ANGELUS
S.S. Benedicto XVI
Junio 26, 2005
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Queridos hermanos y hermanas:
Nos preparamos para celebrar con gran solemnidad la
fiesta de San Pedro y San Pablo, apóstoles, que en
Roma sellaron con su sangre el anuncio del
Evangelio.
El jueves 29, a las nueve y media, presidiré la
santa misa en la basílica vaticana: será una ocasión
significativa para destacar la unidad y la
catolicidad de la Iglesia. A la celebración
asistirá, como en el pasado, una delegación especial
enviada por el Patriarca ecuménico de
Constantinopla. Invito a los fieles de Roma, que
veneran a los apóstoles san Pedro y san Pablo como
sus patronos especiales, así como a los peregrinos y
a todo el pueblo de Dios a invocar su protección
celestial sobre la Iglesia y sobre sus pastores.
La conclusión del mes de junio marca para los países
del hemisferio norte del planeta el inicio de la
estación estiva, y para mucha gente comienza el
tiempo de las vacaciones. A la vez que deseo a todos
que vivan serenamente algunos días de merecido
descanso y de distensión, quisiera hacer un
llamamiento a la prudencia a los que se ponen en
camino para ir a los diversos lugares de veraneo.
Por desgracia, todos los días, especialmente en los
fines de semana, se producen en las carreteras
accidentes con numerosas vidas humanas trágicamente
truncadas, y más de la mitad de las víctimas son
jóvenes. Durante los últimos años se ha hecho mucho
para prevenir estos trágicos sucesos, pero se puede
y se debe hacer aún más con la colaboración y el
esfuerzo de todos. Es preciso combatir la
distracción y la superficialidad, que en un instante
pueden arruinar el futuro propio y el ajeno. La vida
es valiosa y única: se debe respetar y proteger
siempre, también con un comportamiento correcto y
prudente en las carreteras.
La Virgen María, que nos acompaña en el camino
diario de la vida, vele sobre los que viajan y
obtenga misericordia para las víctimas de la
carretera. A ella, Reina celestial de los Apóstoles,
en la inminencia de la fiesta de san Pedro y san
Pablo, apóstoles, le encomendamos la Iglesia y su
acción misionera en todo el mundo.
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