Nuestro Padre sabe lo que es mejor

-Le pedí riquezas para disfrutar la vida, y me dio vida para disfrutar Su presencia en la pobreza.
-Le pedí salud para trabajar sin fatigarme, y me hizo frágil para necesitar de mis hermanos.
-Le pedí poder para lograr grandes proyectos y me dio debilidad, para que confiara en Su providencia.

Dios no me concedió nada tal como lo pedí.  Prefirió regalarme dones muy superiores, aquellos que realmente satisfacen al alma. Lo que, sin saberlo, buscaba encontrar en cosas de la tierra, Dios me las concedió en sus dones celestiales.   ¡Gracias Señor!



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