Oficio, 28 de Enero, Santo Tomás
de Aquino
En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes
De las conferencias de
santo
Tomás de Aquino, presbítero.
¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era,
ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar
nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.
Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo
encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a
causa del pecado.
La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de
Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo
aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa
que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que
Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.
Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la
vida por sus amigos. Esto es lo hizo Cristo en la cruz. Y, por esto,
si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso
cualquier mal que tengamos que sufrir por él.
Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la
cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir
pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que
podrían evitarse. Ahora bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y
los soportó pacientemente, ya que en su pasión no profería amenazas;
como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca.
Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: Corramos en la carrera
que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa
nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz,
despreciando la ignominia.
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios,
quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.
Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel se hizo obediente al
Padre hasta la muerte: Si por la desobediencia de uno –es decir, de
Adán– todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de
uno todos se convertirán en justos.
Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel
que es Rey de reyes y Señor de señores, en quien están encerrados
todos los tesoros del saber y el conocer, desnudo en la cruz,
burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien finalmente,
dieron a beber hiel y vinagre.
No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que
se repartieron mis
ropas; ni a los honores, ya que él experimentó las burlas y azotes;
ni a las dignidades, ya que le pusieron una corona de espinas, que
habían trenzado; ni a los placeres, ya que para mi sed me dieron
vinagre.
Oración
Oh Dios, que hiciste de santo Tomás de Aquino un varón preclaro por su
anhelo de santidad y por su dedicación a las ciencias sagradas,
concédenos entender lo que él enseñó e imitar el ejemplo que nos dejó en
su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.