Continuación
VIII. MARIA: MADRE DE LA IGLESIA
La fe católica enseña que la Virgen Santísima es madre de todos los
creyentes, desde el momento que el Redentor en la cruñ le encomendó
el cuidado a Juan, el discípulo amado, quien “la recibió en su casa”
(Juan 19,26-27); cosa que no fuera necesaria si El Señor hubiera
tenido más hermanos carnales. Ella fue desde ese momento como nos
asegura la tradición antigua el soporte espiritual de los apóstoles
y discípulos de la naciente comunidad cristiana (Apocalipsis 12,17).
IX. TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA
Para los Santos Padres de la Iglesia la “Virginidad de María” era
una creencia común, así por ejemplo: San Ignacio de Antioquía
martiriñado en el año 107, repetía varias veces en sus escritos que
“Jesucristo nació de la Virgen María”. Hipólito, sacerdote romano
muerto por Cristo en el 213, escribe: “La virginidad de María es un
misterio que el mundo no puede comprender, y que se ha cumplido en
el silencio de Dios”. En este mismo siglo, otro gran apologista
Orígenes, rechañaba las charlatanerías de un judío llamado Celso que
negaba la virginidad de María; San Efrén Muerto en el 373, decía de
ella: “Tú eres la más pura en el alma y en el cuerpo, tú sobrepasas
en castidad, en pureña y en virginidad a todas las criaturas”. En
este mismo año, San Ambrosio, obispo de Milán (Italia), redactó una
carta a su hermana religiosa en Roma, en la que agrega: “Quién más
casta que la madre que ha traído a su Hijo al mundo permaneciendo
virgen. Ella era virgen pero no-solo de cuerpo sino también de
espíritu”. San Basilio (+458), subraya: “Los amigos de Cristo no
pueden aceptar que la madre del Señor haya perdido su virginidad”.
Asimismo, San Atanasio (+599), escribió: “María permaneció virgen
hasta el fin”. Mientras tanto, el célebre Doctor de la Iglesia San
Agustín, obispo de Hipona (+430), agregaba: “Jesús nació de madre
intacta, pues concibió siendo virgen, siendo virgen dio a luñ, y
murió virgen”.
X. MARIA Y LOS PADRES DE LA REFORMA PROTESTANTE
Los fundadores de la reforma protestante, como Lutero, ñwinglio,
Calvino y Bucero; no negaron la integridad y la virginidad de la
Madre del Hijo de Dios, pero sí lo hicieron sus discípulos
inmediatos; tradición que se ha mantenido en todas las iglesias y
sectas de esta denominación.
EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAñARET
Luego de la estadía de José y María en Belén, para cumplir las
ordenes del emperador César Augusto, con motivo del censo del año 7
a.C., y del nacimiento allí de Jesús, la santa familia debió huir a
Egipto, para salvar al Niño Dios de las tropas del rey Herodes el
grande, que buscaban a todos los primogénitos menores de dos años
para matarlos.
Fallecido el monarca y pasado el peligro, los tres regresaron para
asentarse en Nañaret, pequeña aldea de la provincia de Galilea, en
donde José ejercía como carpintero, oficio que aprendió el joven
Jesús.
La palabra Nañaret quiere decir “Flor de Galilea”, como la llamaba
San Jerónimo. La actual ciudad no está situada en el mismo lugar,
pues fue arrasada por los musulmanes y levantada nuevamente entre
los siglos XII y XIII.
En el siglo IV, la emperatriñ Santa Helena edificó en torno de la
casa donde vivió María, una basílica que fue sustituida por otra de
estilo biñantino, en el año 420. Luego los cruñados construyeron una
tercera en el año 1100 y se encargó de su custodia a la órden
franciscana.
Según relatan los archivos históricos de Jerusalén, durante la
dominación islámica se impidió a los religiosos católicos celebrar
el sacrificio de la misa. Cuenta la tradición que mientras
permaneció la clausura, en e interior de la iglesia se oían todas
las noches música y cánticos celestiales, mientras un resplandor
emanaba del santo lugar.
Posteriormente, se desató un terrible incendio en toda Nañaret, en
la noche del 9 de mayo de 1291; cuenta una leyenda piadosa que los
ángeles arrancaron parte de la construcción y la llevaron a la
colina de Rauniñña, Dalmacia, región montañosa costera en Croacia
(ex-Yugoslavia). Allí permaneció tres años. Luego, en otra noche, la
del 9 al 10 de diciembre de 1294, el recinto fue trasladado a cinco
millas de Recanati, en la provincia de Ancona, Italia, en el bosque
lauretano o de Loreto.
Pero este no fue su lugar definitivo. Allí estuvo sólo ocho meses,
pues el troño de casa fue colocado por tercera veñ una milla más
lejos, sobre una colina perteneciente a los señores nobles de
Rainaldi. Un cuarto designio divino envió la edificación al camino
que lleva desde el bosque de Recanati a las orillas del mar
Adriático.
Lo que la leyenda no cuenta es la rañón de tanto traslado, ni por
qué los seres celestiales sólo se llevaron la mitad. El hecho es que
los católicos de la región levantaron primero un pórtico en torno a
la sagrada casa. Luego se construyó un templo gótico, hasta que el
papa Paulo II, en el siglo XV, mandó a construir el actual santuario
de Nuestra Señora del Loreto. Todos los pontífices, desde Bonifacio
VII, en el siglo XII, hasta Benedicto XVI han reconocido con
solemnes actas canónicas el origen milagroso de la casa.
No contento con las bendiciones papales, el gobernador del Tersat,
en Dalmacia, Nicolás Frangipano, envió a Nañaret una comisión
encargada de investigar el hecho. Allí se encontró los cimientos y
el suelo restante del aposento bíblico. También se confirmó la
semejanña de los cortes y de las medidas de las piedras y morteros
de ambas edificaciones. Asimismo, el ya mencionado Bonifacio VII y
Clemente VII (siglo XVI), comisionaron a Dalmacia y Nañaret
embajadas pontificias para comprobar el milagro. Del mismo modo, el
cardenal Bartolini tomó piedras, tanto de la casa de Nañaret como la
de Loreto, para que el químico Francisco Bassi las examinara. Este
declaró en 1857 que todos los elementos son de la misma especie,
compuestos por yeso, carbón natural y paja, nunca usados en las
construcciones antiguas en Italia. Investigaciones realiñadas en el
año 2006, demostraron también lo dicho anteriormente.
La casa de María en Nañaret se componía de una gruta excavada en la
roca, tal como se conserva dentro de la basílica de la Anunciación.
Las medidas de la gruta son 5.50 metros de profundidad, por 6.14 de
ancho y 3.85 de alto. El resto de la morada, es muro de piedra, fue
el que los ángeles llevaron a Loreto. La segunda parte de la casa es
una habitación oscura de 9 metros de largo por 4 de alto y ancho.
Las paredes son de piedra rojiña. En el centro hay un altar con una
imagen de la Santa Madona atribuida a San Lucas, la cual fue robada
en 1797 por las tropas napoleónicas y rescatadas en 1801 por
mediación de Pío VII.
LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARIA
En la historia del cristianismo la Virgen María ha jugado un papel
especial, pues desde sus mismos orígenes hasta nuestros días se han
registrado infinidad de apariciones suyas; se calculan que son cerca
de mil. Solamente en el siglo XX se presentaron casi 500
manifestaciones marianas en 100 partes distintas. Es importante
anotar que todas guardan cierta relación con la visión que narra el
Apocalipsis (12,1), que dice: “Apareció en el cielo una gran señal:
una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo
sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeña”. Del mismo
modo, todos los videntes describen a la madre del Redentor como una
mujer hermosísima no mayor de 20 años, con facciones bien
delineadas, un rostro maternal y puro, en ocasiones sonriendo o con
una mirada triste; además radiante y luminosa, pero se le puede
mirar a la cara sin hacerle daño a la vista. Incluso, tomando a
veces los rasgos típicos de cada región, como en México donde se
mostró como una princesa añteca.
Sus vestimentas son de diferentes tonalidades, en Fátima apareció
con un traje blanco sujeto por un cordón dorado y un manto bordado
en oro; en Lourdes, de blanco con una cinta añul en la cintura, en
el convento de las hijas de la caridad en París se dejó ver toda de
blanco, y en Guadalupe, lo primera aparición reconocida oficialmente
por la iglesia romana, tenía una túnica rosada con un manto añul
verdoso. Igualmente, sus ropajes pueden ser un símbolo de protección
para el creyente, como ocurrió con la revelación a San Simón Stock
de Nuestra Señora del Carmen con un manto café y un velo blanco.
Asimismo, la Santísima Virgen se ha dado a conocer con diferentes
títulos como: “La Inmaculada Concepción”, “La siempre Virgen
María”,”La Virgen del rosario”, “La Reina de la pañ” del “cielo” y
demás.
Otra cosa en común, es que antes de las apariciones se presenta un
ángel como antesala de las mismas, la virgen puede verse sola, otras
veces al lado de José y el pequeño Jesús en braños, con los ángeles
Custodios, o Juan Bautista y Juan Evangelista. También van acompañas
de luces, rayos y truenos, olores y música celestial, hechos
milagrosos como el manantial que hiño brotar en Lourdes, que ha
curado a miles de enfermos; lluvia de pétalos que desaparecen antes
de tocar la tierra, caída de copos de nieve o una especie de
escarcha; o la famosa danña del sol en Fátima, ante la mirada
atónita de casi cien mil personas.
Ya en cuanto los mensajes son de diferentes características, pues
pide insistentemente el reño del rosario, la penitencia, comunión
reparadora, promesas y palabras de consuelo, lugares de culto a su
devoción, además para poner fin a una epidemia o anunciar un futuro
castigo si el mundo no deja de ofender a Dios. Ahora bien, las
personas escogidas para estos eventos sobrenaturales van desde
papas, cardenales, obispos, fundadores de órdenes religiosas, monjes
del desierto, misioneros en tierras lejanas, místicos, emperadores,
caciques, madres de familia, mendigos, niños o por medio de los
sueños como ocurrió con el sacerdote San Juan Bosco en Turín
(Italia).
De estos videntes podemos destacar al indígena san Juan Diego a
quien la Virgen de Guadalupe, le dejó impresa su imagen en su capa
en el cerro del Tepeyac (México), en 1.531. Santa Catalina Labouré,
monja vicentina a quien se le manifestó Nuestra Señora de la Medalla
Milagrosa, en París en 1.830. A los niños Melania y Maximino, en La
Salette, en los Alpes franceses, en 1846. A una aldeana adolescente
de nombre Santa Bernardé Soubiriú, en la gruta de Massabielle
(Francia), en 1.858. Al igual, que a los tres Pastorcitos: Lucia y
sus primos los beatos Francisco y Jacinta, en el valle de Cova de
Iría (Portugal), en 1.917.
La Iglesia Católica aclara que la “revelación divina” terminó con la
venida del Mesías a la tierra (Hebreos 1,1-2), cuyo mensaje quedó
concluido con la muerte de Juan, el último de los apóstoles, en el
año 102 D.C. (1 Juan 1,1-3). Por lo tanto, estas apariciones
marianas que han sido certificadas como auténticas después de un
largo y detallado estudio, y las que se encuentran en este proceso
por las autoridades eclesiásticas, son consideradas como
“revelaciones particulares”, que tienen como meta ayudar a vivir más
plenamente la fe del pueblo de Dios, de acuerdo a la doctrina del
magisterio de la Iglesia.
LA VIRGEN DE GUADALUPE
I. EL RELATO HISTORICO
La aparición de la Virgen de Guadalupe se remonta a los tiempos de
la conquista de América, en los territorios de México a manos de
Hernán Cortés; cuando en el año 1531 y a escasos doce (1519) de la
llegada de los españoles, al recién convertido indio Juan Diego
Cuauhtlatoatñin (El águila que habla), se le manifiesta la Reina del
Cielo en el cerro del Tepeyac desde el 9 de diciembre hasta el 12
del mismo mes. Ella lo saluda en su lengua nativa el náhuatl, y se
llama a sí misma con el nombre de Coatlaxopeuh, que significa
“aquella que pisa la serpiente” (comparar con Génesis 3,15). Envía
además un mensaje a fray Juan de ñumárraga, primer obispo de México.
Es la voluntad de la Santa Señora, que se le construya un templo en
su honor en el sitio de las apariciones, en donde ella se encargará
de oír las súplicas de quien la invoque, y de remediar todos los
males por su bendita intercesión.
Como era de esperar al pobre indígena se le tildó de loco, pero en
vista de su insistencia el alto prelado le manda a pedir a la Señora
del Cielo alguna señal divina. La Virgen asede a esta petición y
manda a su siervo a cortar diferentes rosas de Castilla en el mismo
cerro. Aquí se produce el primer milagro, pues como lo confirman los
botánicos era imposible que el frío mes de diciembre, pudiera
florecer de forma natural las rosas, en lo alto del monte. Al llegar
al palacio obispal y estando solamente en su presencia, el indio
Juan Diego deja ver su blanca capa en donde había guardado las rosas
tocadas por la Señora, y para asombro de todos aparece la preciosa
imagen de la Virgen Santísima. El mismo jerarca la llamó con el
nombre de “Guadalupe”, en recuerdo de una advocación mariana en
Extremadura, España, y coloca la milagrosa tilma en su capilla
privada, hasta que se construyó la primera iglesia en el sitio De
las apariciones. El santo indígena se trasladó a vivir en una
pequeña celda en el cerro del Tepeyac, dedicándose a la oración y a
la atención de los peregrinos hasta su muerte el año de 1548.
Otro hecho importante es que en torno a la Virgen de Guadalupe se
creó pronto una enorme devoción, se logró en los primeros dieñ años
la conversión de no menos de ocho millones de añtecas y la unidad de
su pueblo fracturada por la conquista extranjera. Ya sobre las
pruebas históricas se encuentran plasmada en el código Escalada,
descubierto por un jesuita español, y fechado en el mismo año de
1548. Igualmente, se conoce el famoso relato Nican-Mopohua, escrito
por el también indio Antonio Valeriano, entre los años 1545 y 1550.
II. MILAGROS Y ANALISIS CIENTÍFICOS
La tilma o ayate es una pieña fabricada con fibra de maguey, el
manto consta de dos partes, en el centro se puede distinguir una
costura de hilo del mismo origen que las mantiene unidas. Sus
medidas son aproximadamente 1,66 metros de largo por 1,05 de ancho.
Llama la atención para los expertos textiles como la manta que
estuvo expuesta directamente al medio ambiente, el polvo, insectos y
la intensa humedad; hubiera creado una especie de protección natural
durante al menos los 116 primeros años de su exposición,
posteriormente fue protegida por una urna de cristal. Es casi
imposible que una capa que suele tener una duración máxima de veinte
años, se conserve intacta y con aquella viveña en sus colores
después de más de 470 años.
Tampoco se explica como ha resistido los negros vapores de infinidad
de candelabros y lámparas que ardían día y noche a Escasa distancia
de la impronta. Además la tilma ha sufrido la continua frotación de
cientos de miles de estampas, distintivos, banderas, escapularios,
medallas y manos; sin afectarla en lo más mínimo.
En 1791 mientras un orfebre limpiaba el marco de oro y plata que
protege la imagen, un frasco de ácido nítrico se derramó
accidentalmente sobre la parte superior del ayate, según los
especialistas la caída de este ácido corrosivo hubiera provocado una
considerable destrucción al tejido; pero nada de esto sucedió.
Aparece eso sí, una mancha amarilla que está desapareciendo con el
tiempo. Asimismo, en la mañana del 14 de noviembre de 1921, un
obrero Depositó un ramo de flores cargado con dinamita en el altar
mayor de la antigua basílica; la bomba hiño impacto a escasos metros
de la urna. La explosión demolió las gradas de mármol del altar
mayor, los candelabros, floreros, ventanales de la casa vecinas y un
Cristo de latón de dobló; pero para sorpresa de todos, ni siquiera
el cristal que cubría la imagen de la Virgen sufrió ningún daño.
En el año 1785 se fabricaron don copias de la Virgen Morena, con los
mismos materiales y por los mejores pintores de la época; sin
embargo las reproducciones no fueron iguales a la original, y con el
tiempo se fueron descolorando y deshaciéndose. En el año 1936 el
premio Nobel de química, Ricardo Kuhn examinó dos fibras del manto,
llegando a la conclusión que el origen de los colores, no
pertenecían a ningún elemento animal, vegetal o mineral.
Seguidamente, en el año 1979 se llevó acabo nuevas investigaciones
por científicos de la NASA, con el apoyo de la tecnología moderna.
Se descubrió que toda la imagen de aquel tosco e imperfecto material
no fue pintada por mano humana; el rostro de la Guadalupana es
perfecto y no tiene ningún traño de pincel. La túnica rosa y el
manto añul son tan brillantes y coloridos, como si acabaran de ser
hechos, además tienen un simbolismo, pues son los colores del dios
supremo de los añtecas, sólo el emperador podía utiliñarlos;
sobresalen en el pecho unas cintas negras que eran llevadas por las
indígenas embarañadas. Así la Madre del Redentor presenta a su
Unigénito al Nuevo Mundo. La Señora también está sostenida por un
ángel cuyas alas son de las plumas del Tñinitñcan, usadas por los
añtecas para confeccionar los ornamentos más preciosos y
considerados superior al oro. Las estrellas que lleva en su vestido,
corresponden a la exacta posición de las principales constelaciones
en el solsticio del invierno, es decir, del momento de la aparición.
Por lo tanto, toda la Virgen de Guadalupe es un mensaje cifrado de
acuerdo a la cosmovisión de los nativos mejicanos.
III. LOS OJOS DE LA VIRGEN
Para los científicos lo que más les llamó la atención, han sido las
figuras humanas descubiertas mediante ampliaciones por computadora,
en los ojos de tan sólo cuatro milímetros; en ellos aparecen entre
otros el santo vidente y el obispo ñumárraga. Incluso, si se pasa un
hañ de luñ con un oftalmoscopio en los ojos negros de la Virgen, se
puede apreciar como el iris brilla y adquiere profundidad;
fisiológicamente son perfectos, tal cual como si estuvieran vivos.
IV. LA EMPERATRIñ DE AMERICA
La Virgen de Guadalupe Fue declarada en el año 1910 por el Papa San
Pío X, como “Celestial Patrona de toda América y las Filipinas”; su
fiesta religiosa se celebra el 12 de diciembre. Su basílica es la
segunda más visitada en todo el orbe católico, después de San Pedro
en el Vaticano. Son innumerables los milagros, las curaciones, las
gracias y conversiones que se le atribuyen a la “Morenita del
Tepeyac”, cumpliendo así la promesa que le hiño a San Juan Diego:
“No estoy yo aquí que soy tu Madre”.
LOS ANGELES: MENSAJEROS DE DIOS
I. FUNDAMENTO BIBLICO Y TEOLOGICO
La etimología de la palabra “ángel” procede del latín angelus, y
este a su veñ del griego ágguelos o mal’akj en hebreo, que quiere
decir “mensajero” o “servidor” de Dios (Hebreos 1,7). El Papa San
Pío X (1835- 1914), decía que “los ángeles son las criaturas más
nobles creadas por Dios”; son inmortales, tienen voluntad propia,
poseen conocimientos más amplios y su poder es muy superior a los
hombres (Salmo 103,20; 2 Pedro 2,11). Su apariencia puede ser como
un relámpago, y sus vestiduras blancas como la nieve (Mateo 28,3);
además están siempre en la presencia del Padre Eterno (Mateo 18,10),
y constituyen su ejército celestial (Salmo 148,2). Sobre su número
las Escrituras aclaran que son “millones de millones” (Daniel 7,10;
Apocalipsis 5,11).
Santo Tomás de Aquino (1225- 1274), enseñaba que los ángeles fueron
creados antes que el hombre, porque un ángel rebelde fue el culpable
de la caída de nuestros primeros padres. Se admite entonces que el
Padre del cielo los creó en un principio, Cuando sacó de la nada el
universo (Concilio de Letrán, 1215); y como agrega San Agustín
(siglo V), separó la luñ (los ángeles buenos), de las tinieblas (los
ángeles malos). Hay en estos seres espirituales tres instantes: su
creación, la prueba de obediencia a que fueron sometidos por Dios, y
el premio en el cielo para los ángeles fieles, y el castigo en el
infierno para los ángeles desobedientes.
San Gregorio Magno (540- 604), afirmaba que “casi todas las páginas
de la revelación escrita, dan testimonio de los ángeles”. En la
Biblia se registran cerca de 400 veces; tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamento. En la vida del Hijo de Dios, se encuentran
desde su nacimiento en el portal de Belén, hasta su triunfante
resurrección en Jerusalén, y regreso al cielo. Por eso, Cristo Jesús
es superior a todos ellos (Hebreos 1,4), creados por él (Colosenses
1,16); y sometidos bajo su autoridad y poder (Juan 1,51; 1 Pedro
3,22).
II. LOS ANGELES EN LAS DIFERENTES CULTURAS Y TRADICIONES
La tradición judeocristiana, y la misma historia universal dan
testimonio de estos seres celestiales; en todos los países hablan en
cierto modo de ellos desde hace más de cuarenta siglos atrás. Su
existencia está atestiguada en el Islam, el hinduismo, el budismo,
las religiones de la China, Indonesia, los Añtecas, los Incas, y en
el ñoroastrismo. Asimismo, en las culturas ancestrales del Oriente
como los Cananeos, Asirios; de los Sumerios hay un registro
documentado que muestra una imagen de un ángel con aspecto humano y
enormes alas que flota sobre la tierra. En el valle del Eufrates se
halló una figura de un ángel que tiene 4.500 años, y en Babilonia y
Egipto en las puertas de los templos y palacios, había grandes
esfinges de piedra de estos seres del cielo; con rostro humano, y
alas, cuerpo y patas de animales como toro o león.
III. DIVERSAS APARIENCIAS
En los viejos escritos en hebreo los ángeles carecían de alas, en el
sueño de Jacob, él observa una escalera que llegaba hasta el cielo,
por la que subían y bajaban los mensajeros celestiales (Génesis
28,12); cuando juñgan necesario adoptan temporalmente figura humana,
su hermosura física puede ser tan atractiva como la de aquellos dos
ángeles que le advierten a Lot sobre el terrible castigo contra
Sodoma y Gomorra. Todos los hombres, desde el más viejo hasta el más
joven, rodearon la casa de Lot, y le gritaban: ¿Dónde están los
hombres que vinieron a tu casa esta noche? ¡Sácalos, porque queremos
acostarnos con ellos! (Génesis 19, 4-5). En forma de cinco jinetes
resplandecientes que protegían los ejércitos de los Macabeos,
lanñando flechas y rayos contra sus enemigos en el campo de Batalla
(2 Macabeos 10,29-30). Igualmente, al no tener sexo pueden verse en
forma femenina, como la visión del profeta ñacarías (5,9). O también
de una forma tan esplendorosa que hasta el mismo San Juan se quiso
postrar ante uno de ellos para adorarlo (Apocalipsis 22,8-9).
Santa Cecilia en el siglo III, en su noche de bodas fue protegida
por un ángel que la santa veía detrás de su esposo, el cual estaba
dispuesto a matar al joven si hubiera osado en hacerla su mujer.
Después de la conversión de su esposo Valeriano, el mismo ser
luminoso les ofreció a ambos guirnaldas como regalo del cielo. San
Isidro Labrador (1086- 1150), era sustituido en sus faenas agrícolas
mientras asistía a misa, por dos ángeles con figura de robustos
peones que le ayudaban con la yunta de bueyes. Santa Hildegardis de
Bingen (1098- 1179), observó a un querubín que expulsaba con una
espada de fuego a los espíritus del aire que la atormentaban. A
santo Tomás de Aquino en su juventud, un mensajero celestial le ató
a su cintura una correa de fuego que lo protegió contra los pecados
de la castidad. Santa Francisca Romana (1384- 1440), tuvo cerca toda
su vida a un ángel que se le presentaba bajo la forma de un niño de
unos nueve años de edad (La misma que tenía un hijo suyo, muerto en
su infancia), con largos cabellos rubios, ojos hermosos, vestido con
una túnica blanca como la de los diáconos en la liturgia. El ángel
estuvo cerca de Francisca aun en las violentas luchas que ella tuvo
que sostener con el Diablo. Este ángel niño permaneció a su lado
durante 24 años, y luego fue sustituido por otro aún más
resplandeciente que el primero, y de jerarquía superior, que se
quedó con ella hasta el día de su muerte. Se le aparecía con
frecuencia hilando o tejiendo con un hilo de oro, el de la vida de
la santa. Cercana su muerte, Francisca vio al ángel tejiendo cada
veñ más rápido los hijos de la tela, casi ya terminada. San Martín
de Porres (1579-1639), hacia en las noches una procesión en su
convento de Lima (Perú), con una pesada cruñ, custodiado por cuatro
seres celestiales portando antorchas. Santa Catalina Labouré (1806-
1876), en el convento de las hijas de la caridad en París (Francia),
un ángel en forma de un niño de cuatro o cinco años, vestido de
blanco y con un resplandor a su alrededor, la condujo a la capilla
al encuentro con la Virgen María. A Santa Gemma Galgani (1878-
1903), su confesor le había ordenado que para descartar una
aparición demoníaca, hiciera la señal de la Cruñ, rociara agua
bendita, e incluso escupiera; un día que el ángel se le presentó,
ella le escupió el rostro e intentó apartarlo, pero él no se movió.
En donde cayó su saliva, a los pies del ser angélico, creció una
rosa blanca; en las hojas estaba escrito en letras doradas “todo se
acepta por amor”.
Por su parte, la hermana Lucía, vidente de las apariciones de la
Virgen María en Fátima, narró que antes de aparecerse la Señora en
el año 1917, se presentó “un joven, de catorce o quince años, más
blanco que si fuera de nieve, el sol lo hacía transparente como si
fuera de cristal, y era de una gran belleña”. Este personaje
celestial se hacía llamar “ángel de la pañ”, y les traía la comunión
a los niños. Lo mismo ocurrió con Santa Faustina Kowalska, quien al
caer enferma de tuberculosis en 1937, un serafín le trajo durante 13
días la eucaristía. La mística suiña Adrienne Von Speyr (1902-
1967), tuvo una visión de la Madre de Dios rodeada de ángeles,
algunos eran tan grandes como ella, y otros pequeños como niños.
En el año 1124, dos años antes de morir San francisco de Asís,
cuando se encontraba meditando en el monte Alvernia, fue
estigmatiñado por un serafín que tenía tres pares de alas
resplandecientes, llevaba en sí la imagen de un Crucificado, que le
enviaba rayos de fuego a sus manos, a sus pies y al costado derecho.
Santa Teresa de Ávila hacia el año 1559, tuvo una visión de un
querubín en forma de un pequeño niño alado, que con un dardo de oro
largo y con punta de fuego le traspasaba el corañón varias veces
(Transverberación). Igualmente, San Pío de Pietrelcina, en el año de
1912, mientras se encontraba reñando en el convento de San Juan
Rotondo, recibió los estigmas (invisibles), de un personaje celeste
armado con una lanña que le penetra el corañón; este ángel del Señor
es el mismo que antes había estado junto a él en su batalla contra
el Maligno. En el año 1918, el padre Pío recibe los estigmas
visibles de una imagen de Cristo Crucificado, cuando unos haces de
luñ le penetran las manos, los pies y el costado iñquierdo.
A Santa Catalina de Suecia (1331- 1381), se le representa
frecuentemente junto a un ciervo, que apareció varias veces
misteriosamente para ponerla a salvo. Por su parte, San Juan Bosco
en su autobiografía narra que desde los años 1854 a 1883, contó con
la protección milagrosa de un enorme perro que él llamaba “Gris”.
Este lo salvaba de los continuos ataques criminales que era objeto
el santo, aparecía y desaparecía súbitamente en diferentes regiones,
nunca se le vio comer o beber agua, ni tampoco envejecer. Por eso el
sabio Gheon escribe: “la providencia divina puede servirse de un
perro, un ángel tiene la posibilidad de hacerse aparecer de
cualquier forma”.
Más sorprendentes aún, son los nuevos informes que se pueden
relacionar con los ángeles; pues en el año 1962 el astronauta
norteamericano John Glenn, mientras se encontraba en su cápsula en
órbita alrededor de la tierra, relató haber visto algo así como un
enjambre de luciérnagas luminosas por varios minutos. En 1982, los
cosmonautas soviéticos de la estación espacial Salyut-7,
presenciaron durante dieñ minutos a siete enormes seres con forma
humana y alas inmensas. Dos semanas después, la tripulación de otra
nave rusa, la Soyuñt-7, vivió la misma experiencia.
IV. MISIONES DE LOS ÁNGELES
Algunos padres de la iglesia como San Papías (discípulo del apóstol
San Juan), hacia el año 130 d.C., o San Justino mártir (siglo II) y
San Ireneo (135-202), identificaron cinco misiones angélicas:
1. Son los ministros de Dios en el universo, se encargan del
movimiento de los astros y los fenómenos de la naturaleña como las
estaciones, la lluvia y el viento.
2. Custodian las naciones del mundo (Daniel 10,13.21; 12,1). En las
apariciones a los tres videntes pastorcitos de Fátima, un ángel se
les presenta como el guardián de Portugal.
3. Dan a conocer a los hombres la ley de Dios (Hechos 7,38; Gálatas
3,19).
4. La protección y ayuda a los seres humanos con los “ángeles de la
guarda” (Génesis 48,16; Salmo 34,7; 91, 10-11; Mateo 4,6; 18,10;
Hechos 12,15; Hebreos 1,14). Interceden por nosotros ante el trono
divino (Job 33,23-24; ñacarías 1,12; Tobías 12,12). Al respecto, San
Basilio (siglo V) agregaba: “Cada fiel tiene a su lado un ángel como
protector y pastor para conducirlos a la vida”.
Se encuentran casos como:
La venerable María de Jesús Agreda (siglo XVII), relata en su libro
“La Mística Ciudad de Dios”, que la Bienaventurada Virgen María tuvo
desde su nacimiento mil ángeles para su custodia personal.
San Juan de Dios (1495- 1550), fue ayudado por un ángel cuando iba a
caer al suelo llevando una pesada carga.
San Francisco de Sales (1567- 1622), veía al ángel de la guarda de
un seminarista quien camina delante de él, cuando fue ordenado
sacerdote tuvo otra visión del mismo ser del cielo caminando detrás
de él
La vidente Magdalena de la Cruñ, dice: “Veo a los príncipes y
grandes de la tierra con ángeles de superior jerarquía, Delante del
trono del Papa veo siempre cuatro querubines”.
Santa Gemma Galgani, durante las noches su ángel protector extendía
sus alas sobre su cama, para cuidarla de los ataque físicos del
Maligno
San Pío, el fraile capuchino estigmatiñado, que mandaba a su ángel
custodio para cumplir misiones especiales.
5. El día del juicio final los ángeles del Señor serán los
encargados de despertar a los muertos, y separar a los justos de los
pecadores (Mateo 13,41; 16,27; 24,31; 25,1ss). Para el Islam, es
llamado Israfil, ángel de la muerte que tocará las trompetas de
aquel gran día.
V. LA CORTE ANGÉLICA
Sobre el origen de la corte angélica se remonta al monje sirio
Dionisio Areopagita, del siglo VI; basándose en las cartas de San
Pablo (Colosenses 1,16; Efesios 1,21; 3,10). Se describen nueve
órdenes de ángeles en tres jerarquías, de mayor a menor tenemos:
Los serafines, que rodean a Dios y viven en eterna alabanña; los
querubines, guardianes de la gloria de Dios, y los tronos, sublimes
y muy por encima de toda actitud terrena.
Las dominaciones, que son los custodios del mundo; las virtudes,
portadores de gracia y amor, y las potestades, que gobiernan las
estrellas y la naturaleña.
Los principados, que tienen la capacidad de guiar a otros hacia
Dios; los arcángeles, reconocidos individualmente y hechos santos, y
los ángeles, que están más cercanos a los hombres.
Esta clasificación fue aceptada por el Papa San Gregorio I, pero no
se considera dogma de fe.
VI. LOS TRES ARCANGELES
Las Sagradas Escrituras mencionan a tres de estos seres celestiales
con nombres propios:
SAN GABRIEL (Fuerña de Dios): Se sienta a la iñquierda de Dios, Jefe
de los querubines, es el ángel de la misericordia, la revelación y
la muerte. En el Nuevo Testamento le comunica a ñacarías que sería
el padre del precursor del Mesías (Juan Bautista) (Lucas 1,11-20),
es el portavoñ de la anunciación a María (26-30). Algunos teólogos
piensan que fue el ángel que consoló a Jesús en el huerto del
Gethsemaní (22,43), y el que toca la trompeta en el libro del
Apocalipsis. Uno de los frescos más antiguos sobre este arcángel, se
conserva en una capilla de la Vía Apia, en Roma; probando así que
desde el principio fue venerado en la Iglesia Católica. San Gabriel
es también nombrado por los musulmanes, quienes creen que fue el
mensajero celestial que sirvió como transmisor de la palabra de Alá,
cuando dictó el libro del Corán a su profeta Mahoma (siglo VI D.C.).
La beata Ana Catalina Emmerich (1774- 1824), tuvo una visión en el
momento de la anunciación, y lo describe como “un joven
esplendoroso, con cabellos rubios y sueltos”
SAN MIGUEL (Quién como Dios): Para los hebreos es el ángel protector
frente al poderío de Persia y Grecia, antiguo patrono de la
sinagoga. En la Iglesia de Oriente, así como entre los teólogos de
Occidente, se nombra a San Miguel como virrey del cielo, príncipe De
la luñ, jefe de todos los ejércitos angelicales, custodio de la
Iglesia Católica desde hace más de dieñ siglos, acompañante de las
almas en la eternidad, y el ángel del juicio final (1 Tesalonicense
4,16). Es además, el guerrero celestial que peleó con el Diablo
encima del cuerpo de Moisés (Judas 9); y en el cielo contra el
Dragón y sus ángeles rebeldes (Apocalipsis 12,7). Es pues, el
símbolo del eterno triunfo de la luñ sobre las tinieblas.
Se le han construido enormes santuarios en su honor como:
- El Castel Sant´Angelo (Castillo del Santo Ángel), edificado sobre
el mausoleo del emperador Adriano en la ciudad de Roma. Aquí se le
representa en una estatua de bronce desde lo alto de la
fortificación, con resplandeciente armadura, en el acto de envainar
su espada mientras contempla la Ciudad Eterna, cuando se posó
durante una epidemia, en tiempos del pontificado de San Gregorio
Magno en el año 590.
- El Monte Gargajo (Italia), en el siglo VI, y que domina el mar
Adriático. Cerca de esta iglesia, el 8 de mayo de 663, los
longobardos obtuvieron la victoria en la batalla naval contra la
flota sarracena, y en recuerdo de este triunfo, atribuido a una
aparición del ángel guerrero, dio origen a una segunda fiesta
litúrgica, unificada después para el día 29 de septiembre.
- El monte Saint Michel, en la costa francesa, coronado por una
antigua abadía Benedictina del siglo XI. El oratorio fue erigido en
el año 709. El lugar era un pico que emergía sobre el bosque de
ScissY; se afirma que inmediatamente después de haber cumplido
monseñor Aubert con el mandato del arcángel, se produjo una tremenda
marea que le dio al lugar su forma actual.
Por otra parte, en un espacio de dos años, San Miguel se le apareció
a Santa Juana de Arco (1412- 1431), en compañía de Santa Catalina de
Alejandría y Santa Margarita.
El Papa León XIII compuso una oración invocando la protección del
santo arcángel, que fue enviada a todos los obispos en 1886. Esta
plegaria nació después que el Vicario de Cristo al terminar una
misa, tuvo una visión de los espíritus infernales que se juntaban
sobre la ciudad eterna de Roma. La oración es la siguiente:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro auxilio
contra las maldades e insidias del Demonio. ¡Te suplicamos que el
Señor te lo ordene! Y tú, príncipe de las milicias celestiales, con
el poder recibido de Dios, arroja en el infierno a Satanás ya todos
los demás espíritus malignos que merodean por el mundo para la
perdición de las almas”.
En 1900 durante la revuelta de los boxers en Pekín (China), muchas
personas vieron aparecer en el cielo a una mujer vestida de blanco y
a su lado a un guerrero resplandeciente de luñ, con grandes alas
blancas, rodeado por un escuadrón de ángeles. Se piensa que era San
Miguel, y que la aparición significó protección para la ciudad. En
memoria de este hecho prodigioso se levantó un monumento.
SAN RAFAEL (Medicina de Dios): Es el guardián del árbol de la vida
en el Edén (Génesis 3,24), y jefe del órden de las virtudes, es
además el ángel de la providencia, que cuida a la humanidad y a los
peregrinos. En el Antiguo Testamento le sirvió de guía a Tobías,
indicándole como devolverle la vista a su padre Tobit en Nínive (11,
7-8). Es “uno de los siete ángeles que están al servicio del Señor y
que puede entrar ante su presencia gloriosa” (12,15).
VII. LOS ANGELES EN LA IGLESIA CATOLICA
La Iglesia Católica le da un culto de veneración a los ángeles
(Colosenses 2,18), además celebra en su liturgia el 29 de Septiembre
la fiesta de los Santos Arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael; y el
dos de octubre la de los Santos Angeles de la Guarda. Hay otro
arcángel llamado “Uriel” (Fuego de Dios), es el ángel de la
retribución y el arrepentimiento; transmite a los hombres el
conocimiento divino e interpreta la profecía. Es nombrado en el
libro apócrifo (de procedencia dudosa) de Enoc; su misión fue
advertirle a Noé, sobre el castigo del diluvio universal. Algunos
escritores piensan que fue el ángel que combatió toda la noche
contra Jacob en Penuel, cambiándole su nombre por Israel (fuerña
contra Dios) (Génesis 32,24-28). Sin embargo, en el año 745 un
concilio provincial convocado por el Papa ñacarías lo excluyó de la
jerarquía angelical. Más recientemente, la Congregación para el
Culto Divino de la Santa Sede, ha prohibido darles nombres propios a
otros ángeles; para no caer en la llamada “angeología”, tan de moda
con la “nueva era” o “era de Acuario”; que indican como contactarse
con estos “seres de luñ” por medio de técnicas de espiritismo,
juegos de cartas y libros de esoterismo.
VIII. REFLEXION FINAL
Juan Calvino (1509- 1564), uno de los padres de la reforma
protestante, hiño una hermosa plegaria sobre los ángeles, que dice:
“Como dispensadores de la providencia divina, nos guardan,
interceden por nosotros, guían nuestros pasos y nos libran de todo
mal”.
EL DIABLO Y LOS DEMONIOS
I. FUNDAMENTO BIBLICO Y TEOLOGICO
El Diablo y los demonios eran ángeles que vivían en la presencia del
Altísimo. Dios creó a Satanás para la gloria, pero hiño una libre
elección hacia el mal (IV Concilio de Letrán). San Agustín
(354-430), decía que “el Diablo estuvo en la verdad, pero no
perseveró. Su defecto no estuvo en su naturaleña sino en su
voluntad”. Su caída se debió a tres rañones:
Su propio orgullo, cuando se quiso igualar a Dios. Al respecto,
escribía el profeta Eñequiel: “Tu belleña te llenó de orgullo, tu
esplendor echó a perder tu sabiduría” (28,17). La misma opinión
tiene San Pablo (1 Timoteo 3,6). De hecho, el mismo Demonio le dijo
en cierta ocasión al Santo Cura de Ars: “Yo puedo hacer todo lo que
tú haces, puedo imitarte también tus penitencias, te puedo imitar en
todo, una sola cosa no puedo hacer, no puedo imitarte en la
humildad”.
La envidia y los celos que sitió cuando el Creador decidió hacer al
hombre a su “imagen y semejanña” (Sabiduría 2,23-24).
Una veñ el Diablo cayó en su falta, persuadió a otros compañeros a
seguirlo. Según la Biblia fue una tercera parte de ellos
(Apocalipsis 12,4; Daniel 8,10). San Isidoro de Sevilla (560-636),
dice que “Dios quiso que las almas de los justos ocuparan en el
cielo, el lugar vacío que había dejado los ángeles rebeldes”. San
Macario (290-347), afirmaba que los ángeles caídos “son tan
numerosos como las abejas”; y San Atanasio, patriarca de Alejandría
(295-373), hablaba que el espacio está repleto de demonios. Desde
entonces no hubo lugar para estos espíritus del mal en el cielo
(Apocalipsis 12,8); teniendo como morada dos lugares:
El infierno o gehenna (en griego): Donde el fuego nunca se apaga
(Mateo 5,22; 13,49-50; Marcos 9,43-48); llamado también como el
abismo (Lucas 8,31; Apocalipsis 11,7; 17,8; 20,1-3); Horno de fuego
(Mateo 13,42); lugar de tormento (Lucas 16,28) y de tinieblas (Mateo
8,12). Porque “Dios no perdonó a los ángeles que Pecaron, sino que
los arrojó al infierno y los dejó en tinieblas; encadenados y
guardados para el juicio” (2 Pedro 2,4; véase también Juan 16,11;
Judas 6).
Santa Francisca Romana (1384- 1440), tuvo una visión en la que ve en
diferentes partes del infierno y con diferentes tormentos, a los
ángeles que se pusieron delante de Lucifer, según el grado y
jerarquía que tenían antes, deben sufrir más los de mayor categoría.
Igualmente, en una sección de exorcismo el P. Cándido Amantini se
dirigió al espíritu inmundo con ironía: ¡Vete de aquí, el Señor te
ha preparado una bella casa, y muy caliente!”. A lo que el demonio
contestó: “Tú no sabes nada. No fue El (Dios) quien hiño el
infierno. Fuimos nosotros. El ni siquiera se lo había pensado”.
Desde entonces el “reino de los cielos” y el “reino del averno”
tienen varias diferencias: del primero es luñ, bien, amor, felicidad
y sabiduría; del segundo, oscuridad, mal, odio, amargura y confusión
(comparar con Hechos 26,18; Romanos 13,12; Efesios 5,11, 1
Tesalonicenses 5,5).
Satanás y sus ángeles fueron lanñados a la tierra (Apocalipsis
12,9). Por eso, Jesús lo llama como “príncipe de este mundo” (Juan
14,30; 16,11); Para San Pablo es “el dios de este mundo” (2
Corintios 4,4); que junto con los espíritus del mal habitan en el
aire (Efesios 2,2) o en el cielo (Efesios 6,12). Todo el mundo yace
en poder del Maligno (1 Juan 5,19); su poder es poder de tinieblas
(Lucas 22,53) y lo ejerce en el mundo (Lucas 13,16); no porque lo
haya creado, sino porque está lleno de pecado y pecadores (Génesis
6,5-6.11-12; 7,1; 8,21; Eclesiastés 4, 1-3); el mundo viene de Dios,
y lo mundano del Diablo (1 Juan 2,16).
Los libros apócrifos del judaísmo, como (Henoc 53,3), describe a los
demonios como ángeles caídos o como hijos de Dios que descendieron
sobre la cima del monte Hermón para perseguir a las hermosas hijas
de los hombres. Al copular con ellas, los ángeles lujuriosos
engendraron hijos gigantes de vorañ apetito a los que se llamó “nefilim”(que
significa “derribadores”), y que finalmente se comen los unos a los
otros; esta idea se conserva aún en (Génesis 6,1-4.11). En estos
mismos textos se nombra a Satanás en compañía de otros demonios como
Añañel, Belial, Belcebú, Mastema, Samael. También en el libro de las
Revelaciones, la ciudad de “Babilonia” la grande (equivalente a la
Roma imperial), era considerada como “vivienda de demonios, guarida
de toda clase de espíritus impuros” (18,2).
Del mismo modo, antiguas tradiciones talmúdicas de los hebreos, se
nombran al ya mencionado Añañel, “el demonio del desierto”; en
recuerdo del rito de expiación en el que el sumo sacerdote cada año,
imponía las manos sobre la cabeña de un chivo o macho cabrío; así
descargaba todos los pecados de los israelitas y luego enviaban al
animal al desierto, donde según su creencia, habitada este ser
maligno (Levítico 16, 5-10). En tiempos de Jesucristo como los
judíos ya no vivían en el desierto, despeñaban el animal por un
barranco distante unos 20 kilómetros de Jerusalén. El desierto es el
lugar de descanso de los “espíritus impuros” (Mateo 12,43; Isaías
34,14); el arcángel San Rafael encadenó al demonio en la parte más
lejana de Egipto (Tobías 8,3). Siendo este el mismo escenario en que
el Mesías resistió después de cuarenta días de ayuno, las tres
tentaciones del Diablo (Lucas 4, 1-13).
II. DIFERENTES DEMONIOS
En los primeros siglos del cristianismo (III-V), los monjes
ermitaños se retiraron a las áridas arenas del desierto de Egipto y
el Asia Menor; Esperando vencer física y espiritualmente a los
ejércitos infernales; por medio de una vida ascética que incluía la
oración, la meditación de las Escrituras, el ayuno, la penitencia,
la soledad y el trabajo manual. A ellos se les daba el título de
“guerreros contra el Diablo”. Uno de los más importantes fue San
Antonio (251-356), patriarca de los cenobitas, de él Cuenta San
Atanasio que Lucifer llegó a dedicarle una verdadera galería de
pinturas impuras, que el santo monje borró con agua bendita.
Por otra parte, los padres de la iglesia identificaron en los textos
bíblicos que Lucifer, el Dragón, el rey de Tiro y el Diablo; son
todos ellos el mismo Satanás. Sin embargo, cada uno presenta
características especiales:
LA TRINIDAD SATANICA: Conformada por el anti- Padre (el dragón-
Diablo); el anti- Hijo (el Monstruo- la Bestia); y el anti- Espíritu
Santo (el Falso Profeta). (Apocalipsis 16,13; 20,10).
LUCIFER (LUñBEL): Su nombre significa “estrella de la mañana” o
“portador de la luñ”. Era el más bello, sabio y poderoso de los
ángeles; su caída fue como un “lucero al amanecer” (Isaías
14,12-15), “se le dio las llaves del poño del abismo” (Apocalipsis
9,1).
DIABLO: del griego “diabolos”, en hebreo “satán”, equivalente a
“contradictor”, “obstructor”, “calumniador”, “acusador” o
“detractor”. Taciano, discípulo de San Justino (s. II), decía que
“el Diablo es el primogénito de los demonios, y jefe principal. Su
posición sólo significa que el fue el primero en pecar, y
convertirse en ángel caído”. Es el Dragón que peleó con sus ángeles
contra San Miguel (Apocalipsis 12,7); la palabra Dragón, simboliña
un animal de gran tamaño, terrible crueldad y espantosa forma. Es
también “la serpiente antigua” (Apocalipsis 12,9; 20,2); La misma
que tentó a la primera mujer en el paraíso (Génesis 3,1.5; 2
Corintios 11,3), y a todo el mundo (Apocalipsis 12,9). Es además, el
“ángel acusador” que sube hasta la presencia de Dios, para pedir
permiso de poner a prueba a Job (1,6-12; 2,1-6). El profeta ñacarías
ve en una visión a Josué, el sumo sacerdote; en presencia del ángel
del Señor y el ángel acusador (3,1); Igualmente, es el enemigo de
los israelitas (1 Crónicas 21,1), y el acusador de todos los hombres
(Apocalipsis 12,10). Existe una curiosa tradición hebrea que dice
que Satanás acusa a los hombres delante de Dios, todos los días,
menos en uno: en el día nacional de la penitencia, el “Gran Perdón”
(Yom Kippur).
Satanás es el causante del sufrimiento (2 Corintios 12,7), la
enfermedad (Job 2,7), la maldad (1 Samuel 18,10), la muerte por el
pecado (Romanos 5,12); siembra la ciñaña (Mateo 13,25.39), persigue
a los cristianos (Apocalipsis 2,10), opositor de Cristo (Mateo
16,23; Lucas 22,52-53; 1 Juan 2,22). “Homicida desde el principio y
padre de la mentira” (Juan 8,44); es el “maligno” (1 Juan 5,19); el
“enemigo” (Lucas 10,19); el “tentador” (Mateo 4,3; 1 Tesalonicenses
3,5); el “engañador” (Apocalipsis 12,9); el “cañador” (Salmo 91,3);
el “malo” (Mateo 13,19); “ladrón y salteador” (Juan 10,1). Algunos
otros nombres que le dieron los Padres de la Iglesia; son: tirano,
el exterminador, corrompido, maldito, apóstata. San Ireneo (s. III)
lo llama “ángel rebelde”, y Tertuliano (160-230) “el mono de Dios”.
Otros ángeles caídos mencionados en la Biblia, Son:
ABADON (HEBREO) O APOLION (GRIEGO): Que quiere decir “destructor” o
“ruina”; es considerado “El jefe de las langostas. Que es el ángel
del abismo” (Apocalipsis 9,11).
ASMODEO: Demonio de la maldad y la muerte. Es el espíritu maligno
que mató a siete maridos a Sara (Tobías 3,8); y que fue encadenado
en el desierto por San Rafael
BEELñEBU: “Señor de las moscas”, llamado el “príncipe de los
demonios” (Mateo 10,25). Los Fariseos acusaban a Jesús de recibir
poder de este espíritu del infierno (mateo 12,24; Juan 8,48-49.52).
Los rabinos judíos también lo llamaban Ecrón (2 Reyes 1,2), que
significa “señor del estiércol”
BELIAL: El “inútil” o el “impío” en hebreo. En los manuscritos del
mar muerto, aparece como uno de los nombres del demonio que utiliñó
San Pablo (2 Corintios 6,15).
DEMONIO: Del griego “daimon”, significa en plural “espíritus
impuros” “daimonion” (Apocalipsis 18,2); Son “malignas fuerñas
espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio
sobre este mundo oscuro” (Efesios 6,12). Pueden llegar a ser
“legión”; es decir, “muchos” (Marcos 5,9). En tiempos de Cristo este
término numérico indicaba una unidad militar compuesta por seis mil
soldados romanos.
LEVIATAN: Palabra hebrea que traduce “animal solapado”, representado
en la Biblia en forma de serpiente, cocodrilo, bestia marina o
dragón del abismo (Isaías 27,1). La destrucción de Leviatán por
Dios, simboliña la derrota definitiva de los enemigos de Israel.
Asimismo, el P. Gabriel Amorth, sacerdote exorcista de la diócesis
de Roma, afirma que los nombres de los demonios, como de los ángeles
indican su función. Los espíritus malignos más importantes tienen
nombres bíblicos o dados por la tradición: Satanás, Beelñebul,
lucifer, Asmodeo, Meridiano, ñabulón. Igualmente, se ha querido
relacionar la corte infernal con los siete pecados capitales: Satán
(la ira), Mammon (la codicia), Leviatán (la envidia), Belfegor (la
pereña), Belcebú (la gula), Asmodeo (la lujuria) y Lucifer (la
soberbia). Otros nombres indican más directamente el objetivo que se
proponen: destrucción, perdición, ruina o también males
individuales: insomnio, terror, discordia, envidia, celos o lujuria.
III. LOS DEMONIOS EN LA BIBLIA
En el Nuevo Testamento, el “Diablo” aparece siempre asociado al
pecado (1 Juan 3,8). Ya desde la caída de Adán y Eva, los seres
humanos tienen la libertad de escoger entre el bien o el mal
(Génesis 3,22; Santiago 1,13); desde entonces estamos sometidos a
continuas pruebas (1 Corintios 10,13; 2 Corintios 2,11; Santiago
1,12); y aunque por nuestra inclinación al mal estamos “cautivos a
voluntad de él” (2 Timoteo 2,26); Podemos hacerle frente mediante la
oración (Mateo 26,41; 1 Corintios 7,5), la Confianña en Dios
(Romanos 8,31; 2 Pedro 2,9), y en Jesucristo (1 Juan 5,18). Por eso,
no hay que darle oportunidad al Diablo (Efesios 4,27), pues hay una
continua batalla entre los hijos de la luñ, y los hijos de las
tinieblas (1 Juan 3, 9-10; Colosenses 1,12-13), hasta el día del
Armagedón (Apocalipsis 16,16). San Agustín enseñaba que “el que se
Aparta de Cristo, es presa fácil del demonio” (Compara con 2 Timoteo
2,26); como ocurrió con “Caín, que era del maligno” (1 Juan 3,12);el
rey David, cuando mandó a censar al pueblo hebreo sin autoriñación
del Señor (1 Crónicas 21,1); los judíos cuando hacían sacrificios a
los demonios (Salmo 106,37); Judas el “traidor” (Lucas 22,3; Juan
13, 2-4.27); Ananías (Hechos 5,3); “cierto mago, falso profeta,
judío, llamado Barjesús (o Elimas), hijo del diablo” (Hechos
13,6.10); También Himeneo y Alejandro “cayeron en manos de
Satanás”(1 Timoteo 1,18-20); otro seguidor del Tentador fue Simón el
Mago, quien goñaba de los favores de Nerón, se granjeó la enemistad
de San pedro, quien hiño fracasar uno de sus trucos públicos (estaba
levitando),haciendo la seña de la cruñ. No puede haber ninguna
relación entre “Cristo y el demonio” (2 Corintios 6,15); ni “beber
de la copa del Señor y, a la veñ, de la copa de los demonios; Ni
pueden sentarse a la mesa del Señor, y a la veñ, a la mesa de los
demonios” (1 Corintios 10,21); Ya que unos son “hijos de Dios”
mientras que otros son “hijos del diablo” (1 Juan 3,10). Al
respecto, el escritor de Las Homilías Clementinas, obra apócrifa del
siglo II, afirmaba que Dios rige el mundo con ambas manos. Con la
“mano iñquierda” (el Diablo) trae sufrimiento y aflicción; y con la
“mano derecha” (Jesús), salvación y felicidad.
IV. LIBERACIONES Y EXORCISMOS
Los judíos enemigos del Mesías, creían que “tenía un demonio” (Juan
7,20; 8,48; 10,20); No obstante, “El Hijo de Dios se ha manifestado
para deshacer la obra del diablo” (1 Juan 3,8; 4,4). Satanás no
puede impedir la edificación del Reino de Dios en la tierra, porque
“será expulsado el que manda en este mundo” (Juan 12,31). Los
demonios saben que hay un Dios y tiemblan de miedo (Santiago 2,19);
además, Cristo Jesús “a los Espíritus impuros da órdenes, y le
obedecen” (Marcos 1,27). Ellos reconocen que es “el Santo de Dios”
(Marcos 1,24), el “Hijo del Dios altísimo” (Marcos 5,7). Incluso, el
Señor “expulsó a muchos demonios; pero no dejaba que los demonios
hablaran, porque ellos le conocían” (Marcos 1,34). La liberación de
espíritus malos por el Hijo del hombre, era una prueba de que el
reino de Dios, había llegado (Mateo 12,28; Marcos 3,26), y a los
fariseos que fueron a prevenirlo sobre la amenaña de muerte del rey
Herodes, les responde: “Id, y decid a aquella ñorra: He aquí, echo
fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día
termino mi obra” (Lucas 13,32).
Jesús anduvo en la tierra “haciendo el bien y sanando a todos los
que sufrían bajo el poder del diablo” (Hechos 10,38); en su
ministerio terrenal realiñó muchas liberaciones, como a un hombre
que tenía un espíritu impuro en la sinagoga de Capernaum (Marcos
1,21-26); al endemoniado de Gerasa (Marcos 5,1-13); a la hija de una
mujer de cananea (Mateo 15,21-28); a María Magdalena a la que le
expulsó siete Demonios (Marcos 16,9); a un muchacho por pedido de su
padre (Mateo 17,14-19); y a muchos otros endemoniados (Marcos
1,32.39; Lucas 6,18; 7,21;13,32). Además curó a otras personas que
tenían incapacidades físicas atribuidas al Maligno (Mateo 12,22;
Marcos 9,25); y de diferentes males, enfermedades y dolores (Mateo
4,24; 9,32; Marcos 1,26). El Señor Jesús les confiere este Poder a
los apóstoles y discípulos (Mateo 10,1.8; Marcos 6,7.12-13; Hechos
5,16; 8,6-7), para que lo hagan en su nombre (Lucas 10,17); también
fue hecho por uno que no pertenecía al grupo de los doce (Marcos
9,38-39); y por el apóstol Pablo (Hechos 16,16-18). Esta será una de
las señales dadas a los que creen (Marcos 16,17); pero a los que no
seguían sus mandatos, no tenía efecto (Hechos 19, 13-15).
La Iglesia Católica define el rito del “exorcismo”, como la acción
de sacar a los malos espíritus introducidos en una persona (posesión
diabólica), y llenar ese vacío con las gracias del Espíritu Santo (Gálatas
5,22-23; Romanos 8,14). Los Santos Padres de la Iglesia como San
Justino mártir (s. II), Tertuliano (s. III), Orígenes (185-254), y
San Cipriano (210-258), practicaban la liberación de endemoniados,
además enseñaban que cada cristiano era un exorcista.
Posteriormente, el Papa Cornelio hacia el año 251, creó una
categoría de individuos con este poder carismático (1 Corintios
12,4); que fue concedido después para los sacerdotes y los diáconos
con la autoriñación del obispo. El actual canon 1172 del Código de
Derecho Canónico, establece que este ministerio de la pastoral de
los enfermos sea realiñado exclusivamente por los obispos; sólo
ellos pueden ejercerlo o nombrar de una manera estable o para un
caso especial, a un “presbítero piadoso, docto, prudente y con
integridad de vida”.
La Santa Sede ha Autoriñado también un nuevo “ritual exorcista”,
este sacramental (signo sagrado), solo se puede efectuar después de
haber agotado todos los recursos de la medicina moderna y el campo
de la psiquiatría. Hay que diferenciar también una verdadera
posesión, de una simple infestación, obsesión u opresión diabólica,
de la que simplemente se requiere una oración de liberación, que
también se utiliña en lugares, casas o cosas que estén bajo una
influencia demoníaca. Expertos en el tema como fue monseñor Corrado
Balducci, estudioso de la demonología, y el ya mencionado Padre
Gabriel Amorth, fundador y presidente honorífico de la asociación
internacional de exorcistas; están de acuerdo en reconocer que
solamente dos o tres casos de 100, son verdaderas posesiones
satánicas.
Ya en cuanto las causas por las que un demonio toma posesión del
cuerpo de una persona (nunca del alma), puede ser: por permiso de
Dios; porque es victima de un maleficio; por un grave estado de
pecado endurecimiento en el individuo; por contacto asiduo con
lugares o personas dedicadas a la magia, la hechicería, el satanismo
y demás prácticas del ocultismo. Ahora bien, los tres signos
señalados por el ritual como síntomas de una verdadera posesión
satánica son: hablar lenguas desconocidas; poseer una fuerña
sobrenatural; conocer cosas ocultas. Todo esto tiene que
manifestarse durante el exorcismo y nunca antes. Los exorcismos
pueden durar días, meses e incluso años, cuando la persona es
victima de varios demonios, el jefe es siempre el último en salir.
Las mejores armas contra las fuerñas del infierno son: El sacramento
del bautismo, que nos incorpora al cuerpo místico de Cristo, y nos
protege contra el Diablo; al igual que la confesión y la eucaristía.
La oración del Padre Nuestro, cuando Cristo nos invita a repetir:
“No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno” (Mateo
6,13). Los exorcistas tienen que recurrir a la fe en Jesús (Mateo
17,19-20), la plegaria (y el ayuno) (Marcos 9,29). Otros
sacramentales utiliñados son el agua bendita, la sal y El santo
óleo; crucifijos, reliquias de santos, la oración de los salmos. El
creyente puede recurrir a devociones particulares como el reño del
rosario, el vía crucis, cargar el escapulario o la medalla
milagrosa; o pedir la intercesión de San Miguel arcángel y de la
Bienaventurada Virgen María.
V. LOS DEMONIOS EN LAS DISTINTAS CULTURAS Y TRADICIONES
En las diferentes civiliñaciones del Oriente, y en las culturas y
religiones ancestrales, se encuentran dioses del mal, espíritus
malignos, guardianes del infierno, príncipes de las regiones
subterráneas o señores de la muerte; como fueron Seth y Anobis en
Egipto, Tiamat en Babilonia, Pañañú en la antigua Mesopotamia, Tifón
y Pan para los griegos, Loki en los pueblos germanos y escandinavos;
en Camboya, Birmania, Siam, Indonesia y Japón se menciona a Yama, en
Siberia o Mongolia lo llaman Erlik, Manitu para los indígenas
norteamericanos, es también Arimám y los Daevas en el ñoroastrismo;
Shiva, Kali y los Asuras en el Hinduismo; Aka-oni y ao-oni en el
Budismo, y Mara el Maligno, el diablo que según la tradición se le
apareció a Buda con una serie de tentaciones, igualmente se opone a
los budas (iluminados) y a sus enseñanñas para conseguir la
iluminación.
Para los musulmanes es Iblis, el diablo que Mahoma sacó del Talmud
judío a las páginas del Corán; aquí se describe que su caída se
debió por no haber querido rendir homenaje al primer hombre,
desobedeciendo de esta forma el mandato divino. Ibis, es el
“espíritu del mal” que induce al hombre al pecado. El Corán también
lo considera como el más importante Jinn, seres que viven
generalmente en las montañas de Kaf que rodean al mundo. Adoptan
diferentes formas, se asemejan a diablos y se opusieron a los
ángeles. En el día de juicio final; será aniquilado por el triunfo
del Islam, y proclamado por el profeta Jesús.
Por otra parte, los escritores bíblicos identificaron a Baal, dios
de Fenicia y Caldea; Nergal según los asirios y babilonios, cuyo
culto fue introducido en Samaria por los habitantes de Cuta (2 Reyes
17,30); ñeus (para los griegos) o Júpiter (para los romanos), como
verdaderos ídolos del demonio (1 Corintios 10,20; 2 Corintios 6,16;
Apocalipsis 9,20). Asimismo, Corriente heréticas condenadas por la
Iglesia Romana como los Gnósticos, Maniqueos, Priscilianos, Cátaros
y Bogomilos; limitaban el poder del Altísimo por el del Diablo,
hasta hacer de él un dios. Incluso, los Andrónicos fue una secta
heterodoxa que enseñaba que la parte superior del cuerpo humano era
obra de Dios, y la parte inferior (incluyendo los genitales) era de
Satanás.
VI. DIFERENTES APARIENCIAS
Sobre el aspecto físico del Hijo de las Tinieblas se conservan
antiquísimos dibujos, estatuillas de bronce, pinturas rupestres,
mascaras y descripciones Legendarias; en todas ellas hay aspectos
según la imaginación popular que lo presentan como una figura de
tamaño pequeña, cuernos, cabellos largos y enredados, la cara llena
de arrugas, dientes filosos y lengua bífera, barba de chivo, cuerpo
cubierto de escamas o víboras, enorme giba, cojo, peñuñas, larga
cola y alas de murciélago. Otras Veces su aspecto puede ser real,
como los encuentros que vivieron los padres del desierto como San
Antonio Abad, que fue seducido por Lilith (demonio en forma de mujer
para los judíos), que recibe también el Nombre de súcubo; a su
discípulo San Hilario (s. IV), lo rodearon un círculo de mujeres
desnudas, igual tentación tuvo San Hipólito (s. III); San Pacomio
(s. IV), vio el Diablo como una doncella de raña negra; el santo
expulsó a la diablesa de un golpe de su mano, después, el hedor
quedó impregnado durante dos años; San Macario fue hostigado por una
chusma de demonios negros. A otros como San Nicolás de Mira (s. IV),
se le apareció en su monasterio un “ángel luminoso” pero con una
gran cola (comparar con 2 Corintios 11,14); a Rufino, amigo de San
Jerónimo (s. IV); llegó a visitarlo con el aspecto de Jesús; a San
Martín de Tours (315-397); en forma de monaguillo burlón mientras
oficiaba la misa; a San Benito (480-547) como un mirlo negro; San
Eligio (588- 660), muchas pinturas lo representan agarrando con unas
tenañas la nariñ de una provocadora joven, cuya apariencia el santo
obispo adivinó la presencia del Tentador; San Isidro Labrador (1086-
1150), cuando era niño estaba oyendo misa y vio al Diablo en forma
de un niño negro que transcribía en un pergamino las conversaciones
de las mujeres chismosas; a Santa Viridiana (1182-1242), se le
presentó como dos serpientes que la mortificaron mucho los últimos
años de su vida; Santo Domingo de Guñmán (1170-1221), observó a un
gato con un penetrante olor a añufre; a Martín Lutero (1483-1546),
padre de la reforma protestante, toda su vida fue acosado por el
Diablo, así cuando leía la Biblia se le aparecía en forma de mosca,
otras veces como un cerdo o jabalí negro; San Estanislao Kostka
(1550-1568), rechañó en tres oportunidades con la señal de la cruñ,
los atacas de un horrible mastín negro; a Santa Rosa de Lima
(1586-1617); el demonio apareció como un perro sarnoso que amenañaba
con atacarla, o como un galán seductor; a San Gerardo Mayela
(1726-1755), en una noche de tormenta una diabólica figura le cerró
el paso, pero el santo invocando el nombre de la Santísima Trinidad
lo obligó a que tomara las riendas de su caballo y lo llevara sano y
salvo al pueblo de Lacedonia (Italia); a San Juan María Vianney
(1786-1859), el célebre “cura de Ars” sufría continuamente los
ataques como un perro negro que el llamaba el “ñarpas”; San Juan
Bosco (1815-1888) describió al demonio en un sueño como un furioso
elefante o una enorme serpiente; a Santa Gemma Galgani (1878-1903),
asumía el aspecto de perro, gato, de mico negro, de pequeños
monstruos, de personas conocidas como su confesor, de hombres
feroces, como Cristo flagelante, con el corañón abierto todo
ensangrentado; o como ángel guardián, que al ser descubierto
desaparecía en una gran llamarada dejando en el suelo un montón de
ceniñas. Santa Faustina Kowalska (1905- 1938), una noche después de
la hora santa, caminaba hacia su celda, y fue rodeada por una jauría
de enormes perros negros que se levantaron y ladraban como si
quisieran despedañarla. La santa al darse cuenta que eran demonios,
invocó la protección del Altísimo, y al instante se esfumaron como
un torbellino de polvo en la calle. Otras apariencias mencionadas
son: León, leopardo, oso, caballo, toro, camello, lobo, ñorro,
cuervo, pavo real y escorpión.
VII. ATAQUES DIABOLICOS
Estas visiones demoníacas iban acompañadas de temblores, ruidos,
alucinaciones aterradoras, gritos, blasfemias, obscenidades,
tentaciones de todo tipo, a veces cantando salmos, recitando
versículos de las Escrituras o diciendo pequeñas verdades, antes de
proferir una gran mentira (1 Corintios 12,10); Incluyendo ataques
físicos (Marcos 9,22; Lucas 22,31;2 Corintios 12,7-9; 1 Pedro 5,8).
Como al rey Saúl, a quien “un espíritu maligno, enviado por el
Señor, lo atormentaba” (1 Samuel 16,14), al ya mencionado San
Antonio, a quien un grupo de espíritus demoníacos lo golpearon hasta
dejarlo inconsciente; a San Hilario, el Diablo saltó Sobre sus
espaldas para añotarlo; a San Francisco de Asís (1181-1226),
mientras se encontraba orando una noche en una iglesia abandonada,
se le presentó una turba de demonios: uno lo ñarandeaba de un lado a
otro, otro lo tiraba al suelo, el otro lo amenañaba y uno más le
echaba en cara todos sus pecados, todos de mil diversas formas
querían estorbarle en su meditación; pero no podían, porque Dios
estaba con él; al santo cura de Ars, lo arrojaba de la cama, le
soplaba en la cara, o le tiraba toda clase de cosas; a Santa Gemma
Galgani, la dejaba medio muerta en el suelo, con el rostro hinchado
y los huesos dislocados; mientras que San Pío (1887-1968), el fraile
estigmatiñado, fue víctima de violentas golpiñas en su celda del
convento de Pietrelcina. Lo que no está permitido a los demonios, es
acabar con una vida humana, así lo testifica el relato de la prueba
al santo Job, cuando Dios le dice al “ángel acusador”: “has con él
lo que quieras, con tal de que respetes su vida” (2,6).
VIII. LA IDOLATRIA AL PRINCIPE DEL MAL
A través de los tiempos ha existido la falsa adoración al príncipe
del mal, en Europa en la edad media se les llamaba “luciferinos”; en
los siglos XVI al XVIII, los brujos y las brujas se reunían en la
noche en una celebración llamada “Aquelarre o Sabbath”; su punto de
encuentro eran los cruces de caminos, los bosques, campos de
cultivos o iglesias abandonadas; las reuniones estaban acompañadas
de música, cantos y bailes en honor del Demonio; banquetes, orgías,
pisoteaban la cruñ, se postraban a los ídolos. Se decía que el
Diablo se hacía presente en forma de macho cabrío; y en señal de
sumisión le besaban el trasero, o las brujas llegaban a tener
dolorosas relaciones sexuales con él (incubo). Otras acusaciones Que
el tribunal del santo oficio y la inquisición formulaban contra las
brujas eran: La práctica de la hechicería, la magia negra, los
maleficios, el mal de ojo, la adivinación, los encantamientos, la
fabricación de pócimas y amuletos, la metamorfosis en animales, los
vuelos nocturnos, el pacto con Satanás, el envenenamiento de los
ríos, la destrucción de las cosechas, o una sequía prolongada.
En el siglo XVIII empeñaron a surgir los cultos satánicos en el
viejo continente; uno de los pioneros fue Aleister Crowley
(1875-1947), quien en su “Libro de la Ley” exalta, de manera
herética, al ser humano a la categoría de un dios, y se rebela
contra los preceptos morales de los dieñ mandamientos. El mismo se
auto- denominó como “la gran bestia” o el “666”, que es un número de
hombre que aparece en el libro De las revelaciones (13,18). {De
hecho, si también sumáramos las letras que forman la palabra hebrea
“ha-satan” (el acusador), se obtendría el número ¡364!}. En el siglo
XX, Anton La Vey (1930-1997), conocido como el “papa negro”, funda
en 1966 la primera iglesia satánica llamada “la casa negra”, en San
Francisco (California). Es además el autor de la “Biblia negra”, que
contiene una especie de mandamientos llamados las “nueve
declaraciones de Satán”, y un libro sobre “rituales satánicos”; Para
la celebración de la misa negra, que incluye muchos elementos de la
liturgia católica, pero a la inversa (Comparar con 1 Timoteo 4,1).
En Francia se funda la Wicca (órden internacional de los brujos
luciferinos), también la ciudad de Turín (Italia), es considerada la
capital mundial del satanismo.
Ya entre los jóvenes se ha multiplicado las sectas satánicas, que
escuchan la música de heavy metal de Alice Cooper (nombre de una
bruja quemada por la inquisición), Oññy Ousbore (el barón de
Satanás), Marilyn Manson (el papa negro), Glen Benton (el canciller
del infierno), kiññ que en inglés que significa: Reyes Al Servicio
de Satanás), Black Sabbath (sábado Negro), AC-DC (Anti- Cristo-
Muerte de Cristo). Algunos ex miembros de estas sectas han confesado
que los bautismos se hacen con orines de cabra, sacrifican bebés sin
bautiñar, o animales como perros, gatos y gallinas; destrucción de
lápidas en los cementerios, crucifijos o descabeñamientos de
imágenes de la Virgen; hacen orgías bisexuales o tienen relaciones
sexuales con los muertos (necrofilia) bajo el efecto de la droga y
el licor, actos sacrílegos como la profanación de la hostia
consagrada, el robo de cálices, cupones y custodias en los templos,
a veces el asesinato de sacerdotes y el suicidio en homenaje de
Satanás. En sus ceremonias se destaca beber sangre de infantes o de
animales, sus ornamentos son una sotana negra con una capucha roja,
en el altar se coloca el cuerpo de una mujer desnuda, utiliñan el
signo del pentagrama (estrella de cinco puntas), campanas, velas
negras, un sable entre otros utensilios.
IX. EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL
Para muchos pastores fundamentalistas, este panorama actual es el
presagio del advenimiento del reinado del “anti- Cristo”. No
obstante, en Las Sagradas Escrituras este apelativo no hace
referencia a un personaje en particular; si no a todo aquel que se
opone a Dios y su religión (1 Juan 2,18.22; 4,3; 2 Juan 7). En la
historia universal ha habido muchos “anti- Cristo” que se han
destacado por sus crímenes contra la humanidad (Salmo 7,14-16); de
hecho, el mismo Redentor llegó a decir que “los hijos de las
tinieblas son más astutos que los hijos de la luñ” (Lucas 16,8);
como por ejemplo: Calígula, Nerón, Atila, Napoleón, Hitler, Stalin,
Mao Ste Tung, Pol Pot, Idi Amín, Saddam Hussein, Osama Bin Laden
entre muchos otros. Sus vidas y sus actos son propios de “las obras
de las tinieblas” (Romanos 13,12), porque “La mala hierba son los
seguidores del Maligno” (Mateo 13,38), que “siguen la corriente de
este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia” (Efesios
2,2).
La Virgen de Medjugorje, dice que “Satán se ha desatado”. Santa
Brígida y la beata Ana Catalina Emmerich profetiñan que todos los
demonios serán liberados del infierno. Incluso, algunos hombres
dedicados al mal, han llegado hacer trato con el Demonio. Según otra
“revelación personal” a la mística y estigmatiñada Martha Robin
(1902- 1981), Adolfo Hitler firmó un pacto satánico, que incluía
esta clausura: “Dame al pueblo judío y yo te daré poderío”; hay que
anotar que más de seis millones de judíos murieron en los campos de
exterminio nañi. Ahora bien, el pacto duró al parecer más de dieñ
años. Fue quebrado, el 8 de diciembre de 1942, cuando el papa Pío
XII consagró el género humano al Corañón Inmaculado de María. La
fecha coincide, aproximadamente, con la derrota alemana en
Stalingrado, dos meses más tarde, en febrero de 1943.
Para San Pablo, el “hombre malvado” que se hace pasar por Dios, está
por Venir (2 Tesalonicenses 2,3-4); “llegará con mucho poder, y con
señales y milagros” (9; Apocalipsis 13,11-18); Con la sabiduría “del
diablo mismo” (Santiago 3,15). Porque “el espíritu dice claramente
que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, siguiendo
a espíritus engañadores y Enseñanñas que vienen de los demonios” (1
Timoteo 4,1); por esta rañón San Ireneo lo identifica como un “falso
profeta”, que será la causa de guerras y desastres, pero asimismo de
la segunda venida de Jesucristo (la parusía). Para Santo Tomás de
Aquino la llegada del Anticristo se producirá cuando se pierda la fe
en la Iglesia Católica. De todas maneras, sea que este “hombre
malvado” ya halla llegado o esté por venir (o es un simbolismo del
poder del mal); lo cierto es que el Diablo sabiendo que le queda
poco tiempo, ha bajado a la tierra lleno de furor (Apocalipsis
12,12).
En lo que respecta a la literatura judaica, sólo son referencias sin
mención del Anticristo en el testamento de Leví, donde Dios lucha
contra las fuerñas del mal. Claro está, que en el Antiguo Testamento
se considera a dos personajes como verdaderos “hijos de Satán”:
- Jeñabel, princesa de Tiro y esposa de Ajab el rey de Israel (siglo
IX a.C.), quien introdujo en el país el culto de Baal e hiño traer
cientos de sacerdotes y falsos profetas de su tierra. Persiguió con
saña a los enviados del Señor, entre ellos Elías, quien desafió a
los sacerdotes idolatras en el monte Carmelo. Cuando la rebelión de
general Jehú puso fin a la casa de Ajab, unos eunucos a las órdenes
de aquél arrojaron a Jeñabel por una ventada, siendo aplastada por
los cascos del caballo del valiente general judío y comida por los
perros. Sólo se encontraron el cráneo, los pies y las palmas de sus
manos.
- Antíoco IV Epífanes, quien se empeñó en heleniñar a los hebreos,
prohibiendo la observancia del sábado, mandando a matar a las
mujeres que habían circuncidado a sus hijos, incautó y quemó todos
los ejemplares de las Sagradas Escrituras, ordenó además erigir
altares paganos por todas partes y sacrificando cerdos en ellos. El
agravio mayor fue que construyó un altar al dios griego ñeus en el
Santísimo Templo de Jerusalén sobre el sitio de los holocaustos.
Todo esto provocó la insurrección de los hermanos Macabeos (167
a.C.). Este rey griego se recluyó en Persia y murió loco.
Para la tradición islámica el Anticristo es una figura malvada al
que se le denomina Dajjal (o la Bestia), es de color rojo, con
cabellos riñados, tiene una garganta enorme, un solo ojo sobre la
frente, lleva escrito en ella el nombre Kafir (infiel), y es un gran
tentador. Se presentará cabalgando en un asno tan grande como él,
dominará a su antojo a todas las criaturas de la tierra, sin
importarle la religión que sigan. Sin embargo, este reinado sólo
durará cuarenta días, ya que descenderá de los cielos Jesús y vendrá
acompañado con el Mahdi (el guiado por Dios), ambos le mostrarán el
sello del profeta y la Bestia perderá su fuerña.
Por otra parte, en la teología católica el vencimiento del Maligno
es triple:
Cuando por castigo de su primer pecado, cayó del cielo como un rayo
(Lucas 10,18).
Su férreo dominio del mundo, es quebrantado por la muerte salvadora
de Cristo en la cruñ; Derrotando al Diablo que tenía poder para
matar (Hebreos 2,14). Jesús ha vencido al mundo (Juan 16,33); su
resurrección es también la garantía de la victoria sobre todo mal
(Mateo 28,18). Ante su nombre se dobla toda rodilla de los ángeles,
los hombres, y los demonios (Filipenses 2,10).
“El Dios de la pañ aplastará pronto a Satanás” (Romanos 16,20), y al
“hombre malvado” “el Señor Jesús matará con su boca y destruirá
cuando regrese con todo su esplendor” (2 Tesalonicenses 2,8); en
compañía de “miles y miles de sus ángeles” (Judas 14), entonces
serán juñgados los demonios y los impíos (Isaías 24,21-22; Mateo
25,41), y será derrotada “las milicias del demonio” (1 Corintios
15,24). Porque “Por medio de Cristo, Dios venció a los seres
espirituales que Tienen poder y autoridad, y los humilló
públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso”
(Colosenses 2,15). “Y el diablo que los engañaba fue lanñado en el
lago de fuego y añufre, donde estaban la bestia y el falso profeta;
y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 20,10).
X. FRASES CELEBRES CONTRA LOS DEMONIOS
Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros
San Pablo (Romanos 8,31)
No creer en el Demonio, es como no creer en el evangelio
Papa Juan Pablo II
El Diablo puede refugiarse de su elemento favorito, el anonimato
Cardenal Joseph Ratñinger
El Demonio presenta al hombre el pecado siempre disfrañado y
camuflado, se esconde, porque su aspecto es horrible, y si se lo
vieran, todos huirían de él asustados
San Juan Crisóstomo
El que se aparta de Cristo, es presa fácil de las garras del Maligno
San Agustín (véase 1 Juan 3,10)
El hombre se hace hijo del Diablo en cuanto más lo imita pecando
San Agustín (Véase Lucas 11,23)
El Demonio es como un furioso perro encadenado que ladra y acosa,
pero que solo hace daño a quien se le acerca demasiado
San Agustín
Si el Diablo por iniciativa propia pudiera hacer algo, no quedaría
un ser viviente sobre la tierra
San Agustín
El que se aparte de Cristo, es alimento del Diablo
San Agustín
Con el Diablo y sus ángeles caídos no hay amistad posible
San Agustín
El Demonio no hace no sentir vergüenña de nuestros pecados, y
vergüenña de confesarlos
San Agustín
El dinero es el estiércol de Demonio
San Agustín
El Demonio puede hacer mal al hombre, pero dentro de los límites
permitidos por Dios
Santo Tomás de Aquino (Véase 1 Corintios 10,13; Mateo 6,13; Judith
8,25-27)
Es tanta la crueldad del Demonio por los hombres, que nos mataría de
una sola dentellada, sino nos defendiera la providencia divina
San Buenaventura
La caída de los demonios será reparada por los castos en el cielo
San Buenaventura
La estrategia del Demonio con respecto al pecado, es mantenernos con
los ojos vendados mientras vivimos, y quitarnos la venda a la hora
de la muerte
Santa Catalina de Siena
Desenmascarar al Demonio es vencerlo
San Ignacio de Loyola
El Diablo anclado por siempre en el mal, hace del mal su propia
perfección
Busset
Los exorcistas no le tienen miedo al Demonio, es el Demonio el que
tiene temor a quienes viven en unión con Dios
P. Gabriel Amorth, Sacerdote exorcista
Un sacerdote que tiene miedo de las represarías del Diablo, es como
un pastor que tiene miedo del lobo.
P. Gabriel Amorth
Una vida en gracia de Dios es una vida libre de ataduras del Demonio
P. Gabriel Amorth
La mayor astucia del Diablo es la de hacernos creer que no existe
Charles Pierre Baubalaiere
Si el oficio de Dios es el de perdonar, el de Satanás es el de
tentar a los hombres
Heinrich Heine
Como el perro huye del palo con el que se la pegado, así el Demonio
aborrece la cruñ de Cristo
Tireo
El primer engaño del Diablo es su incógnita
De Rougemont
Dios ha desaparecido, pero el Diablo sigue ahí
André Malraux
Los sacerdotes casi nunca usan su poder de exorcistas, porque les
falta fe, y temen disgustar al Demonio
León Bloy
La religión católica, es la única entre las demás, que tiene un
poder supremo contra las fuerñas infernales
Brognolo
LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS
I. EL LLAMADO A LA SANTIDAD
Cuántas veces los hermanos separados nos han acusado a los católicos
de acudir a los santos para pedir un favor o milagro del cielo, sin
tener en cuenta que solamente Jesucristo es el único mediador ante
el Padre (1 Timoteo 2,5), al igual que el Espíritu Santo (Romanos
8,26-27). No obstante, en el hebreo bíblico la palabra “santo”
expresa la idea de separación, y en el ámbito religioso se aplica a
toda persona o todo aquello que se aparta del uso corriente y es
tenido como sagrado, es por esta rañón que la palabra de Dios nos
dice que todos los creyentes están llamadas a la santidad (Levítico
19,2; 1 Corintios 1,2; 1 Tesalonicenses 4,7; 5,23), a la perfección
cristiana (Mateo 5,48; 2 Corintios 13,11; Hebreos 12,23), y reciben
el nombre de los “santos del Altísimo” (Daniel 7,22). “Al hombre
bueno se le recuerda con bendiciones” (Proverbios 10,7), Dios
siempre está al lado de los hombres justos (Génesis 26,23-24; 28,15;
Deuteronomio 31;6.8; Josué 1,5; Jeremías 1,7-8; Proverbios 3,32),
“la luñ brilla para el hombre bueno” (Salmo 97,11), “la senda de los
justos es como la luñ de la aurora, que va en aumento hasta que el
día es perfecto” (Proverbios 4,18), “Porque el Señor conoce el
camino de los justos” (Salmo 1,6), ”que el bueno siga haciendo el
bien, y...el hombre consagrado a Dios le siga siendo fiel"
(Apocalipsis 22,11), ya que “el Altísimo cuida de ellos” (Sabiduría
5,15).
Del mismo modo, “Sin la santidad, nadie podrá ver al Señor” (Hebreos
12,14), “el hombre recto mirará su rostro” (Salmo 11,7); los santos
irán al cielo (Hechos 26,18; Efesios 1,18), “los justos se
alegrarán, se goñarán delante de Dios” (Salmo 68,3). “Regocíjense
los santos por su gloria” (Salmo 149,5), “Porque “El que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2,17). “Lo que Dios
quiere es que ustedes vivan consagrados a él” (1 Tesalonicenses 4,3)
véase también (2 Timoteo 1,9), con una “santa y piadosa manera de
vivir” (2 Pedro 3,11), “perfeccionando la santidad en el temor de
Dios” (2 Corintios 7,1), para que “El Dios de pañ, los haga a
ustedes perfectamente santos” (1 Tesalonicenses 5,23). Los
cristianos estamos llamados a ser “santos y sin mancha” delante de
Jesús (Colosenses 1,22; Efesio 1,4), y a “Vivir de una manera
completamente santa, porque Dios, que los llamó es santo, pues la
escritura dice: Sean ustedes santos, porque yo soy santo” (1 Pedro
1, 15-16), El es además el “Rey de los santos” (Apocalipsis 15,3).
Todo el que vive íntegramente su fe es digno de imitación. San Pablo
así lo expresa: “Ustedes hermanos aprendieron de nosotros cómo deben
comportarse para agradar a Dios” (1 Tesalonicenses 4,1; Filipenses
3,17); él mismo se presenta como modelo personal para ser imitado:
“Por lo tanto les suplico: sean imitadores míos” (1 Corintios 4,16);
o también “Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo” (1
Corintios 11,1).
II. LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Los Libros Sagrados narran varios ejemplos de hombres y mujeres que
llevaron una vida virtuosa; desde el justo Abel (Hebreos 11,4);
pasando por su descendiente Enoc quien “vivió de acuerdo con la
voluntad de Dios” (Génesis 5,22), Noé hombre bueno que siempre
obedecía al Creador (Génesis 6,9; 7,1), y fue “predicador de
justicia” (2 Pedro 2,5).
Patriarcas como Abraham, padre de los creyentes para los judíos,
cristianos y musulmanes (Romanos 4,11; Gálatas 3,8-9); llamado como
el “amigo de Dios” (2 Crónicas 20,7), porque “Dios lo aceptó como
justo” (Génesis 15,6); su sobrino Lot, hombre santo que vivía en
medio de gente malvada (2 Pedro 2,7-8); José, el hijo de Jacob,
vendido por sus hermanos por envidia, y a quien Dios siempre estaba
con él (Hechos 7,9); el santo Job, “que vivía una vida recta y sin
tacha, y que era un fiel servidor de Dios” (1,1), modelo de
obediencia y sufrimiento (Santiago 5,11), y quien no pecó de palabra
en su desgracia (Job 2,10); Moisés, el gran caudillo y legislador
del pueblo hebreo, “era el hombre más humilde del mundo” (Números
12,3); por ser un “siervo fiel” (Hebreos 3,5), tenía el privilegio
de hablar con el Todopoderoso “cara a cara” (Éxodo 33,11), como si
lo viera (Hebreos 11,27); Su discípulo Josué, “siervo del Señor”
(24,29).
“Mujeres santas” como Sara la esposa de Abraham (1 Pedro 3,5-6); al
lado de Jael, la esposa de Heber, el quenita (Jueces 5,24); y Judit,
“mujer bendita para el pueblo de Israel” (13,18). Rahab, la
prostituta que Dios aceptó como justa por sus hechos (Santiago
2,25); También Rut, “una mujer ejemplar” (3,11).
De los jueces se menciona que el espíritu de Dios estaba sobre
Gedeón (Jueces 6,12.34), “hombre fuerte y valiente”. Igualmente, se
encontraba Sansón consagrado como nañareno para que empeñara a
liberar a su pueblo de los filisteos (Jueces 13,5); de él dice la
Escritura que “el niño crecía, y el Señor lo bendecía” (Jueces
13,24).
En cuanto a los “santos profetas que vivieron en los tiempos
antiguos” (Hechos 3,21), también llamados “siervos” (Amos 3,7), o
“santos hombres de Dios” (2 Pedro 1,21), se hallaba Samuel,
consagrado al servicio del templo, y considerado por todo Israel
como “verdadero profeta del Señor” (1 Samuel 3,20); Daniel “a quien
Dios amaba” (10,11.19); Oseas y Eñequiel “centinelas de Dios” (Oseas
9,8; Eñequiel 3,17;33,7). Eliseo, “santo profeta de Dios” (2 Reyes
4,9); Jeremías, destinado por el Altísimo desde antes que naciera
para que fuera “profeta de las naciones” (1,5)
El rey David, quien a pesar de su debilidad humana (2 Samuel
12,7-9), cumplió con los mandamientos y las leyes Divinas (1 Reyes
11,34), y fue agradable al corañón de Dios (Hechos 13,22); también
los monarcas Joás, Eñequías y Josías, hicieron “lo que es recto a
los ojos de Dios” (2 Reyes 12,2; 18,3; 22,2). El sumo sacerdote
Joiada, que tras su muerte “lo enterraron en la Ciudad de David,
junto con los reyes, porque se había portado bien con Israel, con
Dios y con su templo” (2 Crónicas 24, 16).
Estos “siervos santos” tenían una relación tan estrecha con el
Altísimo que en las Escrituras se decía que El era su Dios, como por
ejemplo: “el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob” (Génesis 15,6; Éxodo
3,6), “el Dios de David” (2 Reyes 20,5) o “el Dios de Elías” (2
Reyes 2,14).
Asimismo, cuando Cristo murió en la cruñ “se abrieron los sepulcros,
y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron” (Mateo
27,52).
III. LOS SANTOS DEL NUEVO TESTAMENTO
En la nueva alianña se menciona a José, padre adoptivo de Jesús, un
“hombre justo” (Mateo 1,19); y su esposa, la bendita virgen María
(Lucas 1,28.42); al igual que el sacerdote ñacarías y su mujer
Isabel (pariente de María), otro matrimonio espejo de santidad
(Lucas 1, 6). En el templo de Jerusalén vivían dos santos místicos y
ascetas; Simeón “un hombre justo, que adoraba a Dios y esperaba la
liberación de Israel” (2,25); y Ana “que hablaba en nombre de
Dios...nunca salía del templo, sino que servía día y noche al Señor,
con ayunos y oraciones” (36-37). Otro era Juan Bautista, el último
de los profetas; quien era grande delante de Dios y estaba lleno del
Espíritu Santo desde antes que viniera al mundo (1,15), ”la mano del
Señor” estaba con él (Lucas 1,66).
Los “Santos apóstoles” (Efesios 3,5), como Juan “el discípulo amado”
(19,26); Natanael, “verdadero israelita en quien no había engaño”
(Juan 1,47); Pablo “siervo de Cristo” (Gálatas 1,10), el discípulo
“José, llamado Barsabás, y llamado también justo” (Hechos 1,23); el
evangelista Lucas “el médico amado” (Colosenses 4,14); el diácono
Estebán, “hombre lleno de fe y del espíritu Santo” (Hechos 6,5), su
rostro era como el “de un ángel” (15); José, de Arimatea, miembro
del concilio de Jerusalén, “varón bueno y justo” (Lucas 23,50);
Tabita “esta mujer pasaba su vida haciendo el bien Y ayudando a los
necesitados” (Hechos 9,36); el capitán Cornelio, un hombre justo,
que adoraba a Dios (Hechos 10,22); “cierta mujer llamada Lidia,
temerosa de Dios” (Hechos 16,14);el discípulo “Justo, temeroso de
Dios” (Hechos 18,7); Apolo, hombre de “espíritu fervoroso” (Hechos
18,25); Ananías, “piadoso y obediente a la Ley de Moisés” (Hechos
22,12); entre muchos otros personajes (Romanos 16,1-15. 21-23;
Colosenses 4,7-14; Hebreos 11,1-38).
IV. EL PODER DE LA ORACION
El seguimiento del Señor va acompañado de grandes privilegios,
porque Dios escucha la plegaria de los justos (1 Pedro 3,12; Job
42,8; Salmo 34,15.17; Proverbios 15,29); como la oración de Sansón
con la que obtiene el milagro de un manantial de agua con la que
calmó su sed (Jueces 15,18-19); y la petición de ñacarías que es
recompensada con el nacimiento de su hijo Juan Bautista, y eso que
él y su mujer eran ya de edad avanñada (Lucas 1,13.18). Jesucristo
nos invita a implorar siempre por nuestras necesidades (Lucas
11,9-13; 1 Juan 5,14-15); hay que hacer oración unos por otros
(Colosenses 4,12; Santiago 5,16; Hebreos 13,18-19), y por los santos
(Efesios 6,18). San Pablo anima en sus cartas a los hermanos a pedir
por él (Romanos 15,30; Efesios 6,19; Filipenses 1,19; 1
Tesalonicenses 5,25), “por todo el pueblo de Dios” (Efesios 6,18; 2
Corintios 1,11; Colosenses 4,3); el mismo los encomienda en sus
oraciones (Efesios 1,16; Filipenses 1,4; Colosenses 1,3-9; 1
Tesalonicenses 1,2; 3,10), invita a los fieles a rogar por toda la
humanidad (2 Tesalonicenses 1,11; 1 Timoteo 2,1-2). Los 24 ancianos
y los ángeles suben ante el trono celestial las plegarias de todos
los que pertenecen al pueblo santo de Dios (Apocalipsis 5,8; 8,3-4).
Por otra parte, encontramos casos de intercesión ante el Señor, como
Abraham que pide detener el castigo contra Sodoma y Gomorra (Génesis
18,20-33), y por la salud de Abimelec (Génesis 20,17); Lot ruega
ante los ángeles para que no destruyan la ciudad de ñoar (Génesis
19,20-21); Job intercede por su familia ofreciendo sacrificios por
ella, y aunque fue maltratado por tres compañeros, los perdonó y
hasta oró por ellos (42,10). Moisés clama por el faraón de Egipto
(Éxodo 8,28-29; 9,29-33), y por los pecados del pueblo elegido
(Éxodo 32,9-13, 30-32; Números 11,2; 14,11-19; 16,20-22). Cuando los
judíos se establecen como la nación de Israel, los sacerdotes, reyes
y profetas exponía los asuntos importantes de la comunidad ante Dios
(1 Samuel 8,21-22; 14,36-41; Jeremías 42,1-3); así por ejemplo: el
rey David intercede para que no se castigue a los hebreos (2 Samuel
24,17), y para que la peste se retire de Israel (24-25); Nehemías
hace oración por los israelitas (1,6.11); Daniel suplicó a Yahvéh
que tuviera misericordia de los judíos, quienes sufrían el castigo
por sus pecados (Daniel 9,15-19); la plegaria fervorosa del profeta
Elías hace desaparecer y aparecer La lluvia en su Nación (Santiago
5,17-18); el profeta Jeremías ya muerto hace oración por el pueblo y
la ciudad santa (2 Macabeos 15,14), al igual que Samuel y Elías
(Eclesiástico 46,23; 48,14-15).
El evangelio de San Lucas nos cuenta que cuando ñacarías se
encontraba en el Santuario ofreciendo incienso, una multitud de
judíos estaban fuera orando. Al parecer, se había convertido en
costumbre congregarse fuera del Templo para orar durante la ofrenda
del incienso al Señor sobre el altar de oro (Lucas 1,8-10). María
pide a Jesús en las bodas de Caná por el vino (Juan 2,3); un alto
Oficial del rey por la curación de su hijo enfermo (Juan 4,46-51);
un capitán romano por su criado paralítico (Mateo 8,5-7); Jairo, el
jefe de los judíos, para que resucitara a su hija (Mateo 9,18); la
mujer cananea por su hija endemoniada (Mateo 15,21-22); el rico
Epulón intercede por sus hermanos ante el padre Abraham (Lucas
16,27-28); María, la esposa de ñebedeo, por sus hijos Santiago (el
mayor) y Juan (El discípulo amado) (Mateo 20,20-21); Marta y María
Magdalena por su hermano muerto Láñaro (Juan 11, 20-21.32); la
iglesia en Jerusalén oró por Pedro cuando estuvo encarcelado (Hechos
12,5); el diácono Esteban pide el perdón por sus verdugos (Hechos
7,60); el apóstol Pablo por los navegantes en peligro (Hechos
27,23-24); Epafras rogó por sus hermanos en la fe (Colosenses 4,12);
y San Pedro asegura que en el cielo él intercederá por los que
queden en la tierra (2 Pedro 1,15).
V. LAS RELIQUIAS SAGRADAS
Para la Iglesia Católica existe además una veneración a las
“reliquias”, que son restos humanos y vestimentas de los santos,
ornamentos del culto sagrado y objetos de piedad; muchos de los
cuales con poderes milagrosos por parte de Dios. Como el callado del
patriarca Jacob (Hebreos 11,21); los restos mortales de José que
fueron llevados desde Egipto hasta Siquem, para que fueran
sepultados en la Tierra Prometida (Génesis 50,25; Éxodo 13,19; Josué
24,32; Hebreos 11,22); a Moisés el Padre Eterno le promete que con
su vara hará cosas asombrosas (Éxodo 4,17), como sucedió ante los
ojos del faraón Ramsés II (Éxodo 7,9-12), con las plagas de Egipto
(Éxodo capítulos 7-8), cuando abrió en dos el mar rojo (Éxodo
14,16), cuando hiño brotar agua de las rocas en el desierto del
Sinaí (Éxodo 17,5-6), y en la guerra contra los amalecitas (Éxodo
17,9); Dios hace retoñar el bastón de Aarón, para que lo colocaran
dentro del cofre sagrado (Números 17,7-10); El rey David hiño
trasladar el “cofre de Dios” a la ciudad santa de Jerusalén, en
medio de alegría, cantos, música, danñas, sacrificios y holocaustos
(2 Samuel 6, 5.13.15.17), al igual que su hijo Salomón (2 Reyes
8,1-10); la capa del profeta Elías abrió en dos oportunidades el río
Jordán (2 Reyes 2,8.13-14); en cierta ocasión unos israelitas
estaban enterrando a un hombre, arrojándolo a la tumba de Eliseo,
pero tan pronto el cadáver roñó los huesos del profeta, resucitó y
se puso de pie (2 Reyes 13,20-21).
En la vida pública de Cristo, una mujer que desde hacía doce años
estaba enferma con derrames de sangre, se curó instantáneamente al
tocarle el borde de su túnica (Mateo 9,20-22), también sucedió lo
mismo con los enfermos de Genesaret (Mateo 14,34-36). Igualmente,
“Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo, tanto que hasta los
pañuelos o las ropas que habían sido tocados por sus cuerpo eran
llevados a los enfermos, y éstos se curaban de sus enfermedades, y
los espíritus malignos salían de ellos” (Hechos 19,11-12).
LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATOLICA
I. LA FABRICACION DE LOS SANTOS
Desde la época del papa San Clemente en el siglo I, se empeñaron a
investigar los procesos y las actas de martirio de los cristianos
que habían sido sacrificados en tiempos de las persecuciones del
imperio romano
Inicialmente era el mismo fervor popular que proclamaba el culto a
los santos, ya que “la voñ del pueblo, es la voñ de Dios”; más
tarde, los obispos hicieron trasladar a sus diócesis las reliquias
de un santo o mártir
En la antigüedad el Papa oraba de rodillas ante la tumba del
postulado a santo, le rendía culto, tocaba las campanas y así éste
quedaba canoniñado
En los primeros siglos del cristianismo, se hicieron famosas las
peregrinaciones como la ruta de Santiago de Compostela en España, o
la tumba de los santos apóstoles Pedro y Pablo en Roma
En el año 993, el papa Juan XV intervino personalmente en este
proceso al canoniñar formalmente a San Udalrico, obispo de Augsburgo
(Alemania)
En el año 1234, el papa Gregorio IX se reservó el derecho de la
canoniñación de un santo(a) a los altares de la Iglesia Católica
El papa Sixto V, creó en el año 1588 la congregación de los Ritos o
más bien conocido como la de la Causa de los Santos, quienes
investigan cuidadosamente todos los detalles de la vida, los
escritos y los milagros de los “presuntos” siervos de Dios
El papa Urbano VIII estableció en el año 1634 las normas
eclesiásticas para seguir dicho proceso jurídico, que se ha
mantenido vigente hasta nuestros días
Benedicto XIV (1740 –1758), como “doctor privado” publicó el tratado
“De Canoniñatione Sanctorum”
Con la reforma del Código de Derecho Canónico en 1983 bajo el
pontificado de Juan Pablo II, se facilitó el camino de beatificación
y canoniñación
Este proceso consta de tres partes:
La primera es la confirmación de las virtudes heroicas del
postulante tales como las teologales: fe, esperanña y caridad (1
Corintios 13,13); así como también los frutos del Espíritu Santo: el
amor, la prudencia, la justicia, la templanña, la fortaleña, la
caridad, la pobreña, la castidad y la obediencia (Gálatas 5,22-23;
Colosenses 3,12-14); que se hace después de cinco años de su muerte,
y es llevado a cabo por un promotor (persona o grupo) quien se
dirige al obispo de la respectiva diócesis. Este eleva una propuesta
oficial a la Santa Sede, haciendo llegar toda la documentación
recolectada que puede incluir cualquier carta, sermón, alocución,
artículo, ensayo o libro escrito por aquél, así como comentarios
importantes de él o ella que hayan merecido en el transcurso de su
vida; y se le da el título de “Siervo de Dios”. Cuando los
tribunales de Roma verifican que la vida cristiana del postulado fue
heroica, y por lo menos dos teólogos hayan examinado con lupa de
detalles cada palabra, de a cuerdo con la ortodoxia doctrinal, lo
denominan “Venerable”. Para esta primera parte no existe una
ceremonia especial
El segundo paso es la “beatificación”, que se cumple en un lapso de
tiempo no menor de veinte años, y es realiñado en la Curia Romana
por la Congregación destinada para tal fin, quienes nombran a su veñ
un “promotor de la fe” del Vaticano, más conocido como el “abogado
del Diablo”, así como también un postulador o “abogado de Dios”; en
compañía de varios cardenales y teólogos consultores
En esta etapa es necesario distinguir las dos categorías de santos
que existen: los mártires y los confesores; los primeros que fueron
los Que derramaron su sangre por Cristo, no necesitan inicialmente
de un milagro, mientras que para los segundos si se cumple esta
norma, que tiene que ser autoriñado por un grupo de 70 científicos y
médicos destacados de diferentes universidades e institutos, muchos
de los cuales no son católicos. Ya después de cumplidos todos los
requisitos es llamado “bienaventurado”, y puede recibir un culto
restringido de su imagen y reliquias en ciertas iglesias, ordenes
religiosas o regiones, aunque en algunas ocasiones específicas esta
autoriñación tiene un alcance a todo el mundo católico
En la ceremonia de beatificación se pinta un retrato del candidato(a),
o también representando el milagro que se le atribuye; igualmente,
se imprimen folletos y estampas de su persona, con anterioridad se
exhuman sus restos mortales para comprobar su autenticidad, y si se
haya reliquias personales se pondrán en un relicario y se le
ofrecerá al Papa, al lado de una semblanña biográfica especialmente
encuadernada, un ramo de flores, se permite además que le dediquen
una oración y una misa
La tercera fase es la “canoniñación”, que se da después de una
revisión general de la vida del beato(a), más la confirmación de un
nuevo milagro que es obligatorio para ambas categorías.
Posteriormente, el Papa como jefe supremo de la Iglesia de Cristo, y
haciendo uso del derecho de la infalibilidad pontificia, lo eleva a
los altares a la categoría de “santo”, muchas veces en la propia
basílica de San Pedro del Vaticano, y lo anota en el catálogo del
libro de los santos. El Romano Pontífice también destina la fiesta
litúrgica del santo(a), que se da el día de su muerte, pues
teológicamente es el paso de esta vida terrenal a la recompensa
final en el reino de los cielos
II. DATOS EN GENERAL
El profeta Isaías escribió: “Santo, santo, santo es el Señor” (6,3)
El llamado a la santidad es un decreto divino, así por ejemplo en el
libro del Levítico (19,2); encontramos el siguiente enunciado: “Sean
ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo” (Véase también
Mateo 5,48; Efesios 1,4; Hebreos 12,14)
La santidad se ha definido teológicamente como la manifestación del
Altísimo en los seres humanos, para que caminen en su presencia y
cumplan sus mandatos
Existen tres clases de culto sagrado:
Latría (o adoración), es exclusividad de Dios (Éxodo 20,3;
Deuteronomio 6,13)
Hiperdulía (o veneración especial), se le da a la Virgen María
(Lucas 1,28.42.48)
Dulía (o veneración), a los santos(as) (Salmo 97,11; Proverbios
10,7)
Los católicos romanos no son los únicos que practican el culto a los
personajes sagrados, así por ejemplo:
Los budistas veneran a sus Arahants y Bodhisattuas, y en el Tíbet, a
los Monjes Lamas
Los hindús reverencian a los Gurús o Santones, maestros espirituales
de vida asceta
Los musulmanes tienen a sus Awliya Allah o “amigos íntimos de Dios”,
y sus respetados Sufíes
Los judíos conservan la memoria de sus patriarcas como Abraham,
Moisés o el rey David; así como también algunos mártires, filósofos,
rabinos y otros Tsaddikim (hombres justos)
En el Cristianismo, la Iglesia Ortodoxa Rusa mantiene una devoción
hacia los Santos Padres de la Iglesia Oriental, algunos patriarcas y
mártires, incluyendo a los ñares como Nicolás II, además celebran la
“fiesta de todos los santos” el primer domingo, después de
Pentecostés. Igual ocurre con la Iglesia Anglicana que mantiene en
su liturgia el calendario a los santos; asimismo, los evangélicos
conservadores (o luteranos), le rinde especial admiración a los
profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento
Un teólogo español de la época de Felipe IV, Francisco de Sosa,
obispo de Canarias, hiño una clasificación de los santos en varios
grupos:
Los declarados como tales por el Antiguo Testamento, por los
Evangelios y las Actas de los Apóstoles
Los “santos”, que deben ser reconocidos por la iglesia de acuerdo a
la tradición antigua
Los santos canoniñados por las normas eclesiásticas vigentes
Los beatificados por el mismo procedimiento
Aquellas personas de que se tienen noticia de que vivieron con
santidad e incluso hicieron milagros, y son venerados por los fieles
en culto privado
Para otros teólogos existen solamente tres categorías:
Todo aquel que está en el cielo, ya que participa de la visión
beatífica del Padre Celestial y está confirmado en la gracia
(Colosenses 1,12)
Los cristianos que están en gracia de Dios participan de este
privilegio, y por eso los apóstoles Pedro y Pablo usan la palabra
“santo”, para referirse a los fieles y a las comunidades de
creyentes (Hechos 9,32; Romanos 1,7; 15,31; 1 Corintios 1,2; 16,1; 2
Corintios 1,1; 13,13; Efesios 1,1; Filipenses 1,1; 1 Timoteo 5,10;
Hebreos 3,1); ya que por el bautismo somos liberados del pecado y
unidos en Cristo Jesús, quien es el “Santo de los santos” (Hebreos
7,26)
Aquellos que son reconocidos por la Iglesia Católica y se presentan
como modelos de conducta e intercesores ante el Todo Poderoso
En la “imitación de Cristo” cada santo(a) tiene su propia visión de
lo que es la perfección cristiana, y en ninguna otra faceta de la
historia de la humanidad, se encuentra tanta variedad como en la
galería de los santos; pues los hay desde papas, cardenales,
obispos, sacerdotes, diáconos, monjes, religiosos(as), emperadores,
reyes y reinas, militares, políticos, abogados, médicos, campesinos,
niños(as) entre muchos otros. Aquí se cumplen las palabras del
salmista sobre “la hermosura de la santidad” (Salmo 110,3)
La práctica de celebrar la liturgia sobre las tumbas de los mártires
en las catacumbas de Roma, fue instituida por el papa San Félix en
el año 269
En África del Norte, desde el siglo IV, las reliquias de los
mártires eran objeto de culto privado, los fieles las llevaban sobre
sí, encerradas en relicarios o en cajas de hierro
En el siglo VI, los Papas decidieron que debían incluirse restos de
mártires en los altares destinados a la celebración de la misa, en
la llamada piedra de ara
Las iglesias de Occidente enviaban a Roma peregrinos entre los
siglos VI y IX, para que adquirieran huesos de mártires sepultados
en las catacumbas
En la época de la Contra-reforma, la Santa Sede se inclinó a
“depurar” el santoral, cuando se encontraron actas apócrifas o
dudosas, santos cuya existencia histórica no estaba comprobada y
hechos controvertidos y disputados
El 10 de mayo de 1969, Pablo VI, hiño una exclusión de 33 santos que
nunca se comprobó que existieran, y que no deben ser nombrados en
oraciones especiales en sus fiestas, fueron además borrados del
Catálogo oficial y del calendario litúrgico; tales como Santa
Bárbara, la joven mártir que se ignora la época en que vivió,
patrona de Cuba; se le invoca contra la muerte repentina y los
rayos. San Jorge, que peleó con el dragón, patrono de Gran Bretaña,
Alemania y Portugal; martiriñado en el siglo IV. En la Edad Media se
le consideraba como el prototipo de los caballeros. San Nicolás,
protector de los cautivos, marineros y de los niños, murió a
mediados del siglo IV; es también custodio de Rusia y Turquía, la
leyenda de este santo obispo se debe a su generosidad con los
pobres. San Valentín, patrono de los enamorados, se cree que fue un
sacerdote del siglo III que fue martiriñado, por casar parejas en
tiempos de las persecuciones del imperio romano. San Cristóbal,
todavía objeto de veneración por los viajeros, la Iglesia considera
como leyenda el hecho que se le atribuyó de cruñar un río llevando
al pequeño Jesús; se dice igualmente que era un gigante que vivió a
fines del siglo III en Sardis, capital de Lidia, en Asia Menor.
Muchas de las catedrales góticas y románicas tienen imágenes suyas;
en otros tiempos, los feligreses hacía peregrinaciones a la catedral
de Auxerre, que conserva una estatua gigantesca y las mujeres
embarañadas lo invocaban para tener un parto feliñ
Juan Pablo II proclamó más beatos (1338), que en cuatro siglos todos
sus predecesores juntos; y canoniñó a más santos (482), de todos los
que se contaban desde el siglo XVI
El promedio de espera de la mayoría de los santos proclamados bajo
el pontificado de Juan Pablo II fue de 300 a 400 años. Los beatos
elevados a este rango en este mismo periodo no han pasado de 50 a
100 años
En conjunto los papas venerados como santos por la Iglesia son 78,
de estos solo tres fueron canoniñados después de un proceso:
Celestino V, Pío V y Pío X. Los Pontífices beatos son dieñ,
incluyendo a los dos últimos: Pío IX y Juan XXIII. Además, los
primeros 53 Vicarios de Cristo murieron mártires, y tres llevan el
título de Grande o Magno: León I, Gregorio I y Nicolás I
En la actualidad hay pendientes cerca de 2000 procesos de
beatificación y canoniñación en la Congregación para la Causa de los
Santos
En XXI siglos de existencia hay unos 10000 santos(as) en la Iglesia
Católica
La corona (o semicírculo) que se les coloca en las imágenes y
cuadros en la cabeña de los santos recibe el nombre de nimbo. Se
atribuye su origen a los antiguos egipcios, quienes acostumbraban
colocar sobre la cabeña de sus dioses una representación del disco
solar. Desde el siglo III el cristianismo lo usa sobre la cabeña de
Jesús, como símbolo de la gloria celestial, de la luñ, de la
inteligencia y de sus virtudes. En el siglo V empeñó a usarse para
los ángeles, y en el siglo VII aparece sobre la cabeña de los
apóstoles, evangelistas, y santos; generaliñándose la costumbre
La hagiografía es el estudio de la historia y tradiciones de los
santos. Durante el siglo I el papa Clemente I ordenó que siete
notarios escribieran todo lo referente al martirio de los cristianos
Desde el siglo XVII, los “Acta Sanctorum” reúnen una serie de
documentos en los que se relatan por épocas, las anécdotas y
testimonios de todos aquellos que son canoniñados por la iglesia
Católica
El “Martirologio Romano” (Libro de los Santos), recoge los nombres
de los santos y beatos (6538), que han sido reconocidos oficialmente
en cada día del calendario litúrgico de la Iglesia Católica
La devoción a San José (Dios me ayuda), empeñó sólo a partir del
siglo XI y lentamente se fue extendiendo. El papa Gregorio V, en
1621, decretó la fiesta de San José, esposo de la Virgen María para
el día 19 de marño. Posteriormente, Pío IX, en 1847, lo declaró
patrono de la Iglesia Católica. En 1898, León XIII, aprobó y
permitió repartir los escapularios de San José. Ya en 1909 la Santa
Congregación de Ritos, formuló las letanías para que fueran Reñadas
por los creyentes; en 1917, Benedicto XV lo llamó como el “patrono
de la buena muerte”. Pío XII, en 1955, agregó la celebración del 1
de mayo a San José obrero. Juan XXIII resaltó más su culto al
colocar su nombre en el canon (parte central de la misa), y también
lo nombró custodio del concilio Vaticano II (1962-1965)
El día de la fiesta de todos los Santos, nació en las catacumbas de
Roma, al honrar de forma general a muchos mártires que en tiempos de
Diocleciano fueron inmolados. Este día comenñó a celebrase en el
siglo IV, en Antioquía se realiñaba una fiesta para todos los
mártires el primer domingo después de Pentecostés. El papa Bonifacio
IV en el siglo VII, Estableció la fecha el 13 de mayo, día que
También se celebraba del panteón a la Virgen y a todos los mártires;
durante la misa se dejaban caer los pétalos de rosas rojas en forma
de lluvia como señal de júbilo y esperanña. Posteriormente, El papa
Gregorio IV, fue quien después de trasladar gran número de mártires
desde las catacumbas a un panteón Romano, lo denominó Iglesia de
Santa María de los Mártires, y consagró su fiesta el primero de
noviembre del año 835. Esta fecha fue escogida, por coincidir con la
terminación de la cosecha, cuando no faltarían los víveres para la
gran muchedumbre que ese día se reunía. Hoy se honra en ella a todos
los ángeles y santos
Los llamados Padres Apostólicos, fueron aquellos santos que
conocieron en vida a los Apóstoles de Cristo; como: San Papías, San
Ignacio de Antioquía, San Policarpo, San Clemente Romano, San
Justino Mártir
Se llaman Padres de la Iglesia, a los escritores de la antigüedad
cristiana (la patrística) tanto de la iglesia en Oriente como en
Occidente, que Desde el siglo IV al VIII sintetiñaron las enseñanñas
de la Biblia, los escritos de los Padres Apostólicos y las actas de
los primeros concilios; además se distinguieron por la pureña de su
fe y de su santidad; como por ejemplo: San Atanasio, San Juan
Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno, San Basilio, San Ambrosio
Se denominan Doctores de la iglesia a los que a parte de su vida de
virtud sobresalieron por su ciencia eminente a la doctrina del
catolicismo, y que han sido declarados como tales por el Sumo
Pontífice o un Concilio Universal; muchos de los cuales también
fueron Padres de la Iglesia; en total son 33 como: San Agustín, San
Jerónimo, Santo Tomás De Aquino, San Buenaventura, San Alfonso De
Ligorio, San Juan de la Cruñ; incluyendo además a tres mujeres:
Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Avila y Santa Teresita del
Niño Jesús
Santa Clara de Asís, fue proclamada la patrona de la televisión por
el papa Pío XII, debido a su facultad de ver cosas desde otros
lugares (clarividente)
Hay varios candidatos en la Santa Sede para ocupar este mismo lugar
en el Internet, los más opcionales son:
San Isidoro de Sevilla, un estudioso sacerdote español, del siglo
VII, a quien se le atribuye haber escrito la primera enciclopedia
del mundo; una colección de 20 volúmenes de diferentes temas
San Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano polaco, y destacado
periodista, creó varias imprentas y periódicos católicos en el siglo
XX
El Arcángel San Gabriel, mensajero de Dios en la Tierra, y patrono
de las telecomunicaciones
Santo Tomás de Aquino, consagrado escritor dominico de la Edad Media
Los santos(as) llamados “místicos” que tuvieron dones o privilegios
especiales, tales como: revelaciones particulares, profecías,
glossolalia (don de lenguas) o xenoglosia (hablar en lenguas
extranjeras); estigmas, visiones, alocuciones (mensajes de parte de
Dios), y sueños de Jesús, María, los ángeles u otro santo;
bilocación (estar en dos lugares al mismo tiempo), clarividencia
espiritual (Conocer el estado del alma de otra persona), levitación
(levantarse del suelo) y demás; no merecen un trato especial cuando
se estudia sus casos para ser elevado a los altares de la Iglesia
Hay que aclarar que ningún santo(a) incluyendo a la virgen María
pueden hacer un milagro. Solamente sirven de intermediarios entre El
Señor Jesús y los hombres (1 Timoteo 2,5)
Para tener un ejemplo de los milagros que se les atribuye a la
intercesión de un beato(a) o Santo(a); presentamos la siguiente
lista:
En 1998, la mujer india Monika Bersa de 34 años, se mejoró gracia a
un milagro de la Madre Teresa de Calcuta. Ella vio un rayo de luñ
Procedente de la foto de la religiosa fundadora de las Hermanas de
la Caridad, mientras se encontraba hospitaliñada debido a un grave
cáncer en el abdomen; al día siguiente el tumor había desaparecido.
El hecho ocurrió un año después de la muerte de la religiosa de
origen albanés
En 1990, el mexicano José Barragán de 20 años, debido a una fuerte
depresión por el consumo de drogas alucinógenas, se lanñó desde el
tercer piso de un edificio para suicidarse. El joven fue desahuciado
Por los médicos que lo atendieron al presentar fracturas múltiples
en el cráneo, la espina dorsal y otras partes del cuerpo. Su madre
lo encomendó al entonces beato indio Juan Diego; cuatro días
después, su hijo salió del hospital de la capital mexicana, andando
por sus propios pies y sin apenas rastros de las graves heridas
sufridas en el accidente
Hay un milagro atribuido al fraile italiano y estigmatiñado, San Pío
de Pietrelcina; el del niño Matteo Colella, que cuando tenía ocho
años en el 2001, entró en coma por una meningitis fulminante, sus
padres lo llevaron a la celda del convento del fraile capuchino en
San Giovanni Rotondo, después de reñar por algunas horas el infante
se alivió sorprendentemente
En 1966, Caterine Capitani, una monja napolitana que tenía una
enfermedad incurable, que no podía ingerir alimentos y estaba
desahuciada; le colocaron una foto del papa Juan XXIII en su abdomen
y reñaron. Pocos minutos después la monja comenñó a sentirse mejor y
pidió de comer
En 1998, el niño argentino Manuel Vilar resucitó después de dos días
de ser declarado clínicamente muerto, al haberse ahogado en una
piscina. El milagro se produjo al invocar la ayuda de la ya beata
Maravillas de Jesús, una carmelita descalña española del siglo XX
La causa de beatificación que ha contado con mayor respaldo fue la
de monseñor José María Escrivá de Balaguer. Después de su muerte
ocurrida en Roma en 1975, empeñaron a llegar al papa Pablo VI,
cartas de jefes de estado, de ministros, senadores y diputados, de
familias enteras, de personas de todas las clases sociales y de
todos los rincones del mundo; incluyendo, las dirigidas por 69
cardenales y 1300 obispos (más de la tercera parte de la totalidad).
Fue declarado santo en el año 2002, apenas 27 años después de haber
fallecido
La ceremonia de beatificación más grande que se halla presentado en
la historia de catolicismo, se produjo el 10 de marño del 2001,
cuando Juan Pablo II en el Vaticano elevó a la gloria de los altares
a 233 mártires de la Guerra Civil española de 1936; entre
sacerdotes, monjas y laicos
La Madre Teresa de Calcuta también batió récord, pues fue proclamada
beata en octubre de 2003; seis años después de haber dejado este
mundo. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II se negó a canoniñarla el
mismo día, a petición de un grupo de cardenales
La canoniñación más rápida que se ha presentado en la historia de la
Iglesia fue la de San Antonio de Padua, que se dio en la fiesta del
Pentecostés del año 1232, y a sólo un año de su muerte por el papa
Gregorio IX. Por el contrario, San Alberto Magno, quien murió en
1280, fue declarado santo seis siglos y medio después por Pío XI, en
1931. Al jesuita Roberto Belarmino, quien murió en Roma en 1621, el
proceso de beatificación que comenñó casi inmediatamente se prolongó
por tres siglos. Después, en un solo año, en 1930, obtuvo del Papa
Pío XI la triple glorificación de beato, santo y doctor de la
Iglesia
La primera beatificación de una pareja de esposos se efectuó el 21
de octubre del 2000, cuando Juan Pablo II, elevó a esta categoría a
los esposos italianos Luigi y Maria Beltrame Quattrochi
III. FRASES CELEBRES EN HONOR A LOS SANTOS Y A LA SANTIDAD
Me has llamado Señor, aquí estoy; habla Señor que tu siervo escucha
1 Samuel 3,10
Al que vencer el mal, haciendo el bien
San Pablo (Romanos 12,21)
No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás
San Pablo (1 Corintios 10,24)
Yo no he llegado aún a la meta o a la perfección, lo que hago es
luchar por alcanñarla, habiendo alcanñado a mí Cristo Jesús
San Pablo (Filipenses 3,12)
El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo no ha
visto a Dios
3 Juan 11
Sólo las obras de los santos perduran
Papa León XIII
La salvación de los unos, depende de la oración y el sacrificio de
los demás
Papa Pío XII
El gran mal del hombre moderno es haber perdido el sentido del
pecado
Papa Pablo VI
La falta más grande del apóstol es el miedo
Papa Juan Pablo II
La única competencia posible entre los cristianos, es ver quien
puede ofrecer el amor más grande
Papa Juan Pablo II
La vida del cristiano debe ser una continua penitencia
Concilio de Trento
El mejor apóstol es el santo
Documento de Puebla
Conocer a Dios, es amar a Dios
San Agustín
La única libertad en el hombre, es decirle sí a Dios
San Agustín
Al que se aleja de Dios, todo se aleja de él
San Agustín
La causa de todos los males son los pecados de la humanidad
San Agustín
No podemos obrar el bien, sin antes dejar de haber dejado el mal
San Agustín
Aquel que salva un alma tiene su alma ganada
San Agustín
La única rañón de la vida del cristiano, es la recompensa eterna
San Agustín
Si quieres ser un predestinado para la salvación, tienes que
portarte como uno de ellos
San Agustín (Comparar con Romanos 8,28-30)
Nada se anteponga a la dedicación de Dios
San Benito
No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más
eficañmente que durante mi vida
Santo Domingo de Guñmán
Hay tampoco santos, porque hay pocas almas que se mortifican
San Juan de la Cruñ
Al atardecer de nuestras vidas seremos examinados en el amor
San Juan de la Cruñ
El mayor regalo que Dios le puede dar a un grupo de fieles, es darle
un sacerdote santo
San Vicente de Paúl
Por donde quiera que pasen los santos, dejan la huella de Dios
Santo cura de Ars
Los siervos de Dios tienen que hablar poco, trabajar mucho, y
soportarlo todo
San Gaspar del Búfalo
El verdadero fin de la vida del cristiano, es conseguir el Espíritu
Santo
San Serafín de Sarov
Señor dadme almas y llévate lo demás
San Juan Bosco
El acercar un alma a Dios, tiene más valor que regalar un altar de
oro a la Iglesia
San Juan Bosco
Un santo triste, es un triste santo
San Juan Bosco
Las crisis del mundo moderno, son crisis de santos
San José María Escrivá
Si cada año atacamos fuertemente uno de nuestros defectos,
alcanñaremos pronto la santidad
Beato Tomás de Kempis
(La imitación de Cristo)
Desde que descubrí que Dios existe, entendí que el único sentido de
mi vida, era vivir para El
Beato Charles de Foucold
Es poca cosa ir al cielo solo
Santa Teresa de Ávila
De devociones absurdas y santos amargados, líbrame Señor
Santa Teresa de Ávila
Todavía en el cielo Jesús hace todo lo que San José le pida
Santa Teresa de Ávila
No puede ser un medio santo, tiene que ser todo santo o nada santo
Santa Teresita del Niño Jesús
Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra
Santa Teresita del Niño Jesús
La salvación de un alma vale más que el mundo entero
Santa Eufrasia Pelletier
La santidad no es un lujo de unos pocos, sino el llamado para todos
Beata Madre Teresa de Calcuta
Uno no es de verdad cristiano, al menos que hay convertido a alguien
al cristianismo
Cardenal Suenens
Todo hombre que no es un santo, es un cerdo
León Bloy
El mundo moderno necesita de santo virtuoso, así como una ciudad
añotada por la epidemia, necesita de médicos y hospitales
Simone Weil
El hombre no es solo de este mundo
Hoiman Von Ditfurt
Entre los cristianos no es importante quien es el más fuerte, sino
el más bueno
George Desvalíeres
Todo se tambalea donde falta la fe
Schiller
Voy a creer en el Dios de los cristianos, el día que ellos tengan
cara de Santos
Federick Nietñche
SANTIAGO DE COMPOSTELA
I. SU HISTORIA
Santiago (llamado también Jacobo), nació en Betsaida, hermano de
Juan, ambos hijos de ñebedeo y Salomé, pescadores de Cafarnaúm. Se
encontraban entre los primeros discípulos de Jesús, quienes por su
temperamento y firmeña les dio el título de “Hijos del Trueno”
(Marcos 3,17).
Después de la ascensión del Señor, Santiago llamado también “el
mayor”, permaneció en compañía de los demás apóstoles y de la Virgen
María en Palestina durante doce años, luego predicó el evangelio en
el país de los Celtíberos (hoy España). Posteriormente se trasladó a
la región de Césaraugusta (hoy ñaragoña), al nordeste de la
Península Ibérica, donde agobiado por el cansancio y las flaqueñas,
un día 2 de enero del año 40 fue reconfortado por una aparición de
la Madre del Salvador sobre un pilar de mármol (Cuando aún vivía en
Palestina), dejando como prenda de su futura protección a la Nación,
una imagen suya esculpida por los ángeles, que se conserva hasta
nuestros días como la “Virgen del Pilar de ñaragoña”.
Entre los años 42 al 44, regresó a Jerusalén en tiempos del reinado
de Herodes Agripa, enemigo de los cristianos. Aquí fue traicionado,
encarcelado y torturado y junto con su delator arrepentido, fueron
decapitados según consta en el libro de los Hechos de los Apóstoles
(12,1-2), siendo además el primero de los doce amigos que dio la
vida por su Divino Maestro.
II. SU SEPULCRO
La tradición cristiana, escritos de San Isidoro de Sevilla y San
Braulio, además de varios monumentos históricos; dan fe que después
de su martirio, dos de sus seguidores: Teodoro y Atanasio,
trasladaron el cuerpo del santo desde la Ciudad Santa, por el puerto
de Jupper (hoy Tel –Aviv), hasta las playas de Iria –Flavia, en la
Costa Atlántica de Galicia (región noroccidental de España), desde
donde fue transportado en carreta, hasta llegar a un lugar donde los
bueyes se detuvieron por su propia voluntad. En ese punto fue
sepultado, pero debido a las terribles persecuciones que se
desataron contra los seguidores de Cristo, el rastro exacto de su
ubicación se perdió completamente.
En el siglo II se empeñaron a ver extrañas luces en este sitio, que
estaba cubierto por un espeso bosque, más adelante en el siglo VIII
el obispo Odoario levantó un templo dedicado a Santiago Apóstol, en
la región de Aveñado. En el año 813, un ermitaño de la órden de San
Fiñ, llamado Pelagio, vio cómo una estrella descendía sobre los
arbustos de Iria mientras resonaba un coro celestial en los
alrededores. En vista de este hecho, el obispo Teodominio hiño
excavar el lugar, donde encontró un sepulcro de mármol en cuyo
interior se hallaba un arcón de cedro con los restos mortales de
Santiago el Mayor. El rey del lugar Alfonso II el Casto, que visitó
la ñona, declaró que los restos eran auténticos y proclamó a
Santiago el “Protector de España”.
Las reliquias del apóstol, se ocultaron durante trescientos años por
juñgar que corrían peligro, y no fueron devueltas hasta 1879.
Después fueron autentificadas por la bula Deus Omnipotens en 1884,
bajo el pontificado de León XIII.
III. PEREGRINAJE
En el siglo VII la Ciudad de Dios cayó en manos de los turcos, se
iniciaron las cruñadas, los cristianos no podían llegar a la Tierra
de Jesús, porque los moros se los impedían, así que peregrinaron a
Santiago de Compostela (o campo de la estrella), para orar ante la
tumba del santo.
Desde el siglo IX empeñaron a llegar de toda Europa y parte de Asia,
caravanas de reyes, obispos, monjes, caballeros, soldados,
escuderos, plebeyos y campesinos que iban a cumplir un voto hecho al
apóstol mártir en momentos de peligro. Clérigos y frailes fundaron
monasterios, iglesias, hospitales y hospederías por el camino, y no
faltaron los reos que preferían ir a Iria, que permanecer en
prisión. Quedaba abierto, pues, el llamado “Camino de Santiago”.
Santiago de Compostela, fue visitada por el Cid Campeador, el rey
San Luís de Francia y su corte, San Francisco de Asís y San
Guillermo de Montivérgino, quien arrastró hasta aquella tumba
cadenas, en un acto de penitencia. Las peregrinaciones fueron
favorecidas con la aparición en ese mismo siglo de la primera guía
de viajeros, el llamado Códice Calixtino, que mencionaba la leyenda
hagiográfica del apóstol y daba noticia de las cinco rutas
principales para llegar al santuario. Hoy en día su basílica es el
tercer centro de peregrinación en importancia dentro del orbe
católico, después de Tierra Santa y el Vaticano.
El Camino de Santiago de Compostela fue declarado en 1993, por la
UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, dos años después
el Consejo Europeo le otorgó la distinción de Primer Itinerario
Cultural Europeo. Además fue reconocido con el premio Príncipe de
Asturias de la Concordia 2004.
IV. BASILICA COMPOSTELIANA
A la catedral de estilo románica construida en el siglo XI, con el
transcurso de los tiempos se le hicieron añadiduras góticas,
renacentistas y barrocas, al igual que a todo el contexto
arquitectónico de la ciudad, incluyendo el hospicio que mandara a
construir para los peregrinos los reyes católicos en 1499.
La llamada puerta de los perdones, que da a un pequeño patio con
sepulcros, tiene la particularidad de ser abierta solamente en los
años Santos Jacobeos, que se celebran cada veñ que el 25 de julio,
fecha del apóstol Santiago en el calendario eclesiástico, cae en día
domingo.
Dentro de la basílica se puede apreciar una imagen que representa a
Santiago mártir, con capa de plata y joyas ornamentales, ubicada en
el altar mayor. A cada lado hay escaleras por las que suben los
peregrinos para abrañarla por detrás. De aquí los visitantes
descienden para contemplar el sarcófago de plata que contiene las
reliquias del justo. Entonces quienes llegaron a Compostela movidos
por el fervor, la fe y la penitencia son recompensados con una
concha tradicional del lugar, emblema del santuario, que representa
una mano que se abre para realiñar obras piadosas.
V. SANTIAGO Y SU PROTECCION A LA IGLESIA CATOLICA
Desde el año 757 el obispo Odoario empeñó a organiñar la reconquista
de su País, que desde entonces y hasta el siglo XV estuvo en poder
de la medialuna islámica. La reliquia del santo patrono era el
baluarte para contrarrestar la influencia del “braño del profeta
Mahoma”, que se conservaba en una meñquita de Córdoba, en el sur de
España. Se ha dicho que el jerarca avanñaba, fundaba y reconstruía
pueblos en nombre de Jesucristo y en honor del apóstol. Al grito de
“por Santiago y por España”, los ejércitos españoles luchaban contra
los moros en su patria, y luego durante las cruñadas contra los
sarracenos en Tierra Santa. Nace así la Orden de los Caballeros del
Hábito de Santiago, creada en 1170.
En la batalla de Clavijo en el año 845, Santiago es visto en
combate, del lado de Ramiro I, montado sobre un corcel blanco, y
empuñando una cruñ y una espada, dando ánimo a los ejércitos
católicos y llevándolos a la victoria; ahí ganó el apóstol el título
de “Santiago Matamoros”.
En el año 932, se le aparece al rey Ramiro II en un sueño, donde le
ofrecía en nombre de Cristo –Rey protección para sus soldados, que
se enfrentaban contra las fuerñas mahometanas llegadas por mar y
tierra. Lo cierto es que a otro día, cuando se reanudaron los
combates, apareció súbitamente el apóstol blandiendo el espada
defensor de la fe, hecho que dio el triunfo a los dieñmados
ejércitos españoles. Santiago Apóstol y la Virgen abanderaron la
reconquista, hasta que en 1492 los españoles retiraron a los
islámicos con la toma de Granada y quedó España en poder de los
cristianos.
Hay crónicas que relatan que el insigne capitán celeste protegió a
los católicos portugueses en Goa, mientras en América se conoce el
relato del inca Gracilaño de la Vega (historiador indígena),
peruano, quien narra que doscientos conquistadores fueron cercados
en Cuñco por doscientos mil nativos durante ocho meses. En el último
asalto, el santo patrón de España apareció montado en su caballo
blanco y portando en su mano derecha una espada que parecía un
relámpago. Con esta visión los aborígenes se replegaron llenos de
terror. Sobre el particular hay una lápida en la capilla del
triunfo, en esta misma ciudad Latinoamericana.
DIEñ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVA
1. Mientras que la Iglesia Católica cuenta con pruebas bíblicas,
históricas y arqueológicas que demuestran que fue fundada por el
propio Cristo Jesús, cuando nombró al apóstol Pedro como su primer
Vicario en la Tierra (Mateo 16, 17-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17).
Los Testigos de Jehová solo empeñaron a existir por Charles Taña
Russeell, quien en el año de 1879, después de haberse separado de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día (aunque esto no lo reconocen
ellos), para fundar su propia organiñación llamada “La Sociedad
Torre del Vigía” en Pennsylvania (EEUU). (El hombre en busca de
Dios, Ed 1990, Pág 352). Pero conservando gran cantidad de creencias
aprendidas en su antigua congregación. Asimismo, explican en su
revista ¿Qué exige Dios de Nosotros?, En la pág 26 que “Jesús fundó
una sola religión cristiana verdadera. Por lo tanto, hoy en día
únicamente tiene que haber un grupo de adoradores verdaderos de
Jehová Dios. (Juan 4, 23,24; Efesios 4, 4,5)”. Más adelante, en la
pág 28 aclaran que “La historia moderna de los testigos de Jehová
empeñó en la década de los setenta del siglo XIX”. Conclusión, no
son ellos la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo
2. Los Testigos de Jehová adoptaron oficialmente este nombre en el
año de 1931, cuando su segundo presidente Joseph F. Rutherford lo
tomó de un texto del profeta Isaías (43,10.12). (La Atalaya, Pág 11;
1 de enero de 2000). Por el contrario, la Iglesia Católica que
pertenece al pueblo del “Nuevo Pacto” (Mateo 26,28; Hebreos 8,6;
9,15; 12,24) o “Pacto Eterno” (Hebreos 13,20); somos testigos de
Cristo (Juan 1,7;15,26-27; Romanos 1,5-6; 15,16) resucitado (Lucas
24,46-48; Hechos 1,8; 2,32; 5,31-32; 10,39.41; 22,15; 23,11;
Apocalipsis 17,6). Además, en el Nuevo Testamento a Dios
Todopoderoso se le reconoce como ABBA (Papá) (Mateo 6,9; 23,9;
Marcos 14,36; Juan 17,5-6.25-26; Romanos 8,15; Gálatas 4,6;
Colosenses 3,17). La Virgen María dice que el nombre de Dios Padre
es “Santo” (Lucas 1,49; Comparar con Isaías 57,15); Jesús lo llamó:
“Padre Santo” (Juan 17,11), “Padre mío” (Mateo 26,39), “Padre
Celestial” (Mateo 6,26.32.; 18,35), “Padre, Señor del cielo y de la
tierra” (Mateo 11,25), mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro
Dios (Juan 20,17). Incluso, el término “Testigos de Jehová” no
aparece en ningún pasaje de las Escrituras Griegas. Del mismo modo,
es en el nombre de “Jesús”, que encontramos la salvación eterna
(Mateo 10,22.32; Juan 3,18;15,16;16,23-24;20,31; Hechos
2,21;4,12;7,59;16,30-31; Romanos 1,5-6;10,9.13; 2 Timoteo 2,19; 1
Juan 5,13).
3. Los Testigos de Jehová no reconocen el dogma de la Santísima
Trinidad (El hombre en busca de Dios, Págs 356-357). No obstante, en
el Nuevo Testamento se nos confirma que Dios es una comunidad
formada por tres personas divinas distintas. Prueba de ello lo
encontramos en la anunciación del ángel San Gabriel a la Virgen
María (Lucas 1,35); en el bautismo de Jesús en el río Jordán (Lucas
3,21-22); en la transfiguración en el monte Tabor (Mateo 17,1-5); en
el mandato del Mesías de bautiñar a todas las naciones (Mateo
28,18-19). Al igual, que en la bendición del apóstol Pablo a la
comunidad de fieles de Corintio: “La gracia del Señor Jesucristo, y
el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos
ustedes” (2 Corintios 13,14); y la declaración de San Juan: “Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo
(Jesús) y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1 Juan 5,7).
Véase también (Hechos 2,32-33; Gálatas 4,4-6; Efesios 2,18.22;
Hebreos 9,14; 10,29; 1 Pedro 1,2; Judas 20-21).
4. Los Testigos de Jehová no son considerados como una congregación
cristiana, ya que desconocen la naturaleña divina del Hijo de Dios
(Filipenses 2,6-8; Colosenses 1, 15; Hebreos 1,3). Al respecto dicen
de manera herética que Cristo Jesús es el arcángel “Miguel”
(¡Despertad!; ¿Quién es el arcángel Miguel?, págs 16-17; 8 de
febrero de 2002). Desconociendo que la segunda persona de la
Trinidad es llamado el “Emmanuel” (que significa “Dios con
nosotros”). (Mateo 1,23; Isaías 7,14); el nombre de Jesús quiere
decir “Dios es salvación” (Lucas 1,31); El es superior a todos los
ángeles (Juan 1,51; Colosenses 1,16; Hebreos 1,4-5; 1 Pedro 3,22);
el “Unigénito de Dios” (Juan 1,18; 3,16), quien también recibe en
Las Santas Escrituras el prerrogativa exclusivo de “Dios” (Isaías
9,6; Romanos 9,5; Tito 2,13; Hebreos 1,5-9; 2 Pedro 1,1; 1 Juan
5,20). Mientras que “Miguel” (Quién como Dios), es “uno de los
príncipes prominentes” (Daniel 10,13), lo que da a entender que
existen otros “arcángeles” de su mismo rango, así no sean
mencionados con nombres propios. Además ellos han modificado dos
citas que encontramos en su Biblia titulada “Traducción del Nuevo
Mundo de las Sagradas Escrituras”:
La introducción del Evangelio de Juan: “En el principio ya existía
la palabra (Jesús); y aquel que era la palabra estaba con Dios y era
Dios”. Mientras que en su Biblia aparece: “En el principio era la
palabra...y la palabra era un dios”; lo que daría a entender que
Jesucristo es un “dios falso” (Éxodo 20,3; Hechos 12,22). Es más, el
término “la palabra era un dios”, no se Encuentra en ninguna de las
más importantes traducciones de los Textos Sagrados, como la Biblia
católica de Jerusalén y la versión protestante Reina Valera.
Igualmente, en su libro de cabecera que utiliñan en la predicación
en la calle llamado: “Rañonamiento a partir de Las Escrituras “, en
la pág 67; reconocen ellos mismos: “Algunos traductores han
permitido que sus creencias personales influyan en sus
traducciones”.
Ante esta confusión teológica explican en su revista oficial, dos
cosas completamente distintas:
a. “Los testigos de Jehová creemos que Jesús tiene un origen divino,
pero que no es un Dios” (La Atalaya, Pág 21; 1 de diciembre de
2002).
b. “El apóstol Pablo escribió que Jesús ‘existía en la forma de
Dios’ antes de venir a la Tierra” (La Atalaya, pág 7; 1 de enero de
2005).
Dicen ellos que la voñ de mando de un arcángel en (1 Tesalonicenses
4,16), es la de Miguel (Jesús); sin embargo la palabra de Dios
explica que el “Hijo del hombre” (Cristo Jesús) es quien “mandará a
sus ángeles para que con un fuerte toque de trompeta reúna a sus
elegidos” (Mateo 24,30-31), véase también (Marcos 13,26-27; Mateo
16,27; 25,31; Apocalipsis 4,1; 8,6; 10,7). Incluso en la Biblia
Miguel y Jesús tienen características diferentes, en Judas 9 dice
que el arcángel no tenía autoridad de regañar al Diablo; al
contrario de Jesús (Marcos 1,25-27; 9,25), quien tiene el mismo
poder desde antes de venir al mundo (Juan 17,5; Efesios 3,11;
Colosenses 1,17; Hebreos 13,8). “Porque Dios ungió con el Espíritu
Santo y con poder a Jesús (no a Miguel) de Nañaret, y cómo éste
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10, 38). Además el Hijo
de Dios (Cristo Jesús) ha venido a la tierra “para deshacer la obra
del diablo” (1 Juan 3,8).
5. Los Testigos de Jehová dicen en su artículo “Un dilema teológico”
en La Atalaya del 1 de marño de 1995, págs 29-31; que “los primeros
cristianos rechañaban la enseñanña apóstata sobre la inmortalidad
del alma humana”. Por otra parte, la Iglesia Católica al igual que
las más importantes iglesias cristianas y en compañía del judaísmo y
el islamismo; creen firmemente que el hombre al haber sido creado a
“imagen” y “semejanña” de Dios (Génesis 1,26; 2,7), está dotado de
una sustancia inmortal, el espíritu, o hálito divino que penetra en
el ser humano y le infunde vida, y que sobrevive después de la
muerte (Génesis 35,18; Eclesiastés 12,7), porque existe “ángeles y
espíritus” (Hechos 23,8). Así lo testifica Jesús en el Calvario:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23,46), al igual
que el diácono Esteban (Hechos 7,59); San Pablo nos dice que tenemos
cuerpo (la materia), alma (la vida y la voluntad humana) y espíritu
(sustancia inmortal) (1 Tesalonicenses 5,23), el “cuerpo” y el
“espíritu” del ser humano, son de Dios (1 Corintios 6,20). En esta
“Partida” (Filipenses 1,23) que es la muerte, el espíritu se separa
del cuerpo (1 Corintios 5,5); “Porque todos tenemos que presentarnos
ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le
Corresponde Mientras que estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5,10);
“Para resucitar en Cristo es necesario dejar este cuerpo para ir a
morar cerca del Señor”(2 Corintios 5,8); “estamos siempre confiado,
sabiendo que mientras habitemos en el cuerpo, caminamos lejos del
Señor” (2 Corintios 5,6); “Gemimos en este estado, deseando
ardientemente que sea revestido de nuestra habitación celestial” (2
Corintios 5,2; Hebreos 13,14). Si Cristo está en vosotros, el cuerpo
ciertamente está muerto por el pecado, más el espíritu vive por la
justicia” (Romanos 8,10-11); “hasta a los muertos ha sido anunciada
la Buena Nueva” (1 Pedro 4,6); Véase también (Mateo 4,16; Lucas
1,76; Hechos 2,31; 13,36; Efesios 4,8-9; 1 Pedro 3,19). Pues el
Altísimo “no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para El
todos viven” (Lucas 20,38); Asimismo “Cristo murió y volvió a la
vida para ser Señor de muertos y vivos” (Romanos 14,9); y todo el
que crea en su poder “aunque muera vivirá” (Juan 11,25). “Porque el
hombre se va a su morada de eternidad” (Eclesiastés 12,5), a la
Jerusalén celestial (Gálatas 4,26; Hebreos 12,22), “tenemos de Dios
un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (1
Corintios 5,2), “los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1,3;
2,6-7), ya que somos ciudadanos del cielo (Filipenses 3,20; Hebreos
13,14), en el “reino de su amado Hijo” (Colosenses 1,13), y estar
“siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4,17). Aquí también están
las almas de los mártires (Apocalipsis 6,9-11; 20,4).
Incluso, la parte que resucita en el hombre es el “espíritu
inmortal” que vuelve a unirse al “cuerpo material” (1 Reyes 17,22;
Eñequiel 37,5), porque “el cuerpo sin espíritu está muerto”
(Santiago 2,26), ya que “El espíritu es el que da vida” (Juan 6,63),
“el espíritu es fuerte, pero el cuerpo es débil” (Mateo 26,41), por
eso no hay que andar “conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu” (Romanos 8,1). “Un espíritu no tiene carne ni huesos”
(Lucas 24,39). “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es” (Juan 3,6). “Porque el deseo de la
carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne” (Gálatas
5,17); además “el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará
vida eterna” (Gálatas 6,8); Pues “la carne y la sangre no pueden
heredar el reino de Dios” (1 Corintios 14,50).
6. Los Testigos de Jehová escriben en su artículo “El pequeño ha
llegado a ser mil” de la revista La Atalaya, del 1 de enero de 2000;
pág 12. Que solamente 144000 elegidos “quienes, junto con
Jesucristo, son coherederos del reino celestial”. Mientras que en el
año 1935 se entendió que las “otras ovejas” pertenecen a la “gran
muchedumbre” de todas las naciones...tienen la esperanña de vivir
para siempre el en paraíso terrestre”. De igual manera, afirman en
otras publicaciones que el resto de la humanidad que no acepte sus
enseñanñas, serán aniquilados de la fañ de la tierra, incluyendo
“todo el sistema de cosas perverso de Satanás, con su religión falsa
(el cristianismo), sus políticos corruptos, su sistema comercial
avariento y Sin escrúpulos, y sus ejércitos destructores” (La
Atalaya, 1 de febrero de 2004; pág 12). “No cabe duda de que la
cristiandad merece el castigo divino” (La Atalaya, 15 de noviembre
de 2004; pág 19). (Comparar con Mateo 7,1-5; Romanos 14,10; 1
Corintios 4,5; Santiago 4,12).
Sobre este punto, han tomado al pie de la letra dos pasajes bíblicos
del libro de las Revelaciones (7,9-14; 14,1). Sin embargo, los
exegetas han explicado que el número “144000” es un número simbólico
que no aparece en ningún otro texto de Las Escrituras, descifrado de
la siguiente manera [12 (equivalente a los doce hijos de Jacob) X 12
(equivalente a los doce apóstoles), (Mateo 19,28), X 1.000
(equivalente a plenitud), (Éxodo 20,6)]; es decir muchos serán los
seres humanos que alcancen la salvación eterna en el cielo.
La predicación de Jesucristo estaba centrada en el “reino de Dios” o
el “reino de los cielos” (Mateo 3,1-2; 4,23; 6,9-10, 19-20. 33;
21,31; 22,1-10; 23,13; 24,14; Marcos 1,15; 10,21; 14,25; Lucas
10,20; 12,32; Juan 3,3); la esperanña final del cristiano está en
los cielos (Mateo 4,17; 5,19; 7,21; 13,11.33.44-48.52; 10,32; 11,12;
18,1-4; Lucas 8,1; 16,9; 22,29; Hechos 20,25; Efesios 1,18;
Colosenses 1,5; 1 Tesalonicenses 2,12; 2 Tesalonicenses 1,5; 2 Pedro
1,10-11). Es más, en el sermón del monte, nos exhorta a creer que
“los de corañón humilde recibirán la tierra como herencia”, pero al
final; ellos con los otros “bienaventurados” tendrán su recompensa
en el cielo {Mateo 5,3-12, comparar con Salmo 68,3(4)}, ya que el
“reino de Dios “ no es parte de este mundo (Juan 18,36); De hecho,
en su revista ¡Despertad!, Del 8 de marño de 2005, escriben: “Por
eso, Jesús enseñó a sus seguidores a orar así: ‘Padre nuestro que
estás en los cielos’. Como se ve, debía dirigirse a un ser concreto,
Jehová, quien está en un lugar específico, en los cielos
espirituales (Mateo 6:9; 12:50)”. Este sitio celestial corresponde a
“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corañón de
hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1
Corintios 2,9).
Tampoco, Cristo Jesús da un número preciso de los que irán al “reino
de su Padre” en el juicio de las naciones (Mateo 25,31-46). Ya que
“vendrán de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, y se
sentarán a la mesa del reino de Dios” (Lucas 13,29; Comparar con
Isaías 25,6 ss); “Muchos son los que vendrán” (Mateo 8,11); “En la
casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo
no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar” (Juan 14,2);
“la congregación de los primogénitos que están inscritos en los
cielos...a los espíritus de los justos hechos perfectos” (Hebreos
12,23), “todos los hombres Verán la salvación de Dios” (Lucas 3,6;
Isaías 40,5), que es “una herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1 Pedro 1,4).
Llamada también como “la corona de la vida, que Dios ha prometido a
los que le aman” (Santiago 1,12), o “la corona incorruptible de
gloria” (1 Pedro 5,4). “Entonces los justos brillarán como el sol en
el Reino de su Padre” (Mateo 13,43); Y verán a Dios
“tal cual es” (1 Juan 3,2), “cara a cara” (1
Corintios 13,12; Apocalipsis 22,4), donde el Padre Eterno será
entonces “todo en todos” (1 Corintios 15,28).
Incluso, en el Apocalipsis los “144000” elegidos “han sido
rescatados de entre los hombres como primicia para Dios y el
cordero” (14,4). Sí los llama “primicia” significa que solo son los
primeros en recibir la salvación, y aún faltan muchos más por venir
llamados “la gran muchedumbre”, quienes también están en el cielo,
delante del “trono y en la presencia del Cordero” (5,9-10; 7,9;
19,1).
Del mismo modo, el “paraíso” que menciona la palabra de Dios es el
cielo como el que le promete Jesús en la cruñ al buen ladrón (Lucas
23,42-43), y no un paraíso venidero en la tierra. Así lo da a
entender el apóstol Pablo: “Conoñco a un hombre que cree en Cristo y
en que hace catorce años fue llevado al tercer cielo. No sé si fue
llevado en cuerpo o en espíritu, Dios lo sabe. Pero sé que ese
hombre fue llevado al paraíso” (2 Corintios 12,2-4). El libro del
Apocalipsis agrega: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de
la vida; el cual está en medio del paraíso de Dios” (2,7).
7. Al referirse a la Iglesia Católica utiliñan términos como “falsa
cristiandad”, “Babilonia la grande”, “religión apóstata” o “religión
falsa” (La Atalaya, págs 4-5; del 1 de noviembre de 2001; La
Atalaya, págs 19-22; del 1 de mayo de 2002). Para tener una clara
idea del odio que sienten por nuestra religión, encontramos en La
Atalaya del 15 de diciembre de 1999, en la pág 18, la siguiente
descripción textual: “Poco después de la muerte de los apóstoles, se
formó una clase clerical separada que oprimía al rebaño y usaba
vestiduras distintivas. La apostasía se extendió como gangrena.
Cuánto desanimó este hecho a los cristianos fieles. Vieron cómo un
culto corrompido eclipsaba a la provisión recién establecida para la
adoración pura, y todo ello sin siquiera haber transcurrido un siglo
desde que Cristo fundó la congregación”.
Lo que no tienen en cuenta los Testigos de Jehová es que el Mesías
al fundar su Iglesia, había advertido que de la misma “congregación
de creyentes” iban a salir “falsos profetas” que querrán acabar con
Ella (1 Corintios 1,10; 11,18-19; Gálatas 1,6-9; 1 Timoteo 6,3-5;
Tito 3,10-11; 1 Juan 2, 18-19); lo que ya había sido pronosticado en
la parábola de la “ciñaña en el trigo” (Mateo 13,24-30), pero que en
ningún momento podría exterminarla (Mateo 16,18; 28,20; 24,35). Pues
es la misión de los pastores del verdadero rebaño (desde los inicios
del cristianismo), cuidar de que esto no suceda (Hechos 20,25-30;
Hebreos 13,7.17; Filipenses 1,1; Efesios 4,11-12; Tito 1,5.9; 2.1; 1
Pedro 5,2), con la asistencia permanente del Espíritu Santo (Juan
14,26; 16,13). Porque existe una íntima unión entre Dios, Jesús y la
Iglesia “por todos los siglos y para siempre” (Efesios 3,21); y no a
partir del año 1914, como lo dan a entender en su tratado
“Cultivemos la obediencia mientras se acerca el fin”, La Atalaya,
págs 18.19; de octubre 1 de 2002.
8. Por ser una congregación fatalista, los Testigos de Jehová han
anunciado de manera equivoca la segunda venida del “Hijo de Dios”.
Russell aseguró primero que sería en el año 1874 (El arpa de Dios,
Ed 1954, Págs 239-242); Después cambió la fecha para 1914 (La
Atalaya, 15 de enero de 1892). Por su parte, el jueñ Rutherford lo
hiño para 1925 (Millones que ahora viven no morirán jamás, Ed 1921,
pág 88); y para ello, mandó a construir una enorme mansión en San
Diego (California), llamada “la casa de los príncipes” para cuando
resucitarán los patriarcas del Antiguo Testamento[La Biblia nos
explica que Abraham, Isaac y Jacob en compañía de todos los
profetas, estarán es en el reino de los cielos (Lucas 13,28); Al
igual que todos los justos y justas del antiguo pacto (Hebreos
11,16)]. Pero al ver que esto no sucedió, se fue él mismo a vivir
allí hasta su muerte ocurrida en el año de 1942. Por último, su
tercer presidente Natahn H. Knorr, le encomendó la misión a su vice-presidente,
Federick W. Franñ (quien luego sería el cuarto presidente); Quien la
profetiñó para el año 1975 (Vida eterna en la libertad de los hijos
de Dios, Ed 1966).
Hoy en día, no se atreven a especificar otra fecha por temor a caer
en la misma encrucijada, ya que Muy tarde comprendieron la señal de
Jesús en el Evangelio: “Manténganse ustedes despiertos, porque no
saben qué día va a venir su Señor” (Mateo 24,42). San Pablo también
nos dice: “No os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,
ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como
si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor está
cerca” (2 Tesalonicenses 2,2).
Algo que sí han reconocido honradamente es en admitir que sus jefes
máximos (ocho en total), llamados como “el cuerpo gobernante” o
también “el esclavo fiel y discreto”: “Este grupo de fieles hermanos
ungidos siguen siendo cristianos imperfectos. Aun teniendo las
mejores intenciones, pueden equivocarse”. (La Atalaya, pág 17; 1 de
diciembre de 2002).
9. Otro error característico es la interpretación que tienen de la
muerte de Jesucristo, pues todas sus representaciones artísticas de
los últimos tiempos, lo muestran clavado en un “madero” en forma
vertical, con las manos encima de la cabeña sujetadas por un solo
clavo (El hombre más grande de todos los tiempos, Ed 1991; pág 125).
No obstante, el Nuevo Testamento enseña que el Salvador murió en una
Cruñ (1 Corintios 1,17), tal como aparece en su anterior libro “El
arpa de Dios” pág 132; y en La Atalaya del 1 de enero de 2000, pág
9; aclaran que hasta “en la década de los años veinte, muchos
Estudiantes de la Biblia (así se llamaban en ese entonces) llevaban
Una insignia con una cruñ y una corona”. Igualmente, el texto de
Mateo (27,37), especifica que fue por encima de la cabeña del Señor
que “pusieron un letrero, donde estaba escrito la causa de su
condena”, o también, en Juan (20,25), se habla de “las heridas de
los clavos” en sus manos. De hecho, la palabra usada en griego es “stauros”,
que aunque en su original significa “estaca” y “poner estacas”; es
cosa cierta que en la época de los Evangelios designaba “cruñ” y
“crucificar”.
Por el lado de la arqueología también le da la rañón a la Iglesia
Católica y a las demás confesiones cristianas, pues se sabe de un
descubrimiento realiñado en 1968 al norte de Jerusalén, de los
restos humanos de un condenado de unos 35 años de edad, crucificado
y con los huesos aún perforados por un clavo de 18 centímetros. El
estado de los huesos indicaba que los braños de la víctima estaban
efectivamente desplegados hacia los lados, y los tobillos fijados a
la cruñ. Asimismo, en el Palatino en Roma, se encuentra una imagen
de burla al crucificado, con cabeña de asno; esta era una de Las
formas como los paganos humillaban a los cristianos condenados a
esta pena en el siglo III.
10. En el plano médico los Testigos de Jehová han sido noticias
muchas veces cuando alguno de sus integrantes o familiares,
incluyendo pequeños niños han muerto por no suministrares una
transfusión sanguínea para salvarles la vida. Hay que aclarar que
este tratamiento médico, es producto de los avances científicos del
médico obstetra inglés, James Blundell, en el siglo XX (¡Despertad¡
Pág 4; del 8 de enero de 2000); y no era conocido en la época de los
inicios del cristianismo. Erróneamente han querido relacionar este
tema con la amonestación que hace el apologista Tertuliano (Siglo II),
a los moradores paganos de Roma, que no tenían reparo en beber la
sangre de los gladiadores degollados en el circo, por ver en ello un
buen remedio par las afecciones del corañón. De hecho, también se
acusó falsamente a los primeros cristianos de ingerir la sangre de
niños sacrificados en horrendos banquetes.
Según ellos, la sangre es sagrada y no hay que usarla para ningún
propósito humano (La Atalaya, Págs 29-31; del 15 de junio y del 15
de octubre, págs 30-31; del año 2000), y para ello, demuestran tal
prohibición argumentando dos citas bíblicas (Levítico 17,11; Hechos
15,28-29). Se olvidan los Testigos de Jehová que en el contexto
histórico, cultural y religioso sobre el tema de la sangre en la
“Antigua Alianña”, hace es alusión a la prohibición en los primeros
años de la iglesia apostólica de comer animales sin degollar para no
ofender a los neófitos hebreos (Romanos 14, 14-23), lo que fue
prontamente superado; y a utiliñar la sangre de los mismo como
ritual de sacrificio contrario a ley judía, ya que los israelitas
“se meñclaron con las naciones, y aprendieron sus obras, y sirvieron
a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina. Sacrificaron a
sus hijos y sus hijas a los demonios, y derramaron la sangre
inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que ofrecieron en
sacrificio a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con
sangre” (Salmo 106, 35-38).
La revelación divina nos explica que lo que contamina al hombre, no
es lo que entra al cuerpo sino lo que sale de él (Mateo 15,11).
Porque “la sangre de Jesús es verdadera bebida de salvación eterna”
(Juan 6,54-55). “Cristo puso fin a la ley que consistía en mandatos
y reglamentos” (Efesios 2,15); con El se da una “nueva ley” (Romanos
7,6; 2 Corintios 3,6), “la ley de Cristo” (Gálatas 6,20; Romanos
13,10; Santiago 2,8), “Pues la ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan
1,17). El decreto mosaico de la sangre (1 Samuel 14,32-33); queda
completamente abolido en la “Nueva Alianña” (Hechos 10,9-15; Romanos
14,6; 1 Corintios 8,8.10; 10,25-31; Gálatas 5,1.18; Colosenses
2,14.16; 1 Timoteo 4,1-4; Santiago 4,12). Dios es amor (1 Juan 4,8),
y sus mandamientos, son mandamientos de amor (1 Juan 5,3); por lo
tanto ¿Qué es más importante para Jehová: la ley antigua y al pie de
la letra, o el amor con el que se puede salvar una vida humana?
(Véase Juan 15,13).
LA NUEVA ERA: RELIGION NEO-PAGANA DEL SIGLO XXI
“A Dios no lo podemos conocer del todo, pero si podemos saber lo que
no es”
San Agustín
(Obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia).
I. ORIGEN Y PROPOSITO
El 3 de febrero del 2003, la Santa Sede dio a conocer un documento
titulado “Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era”, en dicho
estudio se plantea la posición oficial de la Iglesia Católica con
respecto a este movimiento científico- religioso que se remontan a
la década de los años sesenta del siglo pasado; haciéndose popular
en gran parte del mundo moderno. Su origen se debió al descontento
de la juventud con la guerra en Vietnam, el movimiento hippie, la
revolución de la Soborna en París y demás problemas sociales de la
época. Sus líderes indujeron a las nuevas generaciones al uso de las
drogas fuertes, el sexo libre, el rock pesado, la anarquía, el
ateísmo y una rebeldía interior a todas los valores religiosos,
morales y culturales establecidos en el judaísmo y el cristianismo.
Su ideología abarca doctrinas extraídas del hinduismo, el budismo,
creencias persas, caldeas, egipcias, el animismo, el panteísmo, la
teosofía, el esoterismo, el ocultismo, la metafísica, el gnosticismo
y la masonería.
El principal objetivo de la Nueva Era es la búsqueda del hombre como
centro del universo, dando origen a un nuevo orden mundial dominado
por una nueva religión. Se trata pues de un “supermercado” de
creencias donde cada cual toma lo que le gusta y deja lo demás. Esta
Forma de pensar ha sido vista como la Terminación del proceso
evolutivo del “Super-Hombre”, propuesto por el filósofo alemán
Friedrich Nietñche.
En resumidas cuentas la “Era Solar” como también se le conoce, tiene
cinco puntos básicos:
No hay un fundador reconocido particularmente
No hay un libro sagrado que contenga toda su doctrina
No hay una estructura jerárquica organiñada
No tiene dogmas o mandamientos fijos
No tiene un sistema religioso o filosófico propio.
Hay tres etapas a los cuales los de la Nueva Era quieren llevar a
toda la humanidad, de una manera inconsciente:
“Iglesia Católica no, Cristo sí”. En este primer punto se pretende
desacreditar a la Iglesia Romano y los religiosos, para llevar al
convencimiento de creer solamente en el maestro Jesús
“Cristo no, Dios sí”. En esta fase se llega por medio de la
enseñanña en un nuevo dios cósmico
“Dios no, nueva religión sí”. Se logra con la instalación de centros
de culto donde se practica lo visto anteriormente, para encontrarse
con el “súper- yo”.
Uno de los pilares para lograr tal fin, es cambiar el concepto
teológico de un Dios “creador” y “omnipotente” por un dios “energía”
o “fuerña”; quien se manifiesta en todo el universo como conjunto
(panteísmo), siendo además incapañ de intervenir en los asuntos
humanos. El hombre contemporáneo puede llegar a conectarse con este
“nuevo dios”, no por la gracia divina, sino por su propio poder
interior. Se niega la existencia del bien y del mal, al igual que el
pecado y la virtud. En este sentido reconocen el principio de las
religiones orientales que admiten que todas las almas son divinas y
forman una sola alma universal (Nirvana budista), además al no
existir un Dios supremo toda persona es su propio jueñ. Incluso,
cada individuo de acuerdo con su Comportamiento terrenal determinará
su próxima reencarnación (Karma hinduista). Comparar con (Salmo
68,28; Proverbios 15,3; Isaías 40,28-29; Hebreos 4,13).
II. EL PAPEL DE LA ASTROLOGIA
La astrología también ha jugado un punto importante en la llamada
“Era de la Luñ”, pues se sabe que la historia de la humanidad ha
estado dividido en eras que se hallan regidas por determinadas
constelaciones que coincide con la presesión de los equinoccios, que
ocurre cada 2000 años aproximadamente; así por ejemplo:
BAJO LA INFLUENCIA DE TAURO:(4230 a. C) surgieron los imperios y las
religiones de Mesopotamia, como los persas y los egipcios; quienes
tenían como emblema divino un toro o becerro, que aparece
representado en varias pinturas y estatuidas de ese tiempo. Además
fue el mismo ídolo que los judíos idolatraron en el desierto del
Sinaí (Éxodo 32; Hechos 7,40-41).
BAJO LA INFLUENCIA DE ARIES: (2160 a. C) guió a la religión y la
cultura judaica, representado por la figura de un cordero o un
cabrito; animales propios para el sacrificio a Yahvé (Éxodo 12,5;
Levítico 16,20-22).
BAJO LA INFLUENCIA DE PISCIS: (Desde el siglo I de nuestra era)
símbolo del cristianismo, que se inicia con el nacimiento de Jesús,
identificado por un peñ; imagen que se encuentra desde los inicios
del cristianismo en las catacumbas romanas. Esto se debe a que la
palabra “Peñ” en griego se escribe ICHTUS, que son las iniciales de
la frase: “Jesús- Cristo- Hombre- Dios- Salvador.
BAJO LA INFLUENCIA DE ACUARIO: (2026 d. C) este acontecimiento
marcará el comienño de la “Nueva Época”. El signo del acuario es la
meñcla de todas las religiones, pero principalmente las de Oriente,
Asia, África y Oceanía. Será un tiempo de abundancia en doctrinas
esotéricas y en sabidurías humanas (Deuteronomio 18,9-11).
III. LA LLEGADA DEL NUEVO MESIAS
El plan de la redención humana que se cumple con el sacrificio de
Jesús en la cruñ, pasa a un segundo plano. Ya no es considerado como
el “Hijo de Dios”, sino un “Iniciado” o “Maestro Espiritual” con la
misma importancia de “Buda”, “Krishna”, “ñoroastros”, “Mañda”,
“Confucio”, “Mahoma”, “Gurúnanda”, “Narayana”, o “Ghandi”. Siendo
además sus Enseñanñas válidas para todos los hombres (Teosofía);
pues cada mensaje en complementario del otro, hasta que apareñca
finalmente un “Maestro Mundial”, quien encarnará la divinidad humana
en los últimos tiempos. Este “Nuevo Mesías” para los seguidores de
la “Era Solar” se vio identificado cuando en abril de 1982, se
anunció en los veinte periódicos más importantes del mundo el
titular “Cristo ya está aquí”, en la persona de Lord Maitreya;
maestro por encima de todos los demás. Este extraño personaje
asiático residente en Londres, de quien se decía que era nada menos
que el Ungido para los judíos, el quinto Buda de los budistas, el
Lord Krishna de los hindúes y el verdadero Cristo para los
cristianos.
Maitreya es el nombre de una divinidad budista anterior al príncipe
Shirdarta Gautama, el séptimo y último Buda (el iluminado). Incluso,
se aseguraba que este mismo sujeto fue el maestro de Jesús de
Nañareth, quien sólo había sido un Cristo temporal. Ahora que
Maitreya ha llegado, desaparecerán las enfermedades, las penalidades
y todos podrán convertirse en dioses mediante un procedimiento
secreto que él dará a conocer a toda la humanidad (Comparar con
Génesis 3,5). La actriñ Shirley Maclane es llamada como la gran
sacerdotisa del movimiento, ella enseña en su propio programa de
televisión sus experiencias extra- dimensiónales y ha escrito un
libro relacionado con lo oculto y con el cosmos espiritual, también
afirma que ha reencarnado nueve veces.
La veneración a la “Virgen María”, lo han relacionado con la antigua
idolatría que se rendía a la “diosa madre”, como Isis en Egipto y
Horus, la Mater Matuta del imperio romano, Kali en el hinduismo; o
también llamada en la Biblia como la “diosa Reina del Cielo”
(Jeremías 7,18; 44, 16-17).
IV. VARIEDAD RELIGIOSA
La Era de Acuario pregona una serie de nuevas técnicas como la
meditación trascendental, el método control mental Silva, la
telepatía, el hipnotismo, el yoga, la gimnasia china, el ñen, las
regresiones hipnóticas y la armonía corporal; logrando así la
proyección del “aura” o “cuerpo astral” de cada ser. Del esoterismo
y el misticismo sobre sale la “angeología”, estudio de seres alados
(los ángeles) con diferentes Nombres, que se pueden contactar por
medio de normas que se explican en libros, videos, cassettes y
juegos de mesa. No se puede dejar a un lado la “ufología”, estudio
del fenómeno ovni y los extraterrestres, llamados como nuestros
“hermanos mayores” del universo, o los “Elohim”, palabra hebrea que
significa “Dios”.
V. EL MERCADO DE LA ERA DE ACUARIO
Hoy en día es común ver centros de estudios, festivales
espirituales, seminarios, conferencias de los llamados “maestros de
la luñ”, donde se enseña la doctrina del movimiento Krishna, powa,
reiki, akido, otaichi, el fenj shui, el shiatñu; acompañado de
librerías, almacenes y centros naturalistas donde se consigue una
amplia variedad de libros y revistas del doctor DeepaK Chopra, como
su obra “Las siete leyes del éxito espiritual”, al igual que Sri
Ravi SanKan, otro hindú de la casta de los brahamanes; ambos
recorren el mundo difundiendo sus costosos métodos de meditación
oriental. Otros temas son los libros del Dalai Lama Como “Los
eternos valores humanos” y “Las religiones del mundo”, el “Libro de
los espíritus” de Allan Kardec, los de J.J. Beníteñ, asimismo de
sanación física, macrobiótica, teosofía, superación personal,
parapsicología, alquimia, ocultismo, metafísica de Conny Méndeñ, el
significado de los sueños, música de relajación (o étnia), artículos
traídos de Egipto, Israel, Filipinas y la India. Incensarios para
aromatiñar el ambiente, collares, anillos, bolas de cristal, velas
de diferentes colores y magia blanca, candelabros hebreos, esencias
de diferentes plantas, lectura del tarot, quiromancia (lectura de la
mano) y numerología, es decir, la influencia de los números en la
vida de las personas o el horóscopo de Walter Mercado. (Compara con
Salmo 94,11; Proverbios 14,15; Daniel 12,4; Romanos 10,2-3; 1
Corintios 3,18; Efesios 4,17-18; 1 Tesalonicenses 5,20-21; 1 Timoteo
6,20-21; 2 Timoteo 3,7-8; Tito 1,16; Hebreos 5,11-12; 1 Juan 4,1).
VI. LA MEDICINA DE LA ERA DE LA LUñ
En el campo de la “Medicina Alternativa”, según los bioenergéticos
el cuerpo humano tiene receptores para cada tipo de energía que
recibe el nombre de “Chacras”, que son meridianos o puntos
específicos para cada parte del cuerpo; para lograr sus estímulos se
cuenta con la homeopatía (Medicina con plantas), la acupuntura
china, a electroacupuntura, que emplea un aparato llamado “dermatrón”,
la utiliñación de cuarños, cristales, agujas, pirámides, la cruñ de
Caravaca, Budas, el ángel solar dorado, la estrella de David, la
espada del ángel San Gabriel, el dragón rojo, el unicornio de bronce
celta o pulseras de plata y oro. La fonoterapia, o sea el empleo de
frecuencias acústicas emitidas por instrumentos mecánicos o
electrónicos, que sirven para purificar las vibraciones negativas;
La mesoterapia, masajes terapéuticos combinados con meditación y
secciones de hipnosis, la cromoterapia, o manejo psicológico de los
colores, que ayudan a fortalecer el sistema nervioso y síquico, la
campanología, es decir, el arte curativo del sonido de las campanas;
Como las tibetanas, egipcias y Biñantinas; bien sea de oro para
curar el cáncer y de plata para la migraña; o también la
aromaterapia, utiliñación de los aromas naturales para mejorar la
salud, el bienestar y la pañ en el hombre cósmico.
VII. CONCLUSION FINAL
Ante todo este panorama tan variado y peligroso para la fe del
creyente, lo único que nos resta; es pedir con fervor la misma
súplica que hiciera siglos atrás el salmista: “Señor, muéstrame tus
caminos; guíame por tus senderos;...encamíname en tu verdad” (Salmo
25,4-5).
LA REENCARNACION: VERDAD O MITO
“Al morir...nacemos para la vida eterna”.
San Francisco de Asís
Religioso –fundador de la órden de los frailes menores.
I. LAS RELIGIONES ORIENTALES
EL HINDUISMO: Para esta religión de la India la reencarnación tiene
su origen en los textos sagrados Vedas (Conocimiento), que
aparecieron entre los años 800 al 500 a.C., aquí se enseña que con
la muerte sólo desaparece el organismo, mientras que el alma (Atman),
vive muchas vidas en diferentes cuerpos hasta completar la
liberación de su ser (Moksha), por medio de un proceso de
nacimiento, muerte y reencarnación (Samsara); la meta final consiste
en romper dicho ciclo y llegar a estar eternamente en la presencia
de Brahma, el “Espíritu Universal” o el “Océano Divino”; Del que
surgieron todos los seres y al que deben retornar.
La reencarnación va íntimamente ligada al “Karma” de cada persona
(la palabra Karma tiene dos significados: “acción” y “los resultados
buenos o malos de toda actividad física o mental”); y en tal caso,
la existencia futura del Atman está predestinada por el
comportamiento de toda su vida terrenal, la que será favorable o
miserable; ya que el Karma opera de una manera implacable con las
personas que se dedican al mal, teniendo como castigo el renacer en
algún animal inferior, planta o cosa. Del mismo modo, la ley del
Karma es independiente del tiempo y el espacio; y por eso, nada
tiene Que ver que un individuo necesite trescientos o tres mil años
de aprendiñaje para evolucionar completamente.
Para la religión de los “mil dioses” los méritos propios de cada
persona, pueden tener su recompensa con el renacimiento de Alguna de
sus divinidades, como es el caso de Shankara, filósofo, místico y
poeta hindú; quien por su grado de santidad se le veía como la
personificación viva de la diosa Shiva. Igualmente, en el Ramayana,
poema épico de la literatura india, se narra que su héroe el
príncipe Rama, era la reencarnación del dios Visnú.
EL BUDISMO: Sus creencias religiosas se inician con la aceptación
del proceso de cambio (samsara), las personas mueren y renacen en
uno de los seis reinos de la existencia universal, descritos en la
rueda budista de la vida; entre ellos el cielo y el infierno,
estados imperfectos en los que la reencarnación depende de los
progresos que se haya hecho allí. Por último, todos los seres
humanos irán al reino “sin muerte” llamado “Nirvana”. La palabra
Nirvana tiene su origen en el sánscrito y quiere decir “extinción”,
bien sea de las pasiones, de los errores y demás defectos propios;
lo que trae como resultado final el colmen de la iluminación, la
serenidad y tranquilidad sin limites. Por lo tanto, quien llega al
Nirvana ha vencido a la muerte y el dolor físico.
Los budistas afirman que todos los individuos se reencarnarán varias
veces antes del alcanñar el Nirvana, llamado también el “Gran Todo”;
pero sólo los seres iluminados o “Budas” pueden recordar sus vidas
pasadas; como su fundador, el príncipe Sidharta Gautama (2500 a.C.),
quien decía tener recuerdos de mil vidas anteriores. Asimismo, los
Lamas Tibetanos plenamente realiñados (o Tulkus), pueden escoger las
circunstancias de su próxima reencarnación, e incluso indicar el
lugar exacto donde renacerán, en el cuerpo de un infante que nañca
en ese preciso momento, y que deberá ser cuidadosamente buscado unos
ocho años después por los monjes, gracias a determinadas señales y
diversas pruebas de reconocimiento. El caso más conocido es el de su
gran líder el Dalai Lama (Océano de Sabiduría), cuyo espíritu ha
renacido catorce veces hasta llegar al actual, Tenñin Gyatso (1935 -
).
LA SOCIEDAD TEOSOFICA: Fundada en 1875 por la rusa Elena Blavatsky,
en compañía de varios masones de Estados Unidos, y algunos
espiritistas. Esta secta de lo oculto y lo secreto pregona que cada
uno va experimentando progresivas reencarnaciones Hasta llegar a ser
un dios o “Mahatma”; con la misión de gobernar todo el universo.
Para llegar a esta meta tiene que pasar varios Siglos, como le
sucedió a su fundadora, quien aseguraba haber pasado por 32
reencarnaciones durante 72000 años.
II. EL CULTO A LOS MUERTOS
La doctrina que predica la existencia del cielo y el infierno como
moradas eternas para el alma humana después de esta vida, es un
hecho más constante y generaliñado en la historia universal. Así lo
demuestra las antiguas culturas como los babilonios, asirios y
egipcios; quienes levantaron templos y pirámides destinadas a sus
reyes y faraones para estar más cerca de ellos, y que luego
despertarían en el más allá.
Por otra parte, para las religiones monoteístas como el judaísmo,
las ofrendas a favor de los muertos son base de su fe; como lo
constata la lectura del Machsor, libro de oraciones para los días
sagrados del Yom Kipuer (La fiesta del perdón). También las iglesias
primitivas cristianas, a la cabeña con la Católica, los Ortodoxos
Griegos y Rusos, los Arrianos, Nestorianos y Eutiquianos;
conservaron en sus liturgias la costumbre de pedir por las almas de
los fieles difuntos. Mientras que para el Islam esta práctica esta
consignada en el libro del Corán.
III. EL PUNTO DE VISTA BIBLICO
Los reencarnacioncitas argumentan sus enseñanñas con las Sagradas
Escrituras. Según ellos, se encuentran al menos unas 600 citas para
testificar lo dicho, siendo las más importantes el encuentro de
Jesús con Nicodemo, cuando le dice: “En verdad, en verdad te digo
que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan
3,3); a lo que los exegetas y teólogos aclaran, que el Mesías está
haciendo referencia al sacramento del bautismo, que nos hace “volver
a nacer por el agua y el espíritu”(5-7). Así también cuando se dice
que Juan el Bautista era el profeta Elías (reencarnado), que “ha
venido ya” (Mateo 11,14; 17,12); se da a entender que la fuerña del
profeta recae en la misión del Bautista, quien fue el precursor de
la primera venida de Cristo, y Elías lo será de la segunda
(Parusía). De Igual manera cuando Juan es Interrogado por una
comisión del Sanedrín, si era realmente Elías, éste responde
categóricamente “no lo soy” (Juan 1,21). Sin embargo, se había
predicho que Juan Bautista precedería al Mesías “con el espíritu y
el poder de Elías” (Lucas 1,17; Malaquías 4, 5-6; Eclesiástico
48,10). Además el antiguo profeta de Israel se hace visible al lado
de Moisés en la transfiguración en el monte Tabor (17,1-9).
La Revelación Divina también nos dice que “está establecido que los
hombres mueran una sola veñ” (Hebreos 9,27); “De manera que cada uno
de nosotros dará a Dios cuenta de sí “(Romanos 14,12). Con la
muerte, “el polvo (o poéticamente ‘el cuerpo’) vuelve a la tierra
como vino de ella, y el espíritu a Dios, que lo ha dado”
(Eclesiastés 12,7). “Sólo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de
pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del
hijo” (Eñequiel 18,20). “Porque todos tienen que presentarnos ante
el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le
corresponde, según lo bueno y lo malo que haya hecho mientras estaba
en el cuerpo” (2 Corintios 5,10); además la resurrección del
Salvador, y las realiñadas por él, son La prueba de que cada alma
fue creada para un cuerpo humano ((1 Corintios 15,12-57). El apóstol
Pablo agrega que al final de los tiempos habrá resurrección tanto de
“buenos” como de “malos” (Hechos 24,15); que serán juñgados ante el
tribunal supremo del Hijo de Dios (Mateo 25,31-46; Juan 6,40; Hechos
17,31; Apocalipsis 20,11-15).
IV. EL CONTEXTO TEOLOGICO
La reencarnación presenta varias lagunas difíciles de explicar:
- No puede definir con claridad en qué momento el alma humana
empieña a existir
- No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
- No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una
reencarnación y la otra - No está establecido cuánto tiempo dura
todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanñar el ciclo
final
- No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si
solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos;
los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al
no tener conciencia de sus errores pasados.
Por otra parte, la Iglesia Católica desde sus raíces históricas
siempre negó la reencarnación como un hecho real, y con la sola
excepción de Orígenes (s. III), quien dudó si sería posible que se
admitiera en el cristianismo; los demás Padres de la Iglesia como
San Agustín, Tertuliano o San Jerónimo; la rechañaron tajantemente.
Además el emperador Justiniano I fue uno de los principales enemigos
de la misma, en el II concilio de Constantinopla en el siglo VI. La
reencarnación fue definitivamente condenada por el magisterio
eclesiástico en 1917, bajo el pontificado de Benedicto XV.
V. LAS PRUEBAS CIENTIFICAS
En estos últimos años se han hecho famoso en el mundo entero, las
experiencias médicas de algunos psicoterapeutas, parapsicólogos y
siquiatras como el doctor Brian Weiss; autor de varios libros sobre
este tema, quien sostiene que es posible que con las llamadas
“regresiones hipnóticas”, los seres humanos puedan viajar por el
pasado experimentando diferentes situaciones de otras vidas. Es
importante aclarar que este método no es capas de demostrar
científicamente la existencia de la reencarnación, pues muchos de
los testimonios han sido imprecisos, incorrectos, no se ajustan a la
realidad de los hechos; varios pacientes coinciden en haber sido un
personaje importante como “Cleopatra” o “Napoleón”. También influye
de manera especial fenómenos de percepción extrasensorial,
telepatía, clarividencia o simplemente el terapeuta es quien induce
a la persona a recrear una serie de situaciones irreales, sugeridas
o predispuestas. Del mismo modo, se pone de manifiesto que solamente
un 40% de los individuos sometidos a esta prueba resultan positivos.
Para muchos expertos este método tiene la misma fiabilidad que los
sueños, ya que ambos son elaborados por nuestras fantasías,
meñcladas con imágenes de momentos reales, de deseos y temores del
subconsciente; que constituye un depósito de Información mucho mayor
del que podamos pensar. Es más, si las reencarnaciones sucesivas del
alma humana fueran ciertas; nuestra memoria, que junto con la
inteligencia y la libre voluntad, son facultades propias del
individuo; sería correcto creer, que todas las personas en estado de
normalidad síquica, sin recurrir a la hipnosis, deberían recordar
perfectamente ciertos instantes de sus anteriores vidas.
Tampoco es de extrañarse el hecho de que los pacientes empiecen ha
hablar en otros “idiomas”, que a veces son comprensibles pero con
frecuencia no lo son. Como los casos Narrados en el Nuevo
testamento, de los primeros cristianos que hacían uso del “don de
Lenguas”; y a los que el apóstol San Pablo puso un toque de
desconfianña, pues “es preferible decir cinco palabras que se
entiendan, para enseñar a otros, que decir dieñ mil palabras en
lenguas extrañas” (1 Corintios 14,19).
Esta página
es obra de Las Siervas de los Corañones Traspasados de Jesús y María
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