Oficio de lectura, Viernes
I del tiempo Ordinario
Todo, por el
Verbo, compone una armonía verdaderamente divina
Del
sermón de san Atanasio,
obispo, contra los gentiles
Núms. 42-43
Ninguna cosa de las que existen o son hechas
empezó a ser sino en él y por él, como nos enseña el evangelista
teólogo, cuando dice: En el principio
ya existía la Palabra. La Palabra estaba junto a Dios, y la
Palabra era Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin
ella no se hizo nada.
Así como el músico, con la lira bien templada,
ejecuta una armonía, combinando con los recursos del arte los
sonidos graves con los agudos y los intermedios, así también la
Sabiduría de Dios, teniendo en sus manos el universo como una
lira, une las cosas de la atmósfera con las de la tierra, y las
del cielo con las de la atmósfera y las asocia todas unas con
otras, gobernándolas con su voluntad y beneplácito. De este
modo, produce un mundo unificado, hermosa y armoniosamente
ordenado, sin que por ello el Verbo de Dios deje de permanecer
inmutable junto al Padre, mientras pone en movimiento todas las
cosas, según le place al Padre, con la invariabilidad de su
naturaleza. Todo, en definitiva, vive y se mantiene, por
donación suya, según su propio ser y, por él, compone una
armonía admirable y verdaderamente divina.
Tratemos de explicar esta verdad tan profunda
por medio de una imagen: pongamos el ejemplo de un coro
numeroso. En un coro compuesto de variedad de personas, de
niños, mujeres, hombres maduros y adolescentes, cada uno, bajo
la batuta del director, canta según su naturaleza y sus
facultades: el hombre con voz de hombre, el niño con voz de
niño, la mujer con voz de mujer, el adolescente con voz de
adolescente, y, sin embargo, de todo el conjunto resulta una
armonía. Otro ejemplo: nuestra alma pone simultáneamente en
movimiento todos nuestros sentidos, cada uno según su actividad
específica, y así, en presencia de algún estímulo exterior,
todos a la vez se ponen en movimiento: el ojo ve, el oído oye,
la mano toca, el olfato huele, el gusto gusta, y también sucede
con frecuencia que actúan los demás miembros corporales, por
ejemplo, los pies se ponen a andar. De manera semejante acontece
en la creación en general. Ciertamente, los ejemplos aducidos no
alcanzan a dar una idea adecuada de la realidad, y por esto es
necesaria una más profunda comprensión de la verdad que quieren
ilustrar.
Es decir, que todas las cosas son gobernadas a
un solo mandato del Verbo de Dios, de manera que, ejerciendo
cada ser su propia actividad, del conjunto resulta un orden
perfecto.
Oración
Muéstrate propicio, Señor, a los deseos y
plegarias de tu pueblo; danos luz para conocer tu voluntad y la
fuerza necesaria para cumplirla. Por nuestro Señor Jesucristo.