a las NSCs a convertirse en neuronas o glía
(células neuronales de apoyo, productoras de mielina paréntesis), o
también el músculo liso.
El resultado al que ha llegado
muchos de los trabajos citados, aunque visto con cautela, es un
indicio de lo muy prometedoras que son las "células estaminales
adultas" para una terapia eficaz de muchas patologías. Así, D. J.
Watt y G. E. Jones, afirman
que "las células estaminales musculares, tanto de la línea
mioblástica embrionaria como adulta, pueden convertirse en células
de mayor importancia para tejidos distintos de los que les dieron
origen y ser la clave de terapias futuras incluso por enfermedades
diversas de las de origen miógeno" (p.93); J. A. Nolta y D. B. Kohn
subrayan que "los progresos en el uso de la transducción génica en
las células estaminales hematopoiéticas ha llevado comenzar
experimentaciones clínicas. Las informaciones que se obtengan
orientarán futuros procesos. En definitiva, la genoterapia permitía
tratar enfermedades genéticas y contraídas en las complicaciones de
los trasplantes de células alogénicas " (p. 460); D. L. Clarke y J.
Frisén confirmaban a su vez que "estos estudios sugieren que la
células estaminales en los diferentes tejidos adultos pueden ser
mucho más similares a la células embrionarias humanas de lo que se
había pensado hasta ahora, contando incluso en muchos casos con un
repertorio muy parecido" (p. 1663)
y "demuestran que células nerviosas adultas tienen una gran
capacidad de desarrollo, y son potencialmente aptas para utilizarse
como punto de partida de una producción de varios tipos de células
para trasplante en diversas enfermedades" (p. 1660).
En consecuencia, todos estos progresos y resultados ya obtenidos en
el campo de las células estaminales del adulto (ASC) dejan entrever,
no solamente su gran plasticidad, sino
también su amplia posibilidad de prestaciones que, probablemente,
no es diferente de las que poseen la células estaminales
embrionarias (ES), dado que la plasticidad
depende en gran parte de la información genética, la cual puede ser
reprogramada.
Obviamente, no es posible aún confrontar los
resultados terapéuticos obtenidos y obtenibles
utilizando las células estaminales
embrionarias y las células estaminales adultas. Sobre estas últimas,
diversas firmas farmacéuticas están ya siendo experimentaciones
clínicas[12] que dejan vislumbrar buenos
resultados y dan pie a serias esperanzas para un futuro más o menos
cercano. Sobre las primeras, aunque algunos intentos experimentales
ofrecen indicios positivos[13], su aplicación
en el campo clínico -precisamente por los
graves problemas éticos y legales implicados-
requiere un serio replanteamiento y un gran
sentido de responsabilidad ante la dignidad de todo ser humano.
Problemas Éticos
Dada la índole de este
documento, se formulan brevemente los problemas éticos esenciales
implicados en estas nuevas tecnologías, indicando la respuesta que
resulta de una atenta consideración del sujeto humano desde el
momento de su concepción; consideración en la
que se basa la postura firmada y propuesta por el Magisterio de la
Iglesia.
El problema ético, que es fundamental, puede
formularse así: ¿Es moralmente lícito producir y/o utilizar
embriones humanos vivos para la preparación de ES?
"La
respuesta es negativa", por las siguientes razones:
1. Sobre
la base de un análisis biológico completo, el embrión humano vivo es
a partir de la fusión de los gametos, un
sujeto humano con una identidad bien definida, el cual comienza
desde ese momento su propio desarrollo, coordinado, continuo y
gradual, de tal modo que en ningún estadio
sucesivo puede ser considerado como una simple masa de células14.
2. En consecuencia, como "individuo humano", tiene derecho a
su propia vida. Por consiguiente, cualquier intervención que no sea
en favor del embrión mismo, es un acto que viola dicho derecho. La
teología moral ha enseñado siempre que, en el caso del "jus certum
tertii", no es aplicable el sistema del probabilismo15.
3. Por tanto, la ablación de la masa celular interna (ICM)
del blastocisto, que lesiona grave e
irreparablemente el embrión humano, truncando su
desarrollo, es un acto gravemente inmoral y, por consiguiente,
gravemente ilícito.
4. Ningún fin considerado bueno, como la
utilización de la células estaminales que podrían obtenerse para la
preparación de otras células diferenciadas
con vistas a procedimientos terapéuticos de grandes expectativas,
puede justificar esa intervención. Un fin bueno no hace
buena una acción en sí misma mala.
5.
Para un católico, dicha postura ha sido confirmada por el Magisterio
explícito de la Iglesia que, en la encíclica Evangelium vitae
-refiriéndose también a la instrucción Donum
vitae de la Congregación para la doctrina de la fe-,
afirma que "la Iglesia siempre ha enseñado, y sigue enseñando,
que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su
existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que
moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad
corporal y espiritual: 'El ser humano debe
ser respetado y tratado como persona desde el instante de su
concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben
reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho
inviolable de todo ser humano inocente a la vida'"
(n. 60)[16].
El segundo problema ético se puede formular
así: ¿Es moralmente lícito realizar la llamada "clonación
terapéutica" a través de la producción de embriones humanos clonados
y sus sucesiva destrucción para la producción de ES?
"La
respuesta es negativa ", por la siguiente razón:
Todo tipo
de clonación terapéutica que implique la producción de embriones
humanos y la subsiguiente destrucción de los embriones producidos,
con el fin de obtener células estaminales es
ilícita; ya que se vuelve de nuevo al problema ético anteriormente
expuesto, el cual no puede tener más que una respuesta negativa17.
El tercer problema ético se puede formular así: ¿Es
moralmente lícito utilizar las ES, y la células diferenciadas de
ellas obtenidas, proporcionadas eventualmente por otros
investigadores o disponibles en el mercado?
"La respuesta
es negativa " ya que, más allá de compartir,
de manera más o menos formal, la intención moralmente
ilícita del agente principal, en el caso que
nos ocupa hay una cooperación material próxima
en la producción y manipulación de embriones humanos y por parte del
productor o del proveedor.
En conclusión, es evidente las
seriedad y la gravedad del problema ético
abierto por la voluntad de extender al campo de la investigación
humana la producción y/o el uso de embriones humanos incluso desde
una perspectiva humanitaria.
La posibilidad, ya constatada,
de utilizar células estaminales adultas para lograr los mismos fines
que se pretendieran alcanzar con las células
estaminales embrionarias -aún cuando hacen
falta muchos pasos ulteriores antes de obtener resultados claros y
definitivos-, indica esta posibilidad como la vía más razonable y
humana que se ha de seguir para un correcto y válido progreso en
este nuevo campo que se abre a la investigación y a prometedoras
aplicaciones terapéuticas. Estas representan, sin duda alguna, una
gran esperanza para una parte notable de personas enfermas.
+ Prof. Juan de Dios
VIAL CORREA
Presidente
+ Mons. Elio SGRECCIA
Vicepresidente
Vaticano, 25 de agosto de 2000
NOTAS
1.
Cf. M.
Loeffler, C.S. Potten,
"Stem Cells and
Cellular Pedigrees
-a Conceptual
Introduction", en
C S. Poten
(ed.), Stem Ccells,
Academic Press,
London 1997, pp 1-27;
D. Van
Der Kooy, S.
Weiss, Why
Stem Cells?, Science
2000, 287, 1439-1441.
2.
Cf. T.
Nakano, h. Kodama,
T. Honjo,"Generation
of Lymphohematopoietic Cells
from Embryonic Stem
Cells in Culture",
Science 1994, 265, 1098-1101;
G. Keller,
"In Vitro
Differentiation of Embryonic
Stem Cells,
Current Opinion in
Cell Biology 1995,
7, 862-869; 5. Robertson, M.
Kennedy, G.
Keller, "Hematopoietic
Commitment During
Embryogenesis",
Annals of the New
York Academy of
Sciences 1999, 872, 9-16.
3.
Cf. J. A. Thomson, J. Itskovitz-Eldor, S.S. Shapiro y otros,
“Ebryonic Stem Cell Lines Derived from Human Blastocysts”,
Science 1998, 282, 1145-1147; G. Vogel, Harnessing the Power of
Stem Cells, Science 1999, 283, 1432-1434.
4.
Cf. F.M. Watt, B.L.M. Hogan, Out of Eden: Stem Cells and Their
Niches, Science 2000, 287, 1427-1430.
5.
Cf. 3. A. Thomson, J. Itskovitz-Eldor, S.S. Shapiro y otros, op.
cit.
6.
Cf. U.S. Congress, Office of Technology Assessment, Neural
Grafting. Repairing the Brain and Spinal Cord, OTA-BA-462,
Washington, DC, Government Printing Office, 1990; A. McLaren, “Stem
Cells: Golden Opportunities with Ethical Baggage”, Science
2000, 288, 1778.
7. Cf. E. Marshall,
“A Versatile Cell Line Raises Scientific Hopes, Legal Questions”,
Science 1998, 282, 1014-1015; J. Gearhart, “New Potential for
Human Embryonic Stem Cells”, ib., 1061-1062; E. Marshall, “Britain
Urged to Expand Embryo Studies”, ib., 2167-2168; 73 “Scientists,
“Science Over Politics”, Science 1999, 283, 1849-1850; E. Marshall,
“Ethicists Back Stem Cell Research, White House Treads Cautiously”,
Science 1999, 285, 502; H.T. Shapiro, “Ethical Dilemmas and
Stem Cell Research”, ib., 2065; G. Vogel, NIH Sets Rules for Funding
Embryonic Stem Cell Research, Science 1999, 286, 2050; G.
Keller, H.R. Snodgrass, “Human Embryonic Stem Cells: the Future Is
Now”, Nature Medicine 1999, 5, 151-152; G.J. Annas, A.
Caplan, S. Elias, “Stem Cell Politics, Ethics and Medical Progress”,
ib., 1339-1341; G. Vogel, “Company Gets Rights to Cloned Human
Embrvos”, Science 2000, 287, 559; D. Normile, “Report Would
Open Up Research in Japan”, ib., 949; M.E. Frankel, “In Search of
Stem Cell Policy”, ib., 1397; D. Perry, “Patients Voices: the
Powerful Sound in the Stem Cell Debate”, ib., 1423; N. Lenoir,
“Europe Confronts the Embryonic Stem Cell Research Challenge, ib.,
1425-1427; F.E. Young, “A Time for Restraint”, ib., 1424; Editorial,
Stem Cells”, Nature Medicine 2000, 6, 231.
8. D. Davor, J.
Gearhart, "Putting Stem Cells to Work", Science 1999, 283,
1468-1470.
9. Cf. C. S. Potten (ed.), "Stem Cells", Academic
Press, London 1997, p. 474; D. Orlic, T. A. Bock, L. Kanz,
"Hemopoietic Stem Cells: Biology and Transplantation", Ann.
N. Y. Acad. Sciences, vol. 872, New York 1999, p. 405; M. F.
Pittenger, A. M. MacKay, S.C. Beck et al., Multilineage Potential
of Adult Human Mesenchymal Stem Cells, Science 1999, 284,
143-147; C. R. R. Bjornson, R.L. Rietze, B. A. Ryenolds et al.,
"Turning Brain into Blood: a Hematopoietic Fate Adopted by Adult
Neural Stem Cells in vivo", Science 1999, 283, 534-536; V.
Ourednik, J. Ourednik, K. I. Park, E. Y. Snyder, "Neural Stem
Cells—a Versatile Tool for Cell Replacement and Gene Therapy in the
Central Nervous System", Clinical Genetics 1999, 56, 267-278;
I. Lemischka, "Searching for Stem Cell Regulatory Molecules: Some
General Thoughts and Possible Approaches", Ann. N.Y. Acad. Sci.
1999, 872, 274-288; H. H. Gage, "Mammalian Neural Stem Cells",
Science 2000, 287, 1433-1438; D. L. Clarke, C. B. Johansson, J.
Frisen y otros., "Generalized Potential of
Adult Neural Stem Cells", Science 2000, 288, 1660-1663; G. Vogel,
"Brain Cells Reveal Surprising Versatility", ibid., 1559-1561.
10. Cf. R. L. Phillips, R. E. Ernst, I. R. Lemischka,
y otros., "The Genetic Program of
Hematopoietic Stem Cells", Science 2000, 288, 1635-1640.
11.Cf. D. J. Watt, G. E. Jones, "Skeletal Muscle Stem Cells:
Function and Potential Role in Therapy", en
C. S. Potten, Stem Cells, op. cit., 75-98; J.
A. Nolta, D. B. Kohn, "Haematopoietic Stem Cells for Gene Therapy",
ibid., 447-460; Y. Reisner, E. Bachar-Lustig, H-W. Li et al., "The
Role of Megadose CD34+ Progenitor Cells in the Treatment of Leukemia
Patients Without a Matched Donor and in Tolerance Induction for
Organ Transplantation", Ann. N.Y. Acad. Sci. 1999, 872,
336-350; D. W. Emery, G. Stamatoyannopoulos, "Stem Cell Gene Therapy
for the ß-Chain Hemoglobinopathies", ibid., 94-108; M. Griffith, R.
Osborne, R. Munger, "Functional Human Corneal Equivalents
Constructed from Cell Lines", Science 1999, 286, 2169-2172;
N. S. Roy, S. Wang, L. Jiang y otros., "In
vitro Neurogenesis by Progenitor Cells Isolated from the Adult
Hippocampus", Nature Medicine 2000, 6, 271-277; M. Noble,
"Can Neural Stem Cells Be Used as Therapeutic Vehicles in the
Treatment of Brain Tumors?", ib., 369-370; I. L. Weissman,
"Translating Stem and Progenitor Cell Biology to the Clinic:
Barriers and Opportunities", Science 2000, 287, 1442-1446; P.
Serup, "Panning for Pancreatic Stem Cells", Nature Genetics
2000, 25, 134-135.
12. E. Marshall, "The Business of Stem
Cells", Science 2000, 287, 1419-1421.
13. Cf. O.
Brustle, K. N. Jones, R. D. Learish y otros.,
"Embryonic Stem Cell-Derived Glial Precursors: a Source of
Myelinating Transplants", Science 1999, 285, 754-756; J. W.
McDonald, X-Z Liu, Y. Qu y otros.,
"Transplanted Embryonic Stem Cells Survive, Differentiate and
Promote Recovery in Injured Rat Spinal Cord", Nature Medicine 1999,
5, 1410-1412.
14. Cf. A. Serra, R. Colombo, "Identità e
Statuto dell'Embrione Umano: il Contributo della Biologia",
en Pontificia Academia Pro Vita, Identità e
Statuto dell'Embrione Umano, Libreria Editrice Vaticana, Città del
Vaticano 1998, p.106-158.
15. Cf. I. Carrasco de Paula, "Il
Rispetto Dovuto all'Embrione Umano: Prospettiva
Storico-Dottrinale", en ib., p. 9-33; R.
Lucas Lucas, "Statuto Antropologico dell'Embrione Umano", in ibid.,
pp.159-185; M. Cozzoli, "L'Embrione Umano: Aspetti Etico-Normativi",
in ib., pp.237- 273; L. Eusebi, "La Tutela dell'Embrione Umano:
Profili Giuridici", en ib., p 274-286.
16. Juan Pablo II,
Encíclica Evangelium Vitae (25 marzo
1995), Acta Apostolicae Sedis 1995, 87, 401-522; cf.
también Congregación de la Doctrina de la Fe,
"Donum Vitae" (22 de febrero
1987), Acta Apostolicae Sedis 1988, 80, 70-102.
17. Congregación
para la Doctrina de la Fe, op. cit., I, no. 6; C.B.Cohen
(ed.), "Special Issue: Ethics and the Cloning of Human Embryos",
Kennedy Institute of Ethics Journal 1994, n.4, 187-282; H. T.
Shapiro, "Ethical and Policy Issues of Human Cloning", Science
1997, 277, 195-196; M.L. Di Pietro, "Dalla Clonazione Animale alla
Clonazione dell'Uomo?", Medicina e Morale 1997, no. 6,
1099-2005; A. Serra, "Verso la Clonazione dell'Uomo? Una Nuova
Frontiera della Scienza", La Civiltà Cattolica 1998 I,
224-234; ibid., "La Clonazione Umana in Prospettiva 'Sapienziale'",
ibid., 329-339.
__________
L'Osservatore Romano,
15 de septiembre de 2000, p. 10-11.