ANGELUS
"solemnidad del sacratisimo corazon"
S.S. Benedicto XVI
Junio 5, 2005
www.vatican.va
Queridos hermanos y hermanas:
El viernes pasado celebramos la solemnidad del
Sacratísimo Corazón de Jesús, devoción profundamente
arraigada en el pueblo cristiano. En el lenguaje
bíblico el "corazón" indica el centro de la persona,
la sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En
el corazón del Redentor adoramos el amor de Dios a
la humanidad, su voluntad de salvación universal, su
infinita misericordia. Por tanto, rendir culto al
Sagrado Corazón de Cristo significa adorar aquel
Corazón que, después de habernos amado hasta el fin,
fue traspasado por una lanza y, desde lo alto de la
cruz, derramó sangre y agua, fuente inagotable de
vida nueva.
Con la fiesta del Sagrado Corazón coincidió la
celebración de la Jornada mundial de oración por la
santificación de los sacerdotes, ocasión propicia
para orar a fin de que los presbíteros no antepongan
nada al amor de Cristo. El beato Juan Bautista
Scalabrini, obispo y patrono de los emigrantes, de
cuya muerte el 1 de junio recordamos el centenario,
tuvo una profunda devoción al Corazón de Cristo.
Fundó los Misioneros y las Misioneras de San Carlos
Borromeo, llamados "escalabrinianos", para el
anuncio del Evangelio entre los emigrantes
italianos. Al recordar a este gran obispo, dirijo mi
pensamiento a quienes se hallan lejos de su patria y
a menudo también de su familia, y les deseo que
encuentren siempre en su camino rostros amigos y
corazones acogedores, que puedan sostenerlos en las
dificultades de cada día.
El corazón que más se asemeja al de Cristo es, sin
duda alguna, el corazón de María, su Madre
inmaculada, y precisamente por eso la liturgia los
propone juntos a nuestra veneración. Respondiendo a
la invitación dirigida por la Virgen en Fátima,
encomendemos a su Corazón inmaculado, que ayer
contemplamos en particular, el mundo entero, para
que experimente el amor misericordioso de Dios y
conozca la verdadera paz.
--------------------------------------------------------------------------------
Después del Ángelus
Varias regiones del mundo experimentan actualmente
tensiones sociales y políticas que, en algunos
casos, corren el riesgo de desembocar en graves
conflictos. En este momento, mi pensamiento va en
particular a Bolivia y a la preocupante situación
que se está viviendo allí.
A la vez que os invito a rezar por esa querida
población, encomiendo a la Virgen mi esperanza y mi
llamamiento para que prevalezcan en todos la
búsqueda del bien común, el sentido de
responsabilidad y la disponibilidad al diálogo
abierto y leal.
Dirigiendo ahora el pensamiento a otro escenario de
tensiones y enfrentamientos, uno mi voz a la del
presidente de la República italiana, a la del
presidente de Afganistán y a la de los pueblos
italiano y afgano, para pedir la liberación de la
voluntaria italiana Clementina Cantoni. Que la
dolorosa experiencia que está viviendo esta hermana
nuestra sea un estímulo a buscar por todos los
medios el entendimiento pacífico y fraterno entre
las personas y las naciones.
En Italia se celebra hoy la Jornada del deporte para
todos, instituida para mantener vivos los valores
auténticos de la actividad deportiva. En particular,
este año se destaca el vínculo entre el deporte y la
naturaleza, según el tema elegido por la Unesco para
la actual Jornada mundial del ambiente. Deseo que el
deporte practicado de modo sano y armonioso en todos
los niveles favorezca la fraternidad y la
solidaridad entre las personas y el respeto y la
valorización del ambiente natural.
Doy una cordial bienvenida a los fieles de lengua
española, en especial a los grupos parroquiales de
Sabadell, que peregrinan a la tumba de Pedro para
confesar la fe en Cristo. Invito a todos a ser
fieles testigos del Evangelio, a ejemplo de los
Apóstoles, y os bendigo de corazón a vosotros y a
vuestras familias. ¡Feliz domingo!
(En lengua croata)
Según el amor que brota de los Corazones de Jesús y
María, unidos con todos nuestros hermanos y hermanas
en la fe, sed un solo corazón y una sola alma.
© Copyright 2005 - Libreria Editrice Vaticana